Histórico parto

Hugo Moldiz*
Evo Morales conquistó una victoria histórica, quizá la más importante de los últimos tres años. El pueblo le dijo Sí a la nueva Constitución Política del Estado. Es un nuevo marco normativo que establece con claridad que los bolivianos serán propietarios de todos los recursos naturales del país, cuya administración estará a cargo del Estado, consigna el acceso universal a la educación y a la salud y consagra un régimen de autonomías de mayor alcance. Bolivia consolida un proceso de cambio y de refundación del país. [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] . Análisis de la nueva Constitución Política del Estado boliviano / Raúl Prada Alcoreza . Bolivia: una guerra que había comenzado hace mucho tiempo / Ramiro Lizondo Díaz [/size]

La revolución boliviana ya cuenta con su Constitución y no es poca cosa. La victoria obtenida el domingo 25 de enero, es quizá la más importante que el gobierno y el pueblo han conquistado en su duro y cotidiano enfrentamiento con un bloque oligárquico-imperial que, con métodos no democráticos y de sistemática violencia, se resiste a la construcción de un orden estatal y societal en el que todos tengan igualdad de derechos y oportunidades.

La victoria tiene un alto valor histórico, más que por el porcentaje que obtuvo, por los escollos que se tuvieron que enfrentar. La derecha -cívica, política y mediática-, se opuso desde un principio a la convocatoria a la Asamblea Constituyente, bloqueó durante casi tres meses la aprobación de un reglamento para su funcionamiento y en más de un año cerró las posibilidades de generación de consenso para la aprobación, en plenario, del texto constitucional. Pero la suma de voluntades colectivas partidarias de la nueva Constitución, con la que el insurgente Bloque nacional-indígena-popular pretende avanzar hacia un orden pos capitalista, también ha enfrentado campañas de guerra económica y de violencia armada que en agosto y septiembre de 2008 hicieron tambalear uno de los procesos revolucionarios más profundos de la historia nacional. Por eso, es un histórico parto.

El referéndum constitucional ha concluido y hay un solo dato evidente y contundente: Bolivia tiene una nueva Constitución, aprobada, por vez primera en su historia, mediante una amplia participación ciudadana. Otras interpretaciones, que siempre saldrán de las voces de los perdedores, no se ajustan a la ética y más bien muestran señales de futuros enfrentamientos que no los quiere nadie. Es verdad que el gobierno debe hacer una lectura pausada y responsable de cómo se manifestó el voto, sobre todo en miras a las próximas elecciones nacionales, pero le corresponde a la oposición aceptar que hay un ganador. La democracia es una relación de mayorías y minorías, de ganadores y perdedores.

La victoria no debe conducir a ignorar los peligros. Otras batallas se librarán adelante, ya sea para poner en marcha el texto constitucional y otras para tratar de neutralizar su aplicación con el objetivo de desmoralizar a los que con su voto dirimieron el debate en torno a la Constitución. Lo recomendable es que el gobierno tome la iniciativa y vaya generando certidumbres en amplios sectores, sobre todo urbanos y empresariales, que perfectamente pueden pasar de su resistencia al cambio a constituirse en parte de sus pilares.

No hay revolución sostenible en el tiempo que no tenga su armazón jurídico-institucional. Bolivia ha dado un paso histórico en esa dirección y dependerá de los dirigentes del proceso no caer en la trampa y las provocaciones de la oposición dura, para vencer temores y fantasmas. Siempre con la relatividad como se deben interpretar los hechos, no hay duda que el viejo Estado, con los intereses que expresaba, ha sido vencido. Ahora viene lo más difícil y complejo: edificar el nuevo Estado, plurinacional y autonómico, de economía plural y de amplia participación democrática.

*Periodista

Fuente: [color=336600] La Época - 25.01.2009 [/color]

[i]En archivo adjunto: NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO DE BOLIVIA[/i]

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