Asamblea General

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Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno, ministros y representantes de los Estados Miembros, reafirmando nuestro compromiso solemne con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, en un espíritu de cooperación con los pueblos indígenas del mundo.

EUA, en un balance de fuerzas más que inestable

La ofensiva militar de Barack Obama en Siria cubre dos dimensiones que pueden constituir una paradoja. Es el mayor ataque lanzado hasta ahora contra la banda del ISIS –que es el principal y más letal enemigo del régimen pro-iraní de Bashar Al Assad– a quien Washington pretende derrocar-. El hombre fuerte de Damasco celebró, con cierta ingenuidad, esa aparente contradicción por el beneficio que espera en el balance de fuerzas de la guerra que se libra en el país. Pero, sus socios estratégicos, Irán y Rusia, se tomaron la cabeza contra una ofensiva a la que le adivinan objetivos que posiblemente excedan la narrativa de la Casa Blanca.

Hay razones para la suspicacia. El ataque a territorio sirio se hizo sin aviso ni acuerdo con el régimen, salvo que se tome de ese modo la advertencia que sí existió de EE.UU. a Damasco para que no toquen a sus aviones de guerra.

Triunfarán las ideas justas o triunfará el desastre

La sociedad mundial no conoce tregua en los últimos años, particularmente desde que la Comunidad Económica Europea, bajo la dirección férrea e incondicional de Estados Unidos, consideró que había llegado la hora de ajustar cuentas con lo que restaba de dos grandes naciones que, inspiradas en las ideas de Marx, habían llevado a cabo la proeza de poner fin al orden colonial e imperialista impuesto al mundo por Europa y Estados Unidos.

En la antigua Rusia estalló una revolución que conmovió al mundo.

Se esperaba, que la primera gran revolución socialista tendría lugar en los países más industrializados de Europa, como Inglaterra, Francia, Alemania y el Imperio Austrohúngaro.

Excentricidades de la política

Karl Marx fue el economista y científico social más importante e influyente del siglo XIX. Eso es sobradamente sabido. Pero fue también un formidable periodista de investigación y un soberbio analista de la coyuntura política internacional de su tiempo. Este inédito que reproducimos hoy –tan actual, por lo demás: ¡en tantas cosas estamos de vuelta al XIX!— viene a ilustrar ese juicio de valor.

En su libro sobre el Congreso de Viena, el Abate de Pradt acusa con toda justicia al “congreso bailarín”, como fue llamado por el Príncipe de Ligne, de haber sentado las bases de la supremacía rusa en Europa y de haberla sancionado. [1]

¿De qué solidaridad habla la UE?

Voceros de la Unión Europea (UE) alegan en contra de países latinoamericanos que han aceptado exportar a Rusia, como alternativa a las exportaciones de Europa y de Estados Unidos. Expresión más de cómo Europa se encuentra encerrada en sí misma, sin darse cuenta de lo que pasa en el mundo ni en América latina y, a lo mejor, ni siquiera de lo pasa en la misma Europa.

El día en que el agricultor de Cieza aprendió geopolítica

Hace veinte años los piquetes de campesinos franceses destruían en el sur del país varios camiones que transportaban fresas procedentes de España. Los agricultores protestaban contra las importaciones españolas, cuyo bajo precio desplazaba a los productos autóctonos en las grandes superficies. O tempora o mores! Entonces vivíamos en otro mundo muy diferente: el coloso rojo había desaparecido para ser entregado a los técnicos del desguace y el Tratado de Maastricht había sentado, dos años antes, las bases de la Unión Europea, la organización que prometía con enterrar décadas de conflicto y animadversión entre naciones en un continente que entonces luchaba por salir de la recesión económica. ¿Qué eran unos cientos de kilos de fresas alfombrando las carreteras francesas en comparación? Las sanciones aprobadas recientemente por Rusia son una prueba de lo mucho que ha cambiado el mundo desde entonces.

Los Estados Unidos y los niños migrantes

Más allá de la situación coyuntural, la fragilidad de los estados y la falta de consensos para políticas fiscales progresivas debe salir a colación en reunión entre Obama y presidentes del Triángulo Norte

Los presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica se reunirán con el de Estados Unidos (EUA) el próximo viernes 25 (a la fecha la reunión ya se realizo) para discutir sobre la migración de menores no acompañados.

¿Qué es hoy una potencia nacional? El caso del poder económico de los EEUU

No se ha debatido sobre los datos sobre los que habría que debatir. El modo tradicional de conceptualizar el poder nacional ha sido atender a la llamada contabilidad nacional (sobre todo, al PIB, pero también a la balanza comercial, a la deuda nacional, a la participación nacional en la producción industrial mundial, etc.) y compararla con la de otras naciones. Pero en la era de la globalización, y en la medida en que las mayores empresas transnacionales del mundo realizan ahora vastas operaciones por todo el globo, esa ecuación entre contabilidad nacional y poder nacional comienza a resquebrajarse.

La fase demencial del totalitarismo neoliberal

No hay que ser un experto para ver que en los últimos meses, y de manera cada vez más acelerada, el imperialismo estadounidense y sus aliados de la OTAN están tratando de crear todas las condiciones para transformar las relaciones internacionales en un nuevo teatro de confrontaciones con vistas a mantener el ya cuestionado sistema internacional unipolar y la hegemonía neoliberal.

Hace apenas tres años, cuando alboreaba la multipolaridad con los esfuerzos de creación de UNASUR y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con Rusia tratando de consolidar una región euroasiática y los BRICS explorando una alternativa a la tiranía neoliberal, el imperialismo se lanzó a la creación de nuevos focos de tensión, interviniendo en Libia –que en ese entonces era un país clave de una necesaria integración africana-.

Un siglo después de la Gran Guerra

La Argentina mantuvo a rajatabla la neutralidad durante la Gran Guerra de 1914-1918, lo que le valió grandes presiones de los países europeos beligerantes y de los EE.UU. cuando este país decidió comprometerse al lado de la entente conformada por Gran Bretaña, Rusia y Francia a la que se sumó más tarde Italia. Ramón D. Tarruella sostiene en su libro 1914. Argentina y la primera guerra mundial (Aguilar) que en el país el conflicto “impactó pero no conmocionó” no obstante que la decisión estratégica de mantener la neutralidad, promovida tanto al inicio de la guerra por el gobierno conservador de Victorino de la Plaza, fue continuada y defendida por su sucesor el radical Hipólito Yrigoyen.