¿Perdón REPSOL?

Cuando las negociaciones entre países están encabezadas por gobiernos neoliberales, los intereses nacionales no existen: las elites empresariales, nacionales y foráneas, se unen en un “interés común” y los recursos propios pasan a ser usados como mercancía en una extranjerización creciente del poder económico local. Por eso cuando esa relación se rompe....”Los Prat Gay piden perdón..."

Desde la óptica del estado nacional, la justificación de la negociación con Repsol fue la de siempre: se necesitaban inversiones externas para una industria que por sus características las requería para lograr el, por entonces, “ansiado autoabastecimiento energético”.

¿Debería Shell continuar en manos privadas?

Tampoco es tan relevante recuperar el autoabastecimiento energético y la soberanía hidrocarburífera", agregando luego que revisaría "el plan de negocios de la compañía para poder recomendar o no la continuidad de este tipo de administraciones". Con estas palabras justificaba la desnacionalización de YPF el señor Juan José Aranguren, asesor energético de Mauricio Macri y candidato a ocupar YPF o la Secretaría de Energía en caso de un triunfo neoliberal el 22 de noviembre. Algunas consideraciones al respecto y una propuesta churchillista a Daniel Scioli, garante de la profundización del proyecto nacional vigente desde 2003.

El fracking como arma estratégica de EE.UU.

Dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, que la práctica del fracking es todavía incipiente y suscita recelos medioambientales y que la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandones sus equipos e infraestructura actual, se deduce que la economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década.