El liberal Sarkozy aplicará la tasa Tobin

El gravamen Tobin sobre las transacciones financieras ha conocido uno de los destinos más paradójicos de los últimos 40 años. Pensado por el economista liberal James Tobin en los años ’70, repudiado por la derecha liberal, defendido por los militantes antiglobalización de todo el planeta durante décadas, principalmente por la ONG Attac, bandera del socialismo europeo y tema recurrente en las negociaciones internacionales (G-20, G-7) desde que estalló la crisis en 2008, el gravamen Tobin está a punto de plasmarse gracias a la iniciativa de uno de los presidentes más liberales de la Unión Europea, Nicolas Sarkozy. El presidente francés salió del círculo del consenso y anunció que Francia llevaría a la práctica la tasa Tobin sin esperar que sus socios europeos llegaran a un acuerdo para implementarla. Berlín, Londres y Roma se mostraron particularmente hostiles al hecho de que París avance solo en este principio que duerme en el cajón de los desacuerdos desde hace muchos meses. Pese a ello, Francia mantuvo el rumbo. El consejero especial del presidente francés, Henri Guaino, precisó que Francia tomaría una “decisión al respecto” antes de finales del mes de enero.

El “impuesto Tobin”

En contra de los principios neoliberales

La adjudicación de los premios Nobel, especialmente los de literatura, economía y paz, suscita adhesiones y enojos. También suspicacias acerca de las supuestas motivaciones políticas y presiones que pesarían sobre quienes seleccionan a los ganadores. Este año el galardón correspondió al profesor indio Amartya Sen, por sus estudios sobre los motivos y consecuencias de la pobreza y las hambrunas en el mundo.

El premiado afirmó al conocer la noticia “siempre me preocupé por los económicamente débiles, los pobres, los hambrientos y los desocupados”.

Bienvenida entonces la distinción. Sin embargo, los malpensados de siempre, creen que el premio -además de su justicia académica y humana- vino a lavar la imagen de la Real Academia Sueca de Ciencias que el año anterior había distinguido a Robert Merton y Miron Scholes, quienes pusieron su versación científica al servicio de la especulación financiera, como asesores del fondo de inversión estadounidense Long Term Capital.

Azotado por los vientos de la crisis financiera mundial el LTC se encaminaba a la quiebra; la Reserva Federal de Estados Unidos, dejando de lado “el libre juego de las fuerzas del mercado”, impidió - mediante el auxilio del estado- la debacle del multimillonario fondo especulativo.

Paradojas de un impuesto

Esta guerra entre liberales en el corazón mismo del liberalismo no hace sino acentuar el contrastado viaje de la tasa Tobin. Desde su nacimiento hasta hoy, la idea ha atravesado fronteras muy dispares y generado consensos fuera de lo común. La inventó un liberal, la defendió la izquierda y ahora es un tema prioritario de la derecha. El primer paso fundador ya es una paradoja. En 1972, en el curso de una conferencia en la Universidad de Princeton, el economista liberal James Tobin puso sobre la mesa la idea de un gravamen sobre las transacciones financieras. Tobin buscaba “arrojar granos de arena en el engranaje de la finanza internacional” y frenar así el incremento de la especulación a corto plazo. El porcentaje de la tasa adelantada por Tobin oscilaba entre el 0,05% y el 0,2%. El economista norteamericano recibió el Nobel de Economía en 1981, pero su idea nunca fue verdaderamente llevada a la práctica. El único país que la aplicó fue Suecia.