Atrapada en su ‘lustro del diablo’

El capitalismo es, a veces, una perfecta contradicción; un estupendo oxímoron. Es paradójico que el peor momento de la Gran Recesión, en el que pudo pasar de todo, sea todavía la quiebra de Lehman Brothers. Porque aquel final de verano de 2008 fue prácticamente el único momento en el que sistema se atrevió a aplicar de veras su regla de oro: que cada palo aguante su vela. El Gobierno estadounidense dejó caer Lehman, el cuarto banco de inversión del mundo, y apareció el fantasma de una segunda Gran Depresión.