Las nuevas formas de socialismo en el siglo XXI

Después de tres décadas de expansión desde el final de la Guerra Fría, el capitalismo liberal se encuentra actualmente en medio de una crisis. El mundo está inmerso en una nebulosa de incertidumbre debido a los considerables desafíos que plantean la recesión económica, los conflictos geopolíticos, las fracturas sociales y las nuevas tecnologías disruptivas. En este contexto histórico crucial, es imperativo revitalizar el socialismo y continuar desarrollando teorías socialistas adaptadas a las nuevas condiciones del siglo XXI, abriendo camino hacia un futuro renovado para la humanidad.

El fin del neoliberalismo y el renacimiento de la historia

Durante 40 años, las élites en países ricos y pobres prometieron que las políticas neoliberales conducirían a un crecimiento económico más rápido, y que los beneficios se reducirían para que todos, incluidos los más pobres, estuvieran mejor. Ahora que la evidencia está disponible, ¿es de extrañar que la confianza en las élites y la confianza en la democracia se hayan desplomado?

Reflexiones sobre la crisis

Ahora ya nos queda claro que estamos en un período de transición, aunque no sepamos a dónde vamos. Lo que resulta evidente es que el sistema político, económico y social que nos ha acompañado desde el final de la segunda Guerra Mundial no se puede sostener más. Las desigualdades que crecen de manera exponencial, nos han retrotraído a los niveles de la época de la reina Victoria, según Amnesty International; pero ahora en el nivel global.

China, la batalla de fondo es la mayoría de edad del yuan

El sustantivo China significa centro. Si se le agrega el concepto imperio, se tiene una idea adecuada de hacia donde se ha encaminado el gigante asiático en este presente. Pero es un déjá vu. China ya era imperio a comienzos del siglo 19, cuando cumplía su novena centuria como primer centro manufacturero. En el medio de ese extenso recorrido sucedió todo lo que hemos estudiado en historia, incluyendo el descubrimiento de América. Los chinos eran los más ricos entre los ricos ya en el 1700 según el insospechable Adam Smith.

China y sus políticas zigzagueantes

China es gobernada por un partido que se llama a sí mismo comunista, pero su realidad económica es de capitalismo rapaz y amiguista. Y todo el mundo ha estado suponiendo que los gobernantes del país saben más que lo que dicen con su ocasional retórica socialista.

Sin embargo, sus políticas zigzagueantes de los últimos meses son inquietantes. ¿Es posible que después de todos estos años Pekín siga sin entender cómo funciona esa cosa llamada "mercados"?

El juego del yuan

La República Popular China modificó la paridad cambiaria del renminbi o yuan (moneda del pueblo) al devaluarla en poco más del 4 por ciento. Fue la mayor variación del tipo de cambio desde que el gigante asiático estableció en 1994 su sistema de flotación de la moneda. Desde entonces China escaló rápidamente de ser la octava a la segunda potencia económica mundial, a un paso de desplazar del trono a Estados Unidos. El sorpresivo movimiento cambiario derivó en las tradicionales advertencias sobre su impacto negativo en la economía argentina. En realidad, para la mayoría de los economistas que circula por los grandes medios cualquier acontecimiento local o internacional siempre es malo para las perspectivas argentinas.

China real

Puntos más, puntos menos, la Bolsa china subió el 150 por ciento en un año y cayó 30 puntos en un mes, volatilizando 2,5 billones de dólares. El movimiento, impactante como siempre que se habla de números chinos, motivó algunas reflexiones predecibles. Para los pensadores de izquierda se trata de una nueva señal, ahora sí, de la crisis capitalista global ya expresada en Grecia y que sólo llegará a su fin con un cambio de sistema. Para los de la derecha, de un nuevo caso del exceso de incentivos públicos. Antes que buscar el justo medio, acercarse a la realidad implica mirar la economía real, mejor dicho ir de lo real a lo financiero y no al revés.

El capitalismo en terapia intensiva

La desigualdad podría marcar las próximas décadas de las economías del norte del planeta. Wolfgang Streeck, director del prestigioso Instituto Max Planck de Sociología (Colonia, Alemania), acaba de publicar Buying time: the delayed crisis of democratic capitalism (editado en inglés por Verso Books).

En su libro, Streeck, que conversó la semana pasada con Ñ, analiza las tensiones y conflictos entre países, gobiernos, votantes e intereses capitalistas, explica cómo el impuesto se ha ido convirtiendo en deuda pública y desde ahí en el ajuste que vemos hoy en día.