Empresas de servicios públicos: argentinización, integración, provincialización / Diego Mansilla*

Mucho se ha hablado acerca de la privatización y desregulación de las empresas de servicios públicos de la década de los ‘90, de sus causas, de las consecuencias nefastas que ha tenido en la sociedad argentina en general -y en el sector energético en particular- y cómo se ha abandonado la idea de la energía como derecho, para usar la energía como un commodity, como una mercancía. En la actualidad, ha habido algunos cambios y han aparecido nuevos actores que deben ser analizados. En este sentido, vale preguntarse: ¿efectivamente estamos ante una nueva matriz energética?, ¿se recuperó esa política energética nacional?, ¿se recobró la energía como derecho? [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] . La regulación estatal de los servicios públicos en la Argentina: de la privatización a la reestatización / Mariela Verónica Rocca* . Límites del actual modelo / Natalia Aruguete* . .Argentina no dispone de su energía. Los caminos hacia la autonomía energética / Felix Herrero [/size]

Eso es lo que habría que empezar a pensar. Y la idea es comenzar a ver esto mediante los tres grandes cambios que uno puede ver que ocurrieron en el sector energético en los últimos tiempos: la ´argentinización´ de las empresas, la integración energética y la ´provincialización´ de las reservas hidrocarburíferas. La conocida ´argentinización´, un nombre dado por los medios, se refiere a la entrada de empresas con capital nacional en las ex privatizadas, que antes eran enteramente de las transnacionales.

La integración regional energética, que empieza en la década de los 90 desde el punto de vista de la infraestructura pero también en cuanto a las industrias, se muestra en que empresas de Latinoamérica están operando estos servicios públicos privatizados. El caso más claro es Brasil. Las empresas brasileras operan servicios públicos argentinos.

Y, yendo puntualmente al caso del Petróleo y el Gas, que si bien no son un servicio público son parte vital del sector energético, porque uno no puede hablar ni de energía eléctrica ni distribución de gas natural, sin hablar de cómo se extrae ese gas y cómo se transporta ese gas y ese petróleo. El cambio más importante en los hidrocarburos es la ´provincialización´ de las reservas.

Estos son los temas claves de los que tenemos que empezar a discutir. La idea es intentar poner un punto en estos temas, para ver si efectivamente hay un cambio en esta matriz.

El primer punto tiene que ver con la ´argentinización´ y el por qué decimos ´argentinización´. Porque esto es nuevo. Ahí hay una larga lista de empresas, la más importante es el Grupo Eskenazi - Petersen, entrando a YPF de la mano de Repsol.

Grupo Eskenazi entra a YPF
Electroenergía y Enarsa compran 50% de la controladora de Transener a Petrobras
Pampa Energía tiene 50% de la empresa controladora de Transener
Pampa Energía compra Edenor a EDF
Pampa Energía compra centrales eléctricas a Powerco y Camuzzi
Sadesa compra centrales eléctricas a Total y CMS
IATE controla Edemsa (Mendoza) de EDF
Ick y Banco de Santiago del Estero compran Edese (Sgo. del Estero) de Houston Energy
Grupo Chemo compra 19,6% de Gas Ban a Gas Natura
Vemos en la parte eléctrica muchos cambios. La entrada de un nuevo grupo, lo que antes era la figura de un frigorífico ahora es Pampa Energía, que es una de las principales generadoras. Tiene ahí el 50% de lo que es la principal transportista de energía eléctrica, cuyo socio es, en partes iguales, Electroenergía y la propia ENARSA, esta empresa energética que empezó como petrolera pero que es energética, porque no tiene petróleo sino activos como este tipo, en el transporte.

Las transnacionales que empezaron a entrar, primero las europeas, después las norteamericanas con la privatización, van saliendo reemplazadas por estas empresas nacionales. El último caso es esta semana con este grupo (Chemo) –desconocido totalmente en el sector energético- que obtuvo casi el 20% de Gas Natural Ban, de Buenos Aires Norte.

Vamos a ver un ejemplo puntal en el sector eléctrico, por una serie de causas. Una porque es que tiene datos oficiales de propiedad en generación y transporte, cosa que no pasa con el gas. Además, en el caso del gas hubo mayormente cambio de manos entre extranjeros.

GENERACIÓN ELÉCTRICA POR PROPIEDAD

Año 2002

Pero cuando uno ve las ganancias de YPF, se ve desde la entrada de Repsol en 1999 un rápido aumento de las utilidades, acompañando el crecimiento del precio internacional. Vale decir que, cuando se dieron las privatizaciones de YPF, desde el 94 al 98, el precio había llegado casi a un piso. El año 98, cuando se vende YPF, es el año de menores precios internacionales de petróleo de la historia desde la crisis del 73, y aún menores a los precios del 71 ó del 70. Tengo que irme a la década del 50 ó 60 para encontrar precios más bajos. Ahí, en ese momento se privatizó YPF.

Ese aumento del precio creó una crecida extraordinaria en las ganancias de YPF. Es decir, a pesar de perder reservas –que es el principal activo de una petrolera- las ganancias de Repsol en YPF están creciendo año a año, con el máximo en el año 2005 superando los 1.800 millones de dólares. La ganancia esta cayendo en los otros años a pesar de que crece el precio internacional porque, al no encontrar nuevos yacimientos, la extracción de YPF está cayendo.

Si uno cuenta las ganancias declaradas según los balances de Repsol, ganó $ 29.253 millones, lo cual me da unos u$s 11.300 millones. Estos u$s 11.300 millones son los declarados. A eso se le puede sumar u$s 239 millones, según una denuncia presentada por el MORENO por evasión, ya que en el año 2001 YPF remitió a Repsol mucho más de lo que había declarado por impuesto a las ganancias.

Además, si uno mira el balance hay créditos que YPF le da a Repsol, con lo cual se están “disfrazando” utilidades de YPF, porque ya no es ganancia, es un préstamo; queda parte del activo y eso se licúa. Según el balance 2007 de YPF, Respol le debe a su subsidiaria nada más que u$s 3.400 millones.

Es decir contando solamente las ganancias declaradas en apenas 9 ejercicios de Repsol en YPF, recuperó el 76% de invertido (U$S 15.000 millones). Si sumamos estos montos no declarados como ganancias, habrá recuperado la totalidad del monto en que se compró YPF. ¿Dónde está perdiendo plata YPF? ¿Cuáles son los problemas? ¿Por qué hay que salir a subvencionar la exploración? ¿Dónde se ve que las petroleras trabajan a pérdida?. Eso es lo que sale en el diario, ´no hay nafta o gasoil porque las petroleras trabajan a pérdida´. Actualmente, no ganan como en el 2005, pero ganan muchísimo más en dólares que años anteriores.

Entonces, ¿cuál es la lógica de la ´argentinización´?, ¿cuál es la estrategia de Repsol? Es, en Argentina, no reemplazar sus reservas. Un indicador es cuántos barriles se agregan a las reservas por cada barril extraído. Según los informes oficiales de la empresa en el año 2003 se remplazó apenas el 19% y en 2006 el 49%. Una petrolera que quiere seguir existiendo, por lo menos por cada barril que extrae tiene que dejar uno adentro, porque sino al corto plazo desaparece. En 2003 y 2006 fueron los únicos años donde esta tasa de reemplazo fue positiva, en el resto fue negativa. Siempre reponen muchísimo menos de lo que han extraído.

Ahora, ¿cuál es el plan estratégico que presenta Repsol a sus accionistas? Van a Madrid y dicen, “bueno, ¿nuestras prioridades cuáles son?, ir a los activos con crecimiento y alta rentabilidad” . No es el caso de Argentina. Argentina necesita inversiones para mantenerse en el tiempo. Justamente, la extracción está cayendo porque no hay nuevas inversiones. Argentina no es un área con alta rentabilidad y con crecimiento, hay que invertir a largo plazo.
Otro punto es “Potenciar las áreas donde hay ventajas competitivas y vender los activos poco rentables”, así es como fueron vendidos los activos de distribución en Chile, algo en Latinoamérica, y desprenderse de las cosas que no son rentables.

¿Cuáles son las áreas centrales? Golfo de México, norte de África y todo el negocio del gas natural licuado. Acá, Argentina no está. En esta lógica Argentina no está. Justamente porque hay que invertir, y hay que invertir con riesgo.

Ahora, haciendo un par de cuentas, lo que se firmó con este Grupo Petersen, fue pagar u$s 3.750 millones por el 25% de la empresa. Con lo cual sumado a todas las ganancias declaradas que tuvo Repsol, ya recuperó el 100% de la inversión. Por lo tanto se quedan con el 75% de la empresa, libre. Porque ya recuperaron todo lo que habían puesto al comprar YPF en el 98. Pero además van a salir a la Bolsa y se estima recuperar u$s 3.000 millones más.

Si uno saca la cuenta, YPF se está valuando en u$s 15.000 millones. Lo mismo que cuando se compró. Ahora, ¿qué pasa? Las reservas de petróleo cayeron el 45% y las de gas el 65%, se explica por el cambio de precio, claro. Si nosotros vendemos con el precio al piso histórico y ahora está en u$120 el barril.

Pero además Repsol tiene pensado vender los activos no estratégicos de Latinoamérica, sobre todo Bolivia y Venezuela, a YPF. Por lo que YPF va a estar endeudado con Repsol. Sumado a esto el grupo Eskenazi, que va a entrar a YPF, va a estar endeudado tanto con Repsol como con bancos internacionales. Ni YPF ni Eskenazi van a tener capital disponible para hacer las grandes inversiones que se necesitan para recuperar la energía en Argentina, para que YPF vuelva a aumentar su nivel de reservas. En 8 años, repito, cayó casi la mitad de petróleo, más de la mitad cayó el gas. Se necesitan inversiones de riesgo para recuperarlas.

A pesar de todo esto Repsol va a tener el 55% de las acciones, por lo tanto mantendrá la mayoría accionaria y va a ser quien tome las decisiones principales. Por eso, en lugar de ´argentinización´, lo que estamos viendo en la entrada del Grupo Petersen a YPF justamente es la reprivatización y descapitalización de YPF. Porque se la está dejando en la peor situación para encarar estas inversiones, que son necesarias para llevar adelante un modelo de país, y de energía para este país, que sea consistente con crecimiento, con desarrollo, que no tengamos que importar más gas, que tengamos nuevamente la energía al servicio de la economía interna. Una política energética y petrolera nacional.

Si sigue cayendo la extracción, si siguen cayendo las reservas, en poco tiempo tendremos que importar petróleo, así como ya empezamos a importar gas. Ahora no solamente lo hacemos desde Bolivia sino que traemos un barco para comprar el carísimo gas licuado, porque nuestras reservas, justamente, están cayendo, nuestra extracción está cayendo porque no hay inversiones. Esta nueva YPF argentinizada no va a estar en condiciones de revertir esto. De ninguna manera es la solución a este problema, no soluciona esta crisis energética.

El otro punto clave de lo que es la política energética, y sobre todo la parte de Hidrocarburos, es lo que mencionamos sobre la ´provincialización´. Como dijimos, esta historia de la ´provincialización´ nace con la Ley de privatización de YPF, allí se empieza a mencionar que las reservas tienen que ir a las provincias. Eso se termina de plasmar en la Constitución del 94, contrariando totalmente a la del 49 y aún a todo el andamiaje jurídico nacional. Es decir, subsuelo era dominio nacional, porque el Estado nacional era quién estaba mejor capacitado para llevar una política que tenga en cuenta todos los intereses y particularidades, no solamente regionales sino nacionales y también internacionales.

Hay un punto importante, acá estamos hablando del mercado petrolero, donde están las mayores empresas del mundo, donde se da el mayor poder de lobby, donde es más fuerte la intervención de las empresas y donde -no hace falta más que abrir el diario para encontrarlas- se ocasionan guerras y conflictos por el petróleo. En América Latina se han generado guerras por el petróleo; en el mundo actualmente hay guerras por el petróleo.

Entonces, ¿quién está en mejores condiciones de negociar contra esos monstruos petroleros: la provincia de Jujuy o el Estado argentino? ¿La provincia de Tierra del Fuego? El Producto Bruto de Argentina es poco comparado con la facturación anual de los monstruos como ExxonMobil o la British Petroleum. ¿Qué podemos decir de una provincia como Jujuy, como Salta, Tierra del Fuego o Chubut? Esto fue lo que se firmó con la Constitución del 94.

Sin embargo, las constituciones necesitan ser reglamentadas, y no había entrado en vigencia esta norma de la Constitución del 94 hasta la denominada “Ley Corta” firmada en el 2007. Esta ley era pedida insistentemente, tanto por las provincias como por las petroleras porque las empresas dejan de negociar con el Estado nacional para comenzar a acordar con los gobiernos provinciales. Así como empieza a regir esta “balcanización” de la soberanía energética, cada provincia tiene el dominio de sus reservas.

Si uno va un poco a la historia uno ve que en las provincias no hay una vocación petrolera. El mejor y más actual de los ejemplos, sin ir a la década del 20 y a los problemas que tuvo YPF para entrar en las provincias, es ver qué pasó con la privatización de YPF. En la privatización de YPF las provincias obtuvieron una buena parte de las acciones. Con esas acciones, si las provincias las mantenían y obraban juntas, estaban en buenas condiciones para tratar de morigerar las grandes consecuencias sociales que iba a tener la privatización en las provincias petroleras. Es decir, que no se cerraran los pueblos petroleros, tratar de ayudar a sus propias provincias, al interés de sus habitantes.

Sin embargo ¿qué hicieron? Las vendieron enseguida. Enseguida vendieron sus acciones para tener la plata, para obtener caja, para hacer obras, etc. El caso paradigmático es el caso de la provincia de Santa Cruz, que vendió sus acciones sin siquiera necesitar los fondos, porque las mandó a un banco en Suiza, donde quedaron durmiendo y vaya a saber si volvieron (dicen que están acá). Pero ni siquiera fue un buen negocio, porque se vendió las acciones a u$s 19 -muy barato- cuando años después cotizaron a u$s 44. Las provincias tuvieron una herramienta para intentar llevar adelante una política petrolera e intentar cubrir los graves problemas que sufrieron las provincias con la privatización de YPF.

Luego de esta ley las provincias toman dos medidas. En primer lugar generaron una ola de licitaciones. Todas las áreas pasaron a las provincias y ellas salieron a licitar para entregar concesiones al sector privado de todas las áreas que encontraban. Todas las áreas que estaban en sus provincias fueron licitadas, no solamente las provincias que tenían reservas de petróleo sino provincias como Córdoba, Chaco, San Luis, San Juan que no tienen reservas, pero como había concesiones rápidamente salieron a licitar. En ningún caso se creó una empresa energética provincial seria, con intenciones de llevar adelante la investigación, la extracción. En ninguna de esas licitaciones está presente que la mayoría accionaria y las decisiones políticas las tiene que llevar adelante la provincia. Eso no existe en esta ola de licitaciones.

En segundo lugar, se multiplicaron los pedidos de las prórrogas. ¿Por qué? Porque las concesiones que se otorgaban por 25 años terminan entre el 2016 y 2018, depende de las fechas en que se hayan firmado. Las petroleras salieron a reclamar que se dé una prórroga por 10 años –que es lo que indica la ley- y entonces se están empezando a negociar estas prórrogas que ahora están en manos de las provincias. Ahora, la ley de hidrocarburos –de 1967- dice que se pueden dar esas prolongaciones por diez años “siempre que el concesionario haya dado buen cumplimiento a las obligaciones emergentes de la concesión”. Esto en un sector petrolero, en el cual las reservas caen año a año, en donde no hay inversión y son múltiples las denuncias que se están generando de contaminación de las napas en lugares desérticos como en Chubut, Santa Cruz o Neuquén. Existen casos probados de contaminación en los cuales las petroleras tienen que, por ejemplo, dar agua potable para riego y consumo humano y del ganado a las comunidades afectadas, porque se probó que contaminaban el agua. Es decir, está probado que no cumplieron con las obligaciones.

Además, la ley dice que por lo menos 6 meses antes hay que firmar estas concesiones, y se están presentando con 9 a 10 años de anticipación. ¿Cómo puedo saber si estas petroleras, en los 9 años que le quedan, van a tener un buen cumplimiento?. Ya de por sí, en estos 15 años que operaron no lo tuvieron, no hace falta más que ver las reservas, la inversión, la extracción, etc. Y sin embargo, se están empezando a firmar esas prórrogas.

Diez años de anticipo, no hay inversión, caen las reservas, no hay fondos de riesgos, hay problemas de contaminación, sin embargo se están empezando a firmar. La primera que se firmó justamente fue Repsol en Loma de La Lata, el principal yacimiento gasífero. Pero como se firmó en el 2000, lo tuvo que avalar De la Rúa. Lo firmó Sobisch y De la Rúa, porque todavía el dominio pertenecía al Gobierno Nacional.

El otro caso, el primero después de esta ley, fue Cerro Dragón. Así como Loma de La Lata es el principal yacimiento gasífero, Cerro Dragón es el principal yacimiento petrolero. Cerro Dragón tiene el 31% de las reservas de petróleo, un 6% del gas natural y extrae el 14% de todo el petróleo que sale de Argentina. Es decir, casi 1 de cada 3 barriles de petróleo que hay en el país están en este yacimiento, que está en manos de la British Petroleum. La concesión pertenece a una empresa que se llama Pan American Energy, que es un 60% de la BP, ex British Petroleum (anglo-norteamericana, porque tiene capitales de la Amoco) y, un 40% de Bridas, de la familia Bulgheroni. Pero está controlada por la British.

Santa Cruz y Chubut firmaron un contrato de prórroga de concesión (tuvieron que firmar las dos porque este yacimiento está en ambas provincias) por 40 años, hasta el 2047. Es decir, los 10 años de prórroga que dice la ley con 10 años de anticipación y -terminados esos- 20 años más por cuenta de la propia provincia, porque esta “ley corta” dice que una vez terminadas las concesiones, las provincias pueden decidir cuánto dar, a quiénes, etc.

Esto sin ningún tipo de licitación, con un pago mínimo, sin ningún tipo de compromiso serio de inversión. Y no se avanza en la apropiación de la increíble renta petrolera que tiene este yacimiento. Un número: $ 1.400.000 por hora se extrae de este yacimiento. ¿Qué poder de negociación tienen Chubut y Santa Cruz ante un gigante como la British Petroleoum? Esto se logra gracias a esa ´provincialización´.

Concluyendo, en realidad vemos que esta ´argentinización´ no significó un aumento de inversión, no hay mayor capacidad instalada de generación eléctrica. El aumento existente de la capacidad instalada viene del Estado. En el caso del gas son los propios consumidores quienes están pagando los aumentos de las capacidades. Sin embargo eso queda en manos de las empresas que no hicieron sus inversiones y obtienen ganancias por el mayor volumen transportado o distribuido. Por su parte, la entrada de Eskenazi no es un avance en una política nacional sino lo contrario, es la reprivatización y la descapitalización de la empresa.

Y la provincialización de las reservas en realidad profundiza aún más lo que se había logrado con la desregulación petrolera de 1989, porque ahora tengo a cada una de las provincias tratando de obtener sus licitaciones, sus negocios. Todas tratando de entrar en una negociación que, si era despareja para Argentina, imagínense cómo puede ser para las provincias. Por ejemplo el caso de Neuquén, que ahora está negociando y que dice que en estos días va a firmar con Repsol la renovación de sus concesiones -las que quedan, ya que firmó Loma de La Lata- a pesar de lo que indica su propia constitución provincial. Chubut y Santa Cruz firmaron Cerro Dragón. Todas las provincias están empezando a negociar estas prorrogas, sin consultar con una política nacional.

Es decir, esto tendría que tener en cuenta todos los requerimientos energéticos de la Nación, no solamente de las provincias que tienen petróleo en su subsuelo. Nadie está diciendo que las provincias no deben recibir regalías, beneficios por la extracción de petróleo en su subsuelo, pero acá lo que está en juego es la política energética, que tiene que estar en manos de la Nación, según los intereses en la Nación.

Como conclusión, estas medidas no solucionan la crisis y, sobre todo, no recuperan una política energética propia. No recuperan una política centrada en la energía como un derecho, como un requerimiento para un proyecto de país. Seguimos manteniendo la energía como una mercancía. Estos cambios no implican un nuevo modelo energético, no es el nuevo modelo energético que necesitamos para salir de esta crisis.

Nota: Disertación presentada en el ciclo "Hacia la Constituyente Social", organizado por FeTERA, 07.08.2008

[b]*Diego Mansilla. Universidad de Buenos Aires (Argentina) Licenciado en Economía (UBA), becario del Área de Investigaciones Interdisciplinarias del CCC y miembro del MORENO. Autor del libro Hidrocarburos y política energética. De la importancia estratégica al valor económico. Desregulación y Privatización de los hidrocarburos en Argentina. dmansilla@datafull.com[/b]

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