Argentina en el sistema mundial desde el quiebre de los 70’s a la actualidad: política exterior, proyectos en pugna y punto de bifurcación

Este artículo analiza la política exterior argentina a cuarenta años de democracia, articulando los ‘modelos de desarrollo ’y proyectos políticos estratégicos en debate en relación al tipo de ‘inserción ’internacional en cada fase. El artículo se enfoca en la inserción de Argentina en la economía política internacional desde la dictadura de 1976, como bisagra de la crisis Argentina, los ciclos posteriores de neoliberalismo e interregnos de procesos nacional-desarrollistas. 

La política exterior fuera del debate

En un mundo en plena transición histórica-espacial, con acelerados cambios estructurales y en guerra, resulta sintomático que la política exterior no haya estado en el debate presidencial como tema a tratar por los candidatos. Ni siquiera como subtema, más allá de que sí lo hayan abordado puntualmente algunos de ellos. Tampoco es una cuestión que aparezca con demasiada profundidad en el debate político mediático y dirigencial, como si fuera una cuestión secundaria en el tensionado escenario local. O peor, aparece más bien como propaganda con el objetivo de alinear al país bajo una política exterior ajena, desligada de nuestros interese, necesidades y problemas.

Una política exterior acorde al tiempo y el espacio

Toda política exterior es una proyección en el plano externo de un proyecto de país, de ahí que la misma se define como una política pública constituida por el conjunto de decisiones y acciones que lleva adelante un Estado, dirigidas a cambiar o preservar las condiciones del contexto internacional, con el objetivo declarado de defender y promover los intereses y valores de ese Estado en el sistema internacional, en correspondencia con el modelo económico y político promovido internamente.

Caídos del mundo

En materia de política exterior existen dos percepciones aglutinantes. Una refiere por derecha a la idea de “Argentina caída del mundo”, otra; por izquierda, remite a una presunta “decadencia de Estados Unidos”.

La primera presupone que “el mundo” se recorta en el imperio estadounidense y sus satélites europeos. Su propuesta de economía política es la del “desarrollo dependiente”.