Ahora sí

Entrevista a María Pía López por María Moreno

 

Socióloga, militante política, escritora, María Pía López es una de las “mayores cabezas” –según el decir de su entrevistadora– de este tiempo. En Yo ya no. Horacio González: el don de la amistad, su último libro, da cuenta de la relación intelectual y afectiva con su maestro. Es un texto que nació en una época de duelos, la misma en la que la autora se quitó de encima la melancolía para hacer un pasaje sin vuelta al feminismo.

Trenque Lauquen suena al traqueteo de un viejo tren traqueteando por la llanura antes de las vías muertas y los pueblos fantasma. “Se pretende por esta vía imponer al poder constitucional/una legislación que consagre/ la impunidad de quienes se hayan condenados o procesados /en conexión con violaciones/de los derechos humanos /en la pasada dictadura/no podemos, no podemos /no podemos, no podemos...” La viola y la voz de César Domini estaban orondas porque La Sobrecarga había triunfado en Buenos Aires, pero entonces tocaba en donde había nacido: Trenque Lauquen. El piso del club estaba lleno de chapitas. Había olor a sudor de pogo, a lanzadas de cerveza que no se veían porque debían estar más cerca del baño. María Pía López no era todavía María Pía López. La letra de “Condenado” no le decía nada de su futuro militante. Tenía catorce o quince, un primo desaparecido y como era dark estaba vestida igual que cuando con otras activistas treinta años más tarde iría a hacer un escrache a la puerta de la revista Noticias porque había puesto en la tapa la imagen de Cristina Fernández quemada en la hoguera: de bruja pero sin el sombrero de cono.

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Suplemento LAS12 de Página/12 - 14 de abril de 2017

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