Obsesionarse con la inflación

Philip Arestis
La Gran Recesión que comenzó en 2007 tiene factores centrales y secundarios que también contribuyeron. Entre los elementos principales se destaca la regresión en la distribución del ingreso y la caída de los salarios reales y la liberalización e innovación financiera que dieron lugar a una fuerte especulación. Por su parte, los desbalances globales, la política monetaria y las agencias calificadoras de riesgo fueron factores que contribuyeron.

La crisis arroja importantes implicancias de política económica. La política monetaria no debe tener como único objetivo la inflación. La estabilidad de precios no es suficiente, es necesario prestar atención a otras variables como el tipo de cambio. La coordinación entre las políticas monetaria y fiscal es vital. Esta última debe utilizarse tanto en el corto como en el largo plazo. El sector financiero debe estar al servicio de la economía como un todo, y del sector productivo en particular. Los bancos deben responder a las necesidades de sus clientes antes que ofrecer ganancias de corto plazo a sus accionistas y una enorme rentabilidad para ellos mismos. Es necesario una mejor y mayor regulación del sistema financiero que vuelva a separar los bancos de inversión de las entidades comerciales. Algunos elementos complementarios para esas reformas son los impuestos para el sector financiero, la abolición de las calificadoras de riesgo. La estabilidad financiera continúa siendo un gran problema y los avances en materia de regulación son extremadamente lentos y pobres.

Página/12 - 7 de octubre de 2012

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