Situación límite

Más allá de los desbordes coyunturales que caracterizan a la economía argentina en el último año y de los variados planes de estabilización que se aplicaron en ese periodo y que fracasaron con creciente rapidez, un hecho relevante es que las vicisitudes del corto plazo no desembocaron nunca en un cambio de la estrategia a largo plazo que está en vigencia. Si bien es cierto que las reformas estructurales que ha puesto en marcha el gobierno de Carlos Menem son mucho más ambiciosas que las planteadas por la administración radical, la orientación de ambas marca una continuidad cuya única diferencia es el cambio que ha habido en los ritmos de realización. La razón de fondo de la ininterrumpida crisis coyuntural y de la aparición recurrente de períodos hiperinflacionarios, es que el nuevo modelo ya tiene un diseño definitivo y salen a la luz en toda su dimensión los efectos que tendría su funcionamiento sobre el conjunto de la sociedad. Las turbulencias del último año son la expresión de las dudas respecto a su viabilidad sociopolitica y a la capacidad de la clase política para imponer el conjunto de precios relativos consistente con el modelo y para regular el conflicto social que de él se deriva.

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