Ocasa ingresa en el mercado del traslado global de dólares

La Nación

La Reserva Federal estadounidense autorizó a operar a la ex empresa de Yabrán.

Fuente: La Nación

Cuando Ocasa decidió explorar un nuevo nicho en el mercado internacional de la logística internacional no anduvo con medias tintas: apuntó nada más y nada menos que al transporte físico de los dólares que viajan desde Miami hacia el mundo, y en particular a América latina. Y para lograrlo, los ejecutivos de la empresa trabajaron por dos caminos: por un lado, construyeron un verdadero alcázar con extremas medidas de seguridad; y por el otro, procuraron todas las autorizaciones que les permita formar parte de un selecto grupo de empresas autorizadas a entrar a la Reserva Federal (Fed) estadounidense.

Con todos los permisos sellados y después de desembolsar US$ 10 millones, Ocasa trabaja contra reloj para llegar al 29 de este mes, la fecha en la que esperan poder empezar a operar en un negocio que mueve 650 millones por año. "Tuvimos que pasar por cantidades de controles, desde Héctor Colella [propietario de Ocasa] para abajo, todos los empleados. Hemos sido investigados por los servicios secretos de los Estados Unidos, por la Fed y superamos todos las instancias. El 29 del actual ya estaremos en condiciones de empezar a operar", dijo el mismísimo Colella en Miami, donde tiene el corazón de su negocio el empresario que alguna vez fue la mano derecha del polémico Alfredo Yabrán, el fallecido ex dueño de Ocasa.

En medio de los últimos preparativos antes de que todo esté en su lugar, Colella dedicó un día de agenda a hacer las veces de anfitrión en las instalaciones que la empresa tiene en Doral, una joven urbanización en las afueras de Miami. "Para este año, esperamos trasladar 10.000 millones de dólares. Pensamos tener el 10 por ciento del mercado en poco tiempo", dice el empresario.

Prolijamente enfundado en traje negro y barnizado de una notable ascendencia sobre sus empleados, Colella lideró la caminata por las instalaciones de la firma. Eso sí, siempre flanqueado por dos de sus seis hijos, su hermano Pablo y sus colaboradores más cercanos.

"En Miami, Ocasa tiene tres plantas. Además de la de valores, está la de courier [correo] y nuestra estrella, la que está dedicada al transporte de mercaderías biológicas", sostuvo Colella. Según sus palabras, esta división, que tiene como clientes a los principales laboratorios, se lleva un 60% de la facturación de la compañía, que en 2004 ascendió a US$ 94 millones.

Negocio seguro

La planta, que se mostró a la prensa antes de que los últimos detalles de seguridad y las regulaciones de la Fed impidan que se vuelva a abrir, cuenta con tecnología adaptada para hacer de ese búnker un lugar inviolable. "No existe la seguridad absoluta. Acá se trata de hacer más difícil el acceso al objetivo. En Ocasa ese tiempo es de siete horas y el tiempo de respuesta de la policía local es de tres minutos", ejemplificó su dueño.

"Nosotros vamos a retirar el dinero a la Reserva Federal y lo llevamos a destino. Podemos acceder hasta la panza del avión, gracias a una autorización del Aeropuerto de Miami", dijo un exultante Colella, que se animó a pronosticar que para el año próximo tendrán una planta similar en Nueva York.

Más allá del futuro de sus empresas, que parecen gozar de buena salud, estar enfrente del "Doctor Colella", como lo llaman sus colaboradores, invita a preguntar sobre su pasado y su relación con Yabrán. "Cuando pasó lo de Alfredo, él pidió que yo tendiera una mano a su familia y yo accedí al pedido de un amigo. Trabajé con ella hasta que se encaminaron las cosas. Luego seguí con mis negocios y ahora les doy consejos en algunos temas", contestó, tranquilo, Colella.

Por Diego Cabot

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