Reseña: la trilogía del erizo-zorro

Patricio Narodowski (Especial para sitio IADE-RE) | El nuevo libro de Víctor Ramiro Fernández es un aporte fundamental para entender la lógica de la globalización en su etapa actual, por varias razones. En primer lugar porque asume, como muchos de quienes trabajamos estos temas, que las teorías que hace ya casi cuarenta años representaron un aporte fundamental para explicar la transición hacia una etapa nueva del capitalismo, hoy -y más allá de las críticas que cada uno le hayamos hecho siempre- parecen haber perdido capacidad explicativa.

Hay nuevas preguntas y él se las hace: ¿cuál es la razón actual de la desigualdad en el nivel global? ¿cómo se explican los diversos comportamientos nacionales al interior de la periferia?; en ese contexto ¿por qué algunos países -pocos-  han dejado de pertenecer a la periferia y cómo se mueven los actores en esos procesos?, finalmente ¿cuáles deberían ser las bases de un nuevo desarrollo?.

Y aquel molde evidentemente no contiene esas respuestas. En ese sentido me refiero a las principales teorías que se intenta superar en el texto: la teoría de la CGV, la de las variedades del capital y el nuevo regionalismo, y  también las teorías que le son afines: del sistema mundo y  -para mí sólo en parte, pero esto es materia de debate- el regulacionismo.

En segundo lugar porque lo hace con un pensamiento crítico pero al mismo tiempo sólido teórica y  metodológicamente, actitud y método tal vez patrimonio de la academia anglosajona, -a veces muy difícil de hallar en la academia europea-continental en la que me formé. La que América latina alguna vez tuvo y a veces parece haber perdido.

Y lo hace como corresponde, con una epistemología propia. Se trata de lo que el autor refiere como la fábula del erizo y la zorra; un erizo que intenta identificar con un enfoque robusto con fines articuladores lo esencial y estructural y una zorra que intenta hacer jugar la multiplicidad de teorías ya mencionadas. ¿Cómo lo hace?  Fernández critica las tres teorías mencionadas: la teoría de la CGV, la de las variedades del capital y el nuevo regionalismo, las hace dialogar, las reconstruye y las supera de un modo heurístico, priorizando la mirada sistémica, no-determinista, utilizando el sistema-mundo como un contenedor en el cual se realiza el proceso.

En tercer lugar porque esta reformulación de la teoría del sistema-mundo con el aporte del regulacionismo y las teorías mencionadas actualiza la primera dotándola de elementos que los últimos escritos de sus mentores no le proveían. Y al mismo tiempo porque representa una fenomenal -esperada- crítica fundamentalmente al enfoque de CGV y a la teoría del nuevo regionalismo, recordándonos que esto se sigue llamando capitalismo y que el concepto centro periferia cambia, a veces contiene realidades heterogéneas que hay que entender, pero sigue vigente. De paso sin ocuparse explícitamente nos aporta infinitos elementos para quienes solemos revisitar la teoría de la dependencia. 

Una revisión necesaria si se piensa que ambas teorías -al menos en sus versiones más simplistas- han constituido una falsa heterodoxia, central en la ofensiva contra la discusión del desarrollo y en la negación de la existencia de  problemas estructurales, llevada a cabo por el neoinstitucionalismo desde los ´80.  Que además ha producido una suerte de “do it” que atravesó las políticas públicas en Europa y en América latina como si algunos pocos casos mundiales permitiesen creer que los problemas estructurales desaparecerían de un día para el otro. Fondos de proyectos, ríos de tinta, manuales de economía y geografía terminaron de constituir una nueva forma de consenso que debe ser revisada y al que este libro contribuye enormemente.

Por último, porque intenta comprender en un análisis multiescalar el vínculo entre esos procesos globales con las trayectorias nacionales y las configuraciones regionales, lo que nos provee  de un instrumento sólido incluso para abordar el tan meneado tema del desarrollo local.

De este modo construye Fernández una serie de instrumentos analíticos de neta matriz sistémica, que aquí sería difícil exponer. Se reivindica el concepto de autonomía en función de la relación entre actores centrales en el proceso de acumulación y las estrategias de intervención estatal en el marco de las redes globales, generadoras de subalternidades debido a las contradicciones centro y periferia mencionados. Quedan definidos dos casos, los países del este de Asia como centros de respuesta y  los de América latina,  como centros de acoplamiento, que sirve para entender las trayectorias.

Con este esquema analiza -los menciono porque para mí son centrales en todo el debate- a Corea, que así,  por suerte, pasa a ser un ejemplo imposible de imitar; y finalmente en la misma lógica describe el ascenso chino y las perspectivas. En esa lógica asume que si bien la movilidad de la periferia ha sido escasa, el creciente dinamismo de algunos países permite reabrir la discusión sobre las alternativas. Las preguntas del comienzo parecen respondidas.

Es un libro teórico como hace mucho no se produce, es un marco que tiene la suficiente complejidad como para invitarnos a reflexionar. Pero sobre todo genera un contexto muy propicio para nuevas investigaciones en una coyuntura en la que la crisis de 2008, la permanencia de grandes desbalances globales así como el aumento de las desigualdades nos revelan que el capitalismo sigue tan inestable como lo ha sido -casi- siempre.

- Patricio Narodowski, Economista, doctor en Geografía del Desarrollo.

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