Halcones y lacayos intentan cortar la medida de toda revolución

“Siempre tendré un enemigo/ con el semblante arrugado/ y más cansado que yo. / Los que a lo largo de su sombra/ quieren cortar la medida/ de toda revolución”. (Silvio Rodríguez en No creo que alguien me odia).

Las presiones al gobierno de México, el permanente intento de desestabilizar a Venezuela y el mantenimiento del nombre de Cuba entre los países patrocinadores del terrorismo, forman parte del mismo paquete de agresión imperialista.

Responder al interés general

Las numerosas expresiones de la oposición acerca de la reforma judicial en tratamiento en el Congreso de la Nación (la mayor parte de ellas de tono acusatorio e insultante antes que argumentativo) refieren sentimientos profundos. Se destacan el deseo de que no vaya bien la economía del país, manifestado por el senador Sanz, y la amenaza del diputado Aguad: “Alguien tiene que tomar la decisión de parar este atropello”. No es conveniente prestar atención solamente a la estrategia política basada en el odio de la diputada Carrió, porque una antigua convicción antidemocrática surge de todas esas posturas.

“El tema de la reforma judicial debe ser de todo el pueblo”

Eduardo Anguita: –Empecemos por el tema que convoca a la mayoría de los medios. ¿Qué se está reformando? ¿Qué significa esta modificación del Consejo de la Magistratura que usted integró durante cuatro años del 2002 al 2006?.

Beinusz Szmuckler: –Me parece que el origen de esto está en el lanzamiento de este movimiento denominado Justicia Legítima, integrado por una cantidad de jueces, de defensores públicos, de fiscales, que salió como reacción frente a las posiciones de la Asociación de Magistrados y funcionarios de la justicia Nacional, que a fines del año pasado había publicado un documento con un contenido de defensa corporativa muy fuerte, que mereció esa respuesta. Yo creo que esto es como un punto de partida. Es evidente que hay que transformar la Justicia.