Volver al mundo como deudor

Un nuevo ciclo de endeudamiento está en marcha a toda velocidad. En sus primeros seis meses de gestión, el Ministerio de Hacienda y Finanzas incrementó la deuda un 17 por ciento en dólares. De la mano del pago a los fondos buitre, la colocación de letras del Tesoro y el crédito de corto plazo solicitado por el Banco Central pasó de 160.000 a 187.000 millones de dólares. La magnitud del incremento en los pasivos externos del país es la más relevante para un período tan breve de tiempo desde 1994, marcando un quiebre con la etapa reciente de desendeudamiento.

Un modo de producción

Si hubiera que ponerle un cantito sería éste: “In-fla-ción/de los trabajadores/y al que no le guste/ ¡se jode, se jode!”. Lástima que el primer índice de la inflación específica de los trabajadores registrados no sea para cantar. Según el economista Mariano de Miguel, entre mayo de 2015 y mayo de 2016 el índice promedio de aumento de precios fue del 44,1 por ciento, con un leve descenso para los trabajadores de mayores ingresos, que soportaron un 40,9, y una gran elevación para los trabajadores en blanco de menores salarios, sobre los que cayó un 49,9 por ciento. Es decir que no solo cayeron los ingresos reales en conjunto sino que la desigualdad aumentó también por la forma asimétrica en que se descargó el famoso sinceramiento ordenado por el Ejecutivo.

El regreso tan temido

El director de Comunicaciones del FMI, Gerry Rice, confirmó que en los próximos días vendrá una misión técnica del organismo para evaluar el Índice de Precios y el PBI que elabora el Indec.

También anticipó que “estamos listos para avanzar con el capítulo IV referido a la Argentina y con este propósito estamos planeando una misión (que vendrá a la Argentina) hacia fines de septiembre, que es independiente de la misión que vendrá en julio”. Esta revisión del artículo IV consiste en una evaluación del conjunto del desempeño macroeconómico del país, y de los objetivos de política monetaria, fiscal y otras áreas de política pública.

Festival de bonos

El nuevo ciclo de endeudamiento externo público y privado comenzó con 26.710 millones de dólares en apenas tres meses. Se suman otros 5000 millones de dólares recibidos por el Banco Central en un préstamo de corto plazo, con una garantía de 10 mil millones en bonos públicos. Más otros 1489 millones en Letras del Tesoro a corto plazo. El saldo en un solo trimestre alcanzó los 33.199 millones de dólares. Ese monto seguirá aumentando en lo que queda del año. Esta semana habrá una nueva ronda de esas Letras en dólares a 3, 6 y 8 meses, y el plan del blanqueo de capitales de por lo menos 20 mil millones de dólares, según estimaron funcionarios de Hacienda y Finanzas, tiene previsto que una parte se canalice a través de la emisión de títulos públicos a tres y cinco años.

El inmenso esfuerzo social de cancelación neta de deuda iniciado con el pago al FMI, en enero de 2006, proceso que se extendió hasta el final del anterior gobierno, dejó el terreno despejado para que un gobierno conservador pudiera desplegar lo que mejor sabe hacer: endeudamiento gigantesco para maquillar el descalabro fiscal autoinfligido y para abordar la debilidad del sector externo por el déficit comercial y la constante fuga de capitales. Así fue durante la dictadura militar, en la década del noventa con la convertibilidad y ahora en el gobierno de Macri.

El retorno del capital financiero

En pocos meses el gobierno de Cambiemos ha desmontado gran parte de los avances logrados por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina en doce años. La brutal devaluación, acompañada por la eliminación de las retenciones y una rebaja del 5 % a la de la soja (en un plan plurianual para eliminarla totalmente) se tradujo en un salto inflacionario que erosiona los salarios reales. Por otro lado ha iniciado un plan de reducción de personal en el Estado con claros fines persecutorios y de disolución de organismos de control y promoción social, al tiempo que da una señal al sector privado para que haga lo propio. El veto a la doble indemnización es una luz verde para continuar con esa política.

El ajuste no se ve

No se enoje con el título. Tenga paciencia y siga leyendo. Pero antes, piense unos segundos y responda si considera que en estos cinco meses el gobierno de Cambiemos realizó o no un fuerte ajuste de las cuentas públicas. La conclusión de la mayoría será, seguramente, afirmativa, influida por el impacto del tarifazo, por los despidos en el Estado y por el freno en la obra pública. Sin embargo, la realidad no es esa. Según datos oficiales, en el primer cuatrimestre del año el déficit del sector público fue de 62.403 millones de pesos, apenas 1.764 millones menos que en igual período del 2015. Ese resultado fue producto de un aumento en los ingresos del 29 por ciento y de un aumento en el gasto de un 24 por ciento.

Contra la sensación reinante, esos números están muy lejos de reflejar un fuerte ajuste fiscal.