En Resumidas Décadas

Desde el mismo inicio de la discusión económica en Argentina ha existido una fuerte polémica en torno a cuáles son las características deseables de una política que favorezca el desarrollo nacional. Paradójicamente, esta polémica que se aprecia desde textos como “La representación que el apoderado de los hacendados de la campaña del Río de La Plata dirigió al excelentísimo señor Virrey, Don Baltazar Hidalgo de Cisneros, en el expediente promovido sobre proporcionar ingresos al Erario por medio de un franco Comercio con la Nación inglesa” (Mariano Moreno, 1809), hasta las más recientes discusiones públicas sobre comercio exterior y derechos de exportación desarrolladas en el mismo seno del Poder Legislativo, ha sido sistemáticamente desfigurada u ocultada por la mayor parte de nuestra profesión, generando un ostensible divorcio entre las ideas y la realidad… entre la teoría económica y la acción política. En este sentido, al presentar el ciclo de conferencias “Hacia la consolidación del Pensamiento Económico Nacional” organizado en 1985 por el Centro de Estudios de la Realidad Económica (CERE) que presidía, Marcelo Diamand afirmaba: “El nombre elegido no es una casualidad. El punto de partida de la institución que presido (…) es que el problema de nuestro país es el divorcio entre las ideas y la realidad: la Argentina se debate (…) en una desorientación por no entender la evolución de la propia realidad económica.”. Marcelo Diamand (1986, p. 60) El punto de partida de su pensamiento consiste en desatacar la existencia de una estructura productiva desequilibrada (EPD) que, de no mediar políticas económicas apropiadas, afecta sensiblemente la posibilidad de un proceso de desarrollo sostenido en la Argentina y buena parte de las economías latinoamericanas

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