Las transferencias de recursos a la cúpula económica durante la presidencia Duhalde. El nuevo plan social del gobierno*

[b]Realidad Económica 186[/b] [b]Eduardo Basualdo** [/b] [b]Claudio Lozano*** [/b] [b]Martín Schorr****[/b] * Aporte presentado en la Asamblea Nacional del FRENAPO del 2 de marzo de 2002 ** Integrante del Instituto de Estudios y Formación de la CTA. Coordinador del Area de Economía y Tecnología de la FLACSO. Investigador del CONICET. Miembro de la Comisión directiva del CELS. *** Secretario de Estudios y Formación y Director del Instituto de la Mesa Nacional de la CTA. Director del Instituto de Estudio y Formación de la CTA. **** Investigador del Area de Economía y Tecnología de la FLACSO.

La sociedad argentina soporta, a partir del estallido del modelo a fines del año anterior, las disputas que mantienen las distintas fracciones del poder económico y sus efectos destructivos sobre los niveles de actividad productiva y la distribución del ingreso.

El gobierno de transición del presidente Duhalde no logra contener esos conflictos y plantear un proyecto que incluya a los sectores populares, en el marco de una población hastiada por una persistente desigualdad que las últimas medidas han profundizado hasta límites críticos.

El presente trabajo se publicará en la Revista Realidad Económica N° 186 (16.02.02/31.03.02)-elaborado sobre un sólido análisis y entrecruzamiento de datos- intenta aportar elementos para precisar los montos de esta nueva transferencia de ingresos al capital más concentrado e indicar cuáles han sido las fracciones empresariales más favorecidas, al tiempo que busca alertar sobre futuras redistribuciones con similar orientación.

I. Introducción
Con el colapso del régimen de valorización financiera y transferencia de recursos al exterior que durante la última década fue regulado a partir de la convergencia de la convertibilidad con la privatización de las empresas públicas, la desregulación y la reforma del estado, la sociedad argentina soporta las disputas que mantienen las distintas fracciones del poder económico y los efectos deletéreos que éstas tienen sobre los niveles de actividad económica y la distribución del ingreso.

Obviamente, un modelo que sostenía la realización de ganancias extraordinarias en dólares por parte de la cúpula empresarial local (grupos locales, conglomerados extranjeros, bancos y empresas privatizadas), basado sobre la expansión de la deuda pública, toca a su fin cuando se corta el financiamiento y/o cuando el Sector Público se encuentra sobreendeudado.

La coyuntura internacional y los cambios que ésta determina en la orientación de los flujos financieros define el primero de los puntos. El balance negativo que en materia de divisas tiene el país, sumado a la masa de endeudamiento del Sector Público, completan el cuadro final al que hoy asistimos. Por cierto, se trata de un contexto en el que las distintas fracciones dominantes intentan posicionarse a los efectos de preservar o incrementar el valor de sus activos y mantener o elevar sus tasas de ganancia.

Es en este marco donde debe ubicarse al gobierno de transición que pretende comandar el Dr. Duhalde. Era de suponer que un gobierno de este carácter, en el contexto de una sociedad hastiada por la desigualdad, debía ser capaz de instaurar un orden que permitiera regular los conflictos expuestos. En más de una ocasión sostuvimos desde nuestra Central que una salida sustentable y equitativa era el camino para superar el dislate al que nos había llevado el régimen convertible lo cual implicaba implicaba descartar lisa y llanamente una devaluación que no contemplara previamente reformas estructurales que orientaran su impacto.

Señalamos, en ese sentido, que era imprescindible reordenar el conjunto de las relaciones económicas (pesificación, distribución, apertura, relación con el capital extranjero y las privatizadas, régimen fiscal, etc.) como paso previo para retomar la política cambiaria. Sin embargo, el peso decisivo que cierta parte de las fracciones dominantes tuvo en la alianza gobernante, transformó la devaluación en el punto de partida de la nueva política económica. Para ser más precisos, los grandes grupos empresarios locales y extranjeros dueños de una poderosa inserción productiva y con importantes activos financieros en el exterior (expresados en el denominado "Grupo Productivo"), que habían perdido posiciones en la economía real durante el último quinquenio, fueron los impulsores originales de este trayecto. Dado que además son reacios a ceder en términos de aporte fiscal parte de las ganancias extraordinarias que la devaluación les genera, esto implicó que la modificación cambiaria tampoco se inscribiera en un esquema de política económica mínimamente articulado que permitiera orientar y ordenar la crisis vigente. Lejos de ello, la devaluación dio lugar a una disputa aún mayor donde las distintas fracciones del bloque dominante pretenden reposicionarse (coincidiendo, todas ellas, en que la principal variable de ajuste continúen siendo los ingresos populares).

En suma, el gobierno no arbitró y Duhalde ha potenciado el conflicto concediéndole a cada fracción lo que le reclama. Le cedió a la cúpula de los grupos empresarios locales y extranjeros la salida devaluacionista, la pesificación de sus deudas en divisas con el sistema financiero local y el no cobrarles impuestos; le cedió al FMI el régimen de flotación cambiaria que en un país con escasas reservas y déficit estructural en su balanza de pagos transforma a éste en dependiente de la provisión de financiamiento externo; le cedió a los bancos la preservación de su patrimonio estatizando la deuda privada pesificada y mantuvo el régimen privado de fondos de pensión; y, por último, aún resta por saberse lo que ocurrirá con las negociaciones que el gobierno encarará con las privatizadas que tienen un punto central no sólo en el ajuste tarifario y el desarrollo de las inversiones, sino que incluye un capítulo clave consistente en la deuda que estas firmas dicen mantener con el exterior .

La conjunción de todas estas concesiones ha derivado en un "punto ciego" donde, habiendo devaluado y generado nuevas rentas extraordinarias locales se ha profundizado la recesión y sin cobrarles impuestos a los ricos, el gobierno termina en una política económica que siendo absolutamente tributaria y dependiente del financiamiento externo, no está en condiciones de argumentar siquiera frente a quienes lo proveen -el FMI- cómo afrontarlo. No sólo en lo relativo a los pagos correspondientes a este año sino, incluso, respecto al que viene. Con un dólar mas alto, sin reactivación y sin cobrar impuestos, garantizar los pagos al exterior supone un ajuste fiscal imposible de procesar políticamente en la Argentina actual.

Por otra parte, como las nuevas rentas se realizan en un contexto donde a la caída generalizada de la actividad económica y a la destrucción del empleo se le adiciona la caída salarial por aceleración de los precios domésticos, esto define que esta nueva transferencia al capital más concentrado se realiza a expensas del conjunto de la sociedad y, fundamentalmente, de los sectores populares y de las fracciones más débiles del empresariado local. Ciertamente, en el contexto expuesto las afirmaciones seudopopulistas realizadas últimamente por el presidente Duhalde respecto a la constitución de un fondo proveniente de una contribución de emergencia de los grandes grupos empresarios para financiar planes de empleo, así como el coqueteo, el enunciado y la práctica expresa de la emisión dado el colapso recaudatorio, completan un cuadro preocupante donde la perspectiva de un proceso hiperinflacionario y/o de profundización de la devaluación del peso con consecuencias dolarizantes no puede descartarse.

En función de lo expuesto, y dado que el gobierno ha abdicado de la labor de transición ordenada y equitativa que le cabía desempeñar, la situación actual sólo puede interpretarse como un nuevo y desordenado proceso de redistribución regresiva del ingreso que objetivamente tiende a fijar un nuevo piso distributivo en esta Argentina desigual, pero que en absoluto termina de definir (por lo menos hasta el momento) el rumbo futuro de este -cada vez más- salvaje capitalismo argentino.

--------------------------------------------------------------------------------

Nota1
Así por ejemplo, el día 30 de enero de 2002, la empresa Aguas Argentinas remitió a la Subsecretaría de Recursos Hídricos una nota (Nº 35.049/02) en la que se señala: "La fuerte caída en la recaudación, un servicio de la deuda que alcanzará a más de 200 millones de dólares en 2002, una deuda de muy corto plazo de más de 90 millones de dólares, el encarecimiento de los insumos críticos, todos hechos generando un cash-flow negativo a los cuales se suma la violación de todos los ratios financieros de la concesión se impone, en los términos de las normas contractuales (en particular Resolución Nº 601/99 SRNyDS), adoptar en lo inmediato, una serie de medidas de emergencia... con el objeto de no afectar a corto plazo en grado sumo la prestación de los servicios sanitarios a los 8 millones de habitantes servidos por Aguas Argentinas". En ese marco, una de las principales "medidas de emergencia" propuestas por la empresa es la siguiente (nótese el tono con el que está escrita): "el Banco Central de la República Argentina entregará a Aguas Argentinas S.A. US$ contra $ con la tasa de Cambio 1 US$ 1$ para asegurar en los plazos previstos el servicio de las deudas de corto y largo plazo que se pactaron con Bancos nacionales e internacionales, así como Organismos de carácter Multilateral" (énfasis propio). Cabe aclarar que la actual deuda externa de Aguas Argentinas supera los 600 millones de dólares.

--------------------------------------------------------------------------------

En este contexto, el presente trabajo intenta aportar elementos para precisar los montos de esta nueva transferencia de ingresos al capital más concentrado e indicar cuáles han sido las fracciones empresariales más favorecidas. Además, buscar alertar respecto de futuras transferencias que aún no se han consumado pero que, como ya se mencionó, efectivamente ya están en discusión.

Antes de presentar el análisis de los resultados obtenidos, corresponde consignar que éste sólo considera la información disponible sin incorporar la totalidad del endeudamiento de las empresas privadas con el exterior (las Obligaciones Negociables fueron una pero no la única de las modalidades adoptadas por el endeudamiento externo), sin incluir el impacto favorable que la devaluación tiene sobre la disponibilidad de activos financieros en el exterior, ni tampoco el encarecimiento de los insumos importados. No obstante, considerando que el endeudamiento externo privado total no supera los US$ 60.000 millones, que una parte sustantiva de la deuda que declaran los grupos extranjeros comprende, aproximadamente, un 50% de deudas con su propia casa matriz (autopréstamos), y que los grupos locales tienen activos financieros en el exterior por cifras que duplican los valores de la deuda externa privada total, queda claro que cuando se puedan precisar los efectos completos del proceso en curso, los beneficios serán superiores a los que aquí se estiman. Es decir, si los activos financieros duplican el endeudamiento privado y parte de éste responde claramente a autopréstamos, nunca el impacto del volumen de importados puede compensar el beneficio expreso de la devaluación. Máxime, cuando la información disponible nos indica que el saldo comercial en divisas de la cúpula empresarial es claramente superavitario (más aún, después de la modificación del tipo de cambio -superior al 100%- lanzada por el presidente Duhalde).

II. Sobre el universo de análisis
Se considera un panel de empresas integrado por las 80 firmas más importantes en materia de exportaciones (los datos corresponden al año 2000), las 80 con mayores deudas con el sistema financiero local (la información, suministrada por el Banco Central corresponde a mediados del año 2001), y las 80 principales emisoras de deuda bajo la modalidad de obligaciones negociables (se trata de la emisión acumulada desde inicios del decenio de los noventa hasta 1997). El universo considerado permite captar los efectos principales que en materia de transferencia de ingresos y licuación de deuda han generado la devaluación y la pesificación.

Asimismo, la presentación de las firmas endeudadas bajo la emisión de obligaciones negociables permite alertar, mensurando, los efectos que en términos de transferencia de ingresos podría suponer la absorción por parte del estado del mencionado endeudamiento. La relevancia económica que tienen estas empresas comienza a percibirse al sumar los montos totales de exportaciones y endeudamiento -tanto externo como con el sistema financiero local- que se presentan en el cuadro Nº1.

Cuadro Nº1. Distribución de las 80 empresas con mayores exportaciones, deudas con el sistema financiero y obligaciones negociables emitidas según tipo de capital (cantidad y millones de dólares)

Fuente: Elaborado sobre información del IDEF de la CTA.

Por otra parte, la relevancia que estas firmas tienen en términos de dimensión económica así como respecto de las distintas variables, permite sostener además el argumento de que las transferencias de ingresos que se han realizado se encuentran acotadas a un número sumamente reducido de agentes económicos.

Retomando la consideración del cuadro Nº1 vale la pena aclarar los criterios sobre cuya base se agrupan las empresas consideradas. El tipo de estructura de capital es la categorización que estructura la presentación de las empresas en las tres variables analizadas. Las asociaciones remiten a la presencia de consorcios integrados por diferentes capitales, con una inserción dominante en las áreas de servicios públicos privatizados. Los grupos económicos son conglomerados de origen local que tienen más de 6 empresas en la actividad económica interna. Los conglomerados extranjeros tienen la misma estructura que los grupos pero sus propietarios no son locales sino oriundos de otro país. Las empresas independientes son aquellas de capital local que no tienen estructura de conglomerado (controlan menos de seis empresas), y las trasnacionales, si bien integran una estructura de propiedad con presencia en diferentes países, en la Argentina exhiben un tipo de configuración similar a las empresas independientes, es decir, tienen menos de seis firmas operando en nuestro país.

La observación de las variables permite realizar algunos comentarios. Sobre el total de exportaciones considerado, en términos de valor absoluto, la posición principal está ocupada primero por las trasnacionales y luego por los conglomerados extranjeros. Sin embargo, al observar los promedios por empresa se acrecienta el papel de los grupos locales que pasan a ocupar la segunda posición luego de los conglomerados extranjeros que siguen siendo los principales exportadores. Ciertamente, un lugar secundario en esta variable le corresponde a las asociaciones que, como fue mencionado, en una proporción importante remiten a los servicios privatizados.

Al considerar el endeudamiento interno, las más endeudadas en términos de valor absoluto son las asociaciones seguidas de cerca por los grupos locales. Sin embargo, al observar los promedios por empresa los grupos económicos y los conglomerados de origen foráneo son, por lejos, los que ocupan las dos primeras posiciones.
Al observar en valores absolutos las Obligaciones Negociables, son las asociaciones y los conglomerados extranjeros los que ocupan los dos lugares principales. Sin embargo, al ver los promedios por empresa los grupos económicos vuelven a ubicarse en el segundo lugar.

En definitiva, de las evidencias presentadas se desprende que, más allá de su lugar en términos de valor absoluto en cada variable, los grupos económicos son, por su dimensión empresaria, de los mas importantes, y, de resultas de todo ello, una de las fracciones dominantes más favorecidas por las medidas de política lanzadas hasta el momento por la Administración Duhalde.

Lo descripto hasta aquí puede presentarse también intentando una estilización conjunta de las tres variables para cada tipo de capital. En este caso, parece razonable organizarlo sobre la base de los promedios por empresa:

En las asociaciones las exportaciones promedio se ubican en US$ 111,9 millones, mientras la deuda por ambos conceptos asciende a US$ 297,4 millones. Es decir que el coeficiente deuda sobre exportaciones sería 2,6 o, en otras palabras, tiene 2,6 dólares de deuda interna por cada dólar de exportación.

En los grupos económicos locales las exportaciones ascienden a US$ 227,4 millones por empresa, al tiempo que el total de la deuda es de US$ 347,2 millones, con lo cual el coeficiente antes mencionado asciende a 1,5.

En los conglomerados extranjeros las exportaciones ascienden a US$ 326,3 millones por firma, mientras que la deuda total es de US$ 526 millones. Por lo tanto, el coeficiente que mide dólares de deuda por dólares de exportación se ubica, en este caso, en 1,6.

En las empresas locales independientes las exportaciones son de US$ 120,2 millones y la deuda total asciende a US$ 117,9 millones, con lo cual el coeficiente es de 0,98 (en otros términos, en este segmento empresario, con menos de un dólar de deuda se financia un dólar de exportaciones).

En las empresas transnacionales las exportaciones representan US$ 224,5 millones y la deuda total es de US$ 135,4 millones. En consecuencia, la relación deuda/exportaciones asciende a 0,6.

Surge con nitidez que quienes parecen más afectos al uso de capital ajeno son casualmente quienes han tenido los mejores resultados económicos durante la década pasada. Es decir, los grupos económicos locales, los conglomerados extranjeros, y las asociaciones. Notablemente, quienes mejor coeficiente reflejan son quienes han tenido comportamientos menos dinámicos. Tal situación induce a pensar que el endeudamiento es un mecanismo dirigido a reducir patrimonio, bajar carga impositiva y, en el caso de los autopréstamos, fugar excedente.

Otra diferenciación importante a considerar es cual ha sido el mecanismo principal de endeudamiento para los distintos tipos de capital. Para la asociaciones el 70% del endeudamiento procede, en esta presentación, de la emisión de Obligaciones Negociables. Para los grupos económicos de origen nacional la situación es la misma. En el caso de los conglomerados extranjeros las obligaciones representan el 82% de su financiamiento global. En las empresas independientes, el 86% del financiamiento procede del endeudamiento interno, y en las empresas trasnacionales, el 68% del financiamiento comprometido en esta muestra corresponde al sistema financiero local. Discriminación que adelanta quiénes son las fracciones dominantes que, luego de haber licuado sus pasivos internos por montos sumamente elevados, impulsan la implementación de un seguro cambiario sobre sus deudas externas. Concretamente, asociaciones, grupos económicos y conglomerados extranjeros.
Las consideraciones precedentes pueden completarse observando el cuadro Nº3 donde se presenta a qué tipo de entidad bancaria local le deben las distintas estructuras empresarias.

Compartir en