Un nuevo consenso de Washington

El Consenso de Washington ha muerto. A pesar de que en América Latina muchas fuerzas políticas e intelectuales aún no se hayan enterado o les duela reconocerlo, en Washington quedan pocos adeptos a las ideas neoliberales más puras —aunque es cierto que también hay mucho camuflaje. Cotizan a la baja la llamada “ortodoxia” neoclásica, la creencia de que cuanto más desregulación mejor, o sobre la eficiencia y eficacia de los mercados autorregulados. También las utopías globalistas que emanaban de Wall Street y Londres.

Las nuevas configuraciones de los Movimientos Populares en América Latina

Elaborado por el Observatorio Social de América Latina - OSAL CLACSO - Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

Los años ‘90 abrieron paso a una renovada mundialización capitalista en su forma neoliberal cuyo impacto en América Latina ha sido por demás notorio y profundo. Prolongando un proceso iniciado en las décadas anteriores, auspiciado ahora por el llamado “Consenso de Washington”, la adopción de las políticas neoliberales hubo de generalizarse en toda la región para asumir una nueva radicalidad. Los gobiernos de Carlos Menem (Argentina), Alberto Fujimori (Perú), Salinas de Gortari (México), Collor de Melo y luego Fernando H. Cardoso (Brasil) resultaron algunas de sus más conocidas encarnaciones presidenciales. Las profundas y regresivas consecuencias en términos sociales y democráticos que la aplicación de estas políticas supuso (de las cuales la pauperización de masas es una de sus expresiones más trágicas) fueron el resultado de las agudas transformaciones estructurales que modificaron la geografía societal de los capitalismos latinoamericanos en el marco del nuevo orden que parecía imponer la llamada “globalización neoliberal”

¿Es Mario Vargas Llosa liberal?

En principio, me desilusionó. Después de tanta bulla mediática, que aprovechó un desacuerdo inicial raudamente cicatrizado por nuestra Presidenta, Mario Vargas Llosa habló al fin en la mal llamada Feria del Libro (que debería ser en realidad Feria del Negocio del Libro). Y lo hizo sin limitación alguna, ante un público que dispuso no de una sino de dos salas, todo el acto (que cerró un largo monólogo disfrazado de entrevista) fue transmitido íntegro por televisión, los medios adictos lo arroparon como siempre, y hasta Página/12 le dedicó la tapa y un reportaje en sus tres primeras páginas.