La crisis, otra vez

Con su derrota, Nicolas Sarkozy se incorporó ayer a la larga lista de dirigentes que fueron barridos por la crisis en Europa o por la aplicación de planes de austeridad, violentamente resistidos por los ciudadanos de cada uno de esos países.

La llegada de un socialista al poder en la quinta potencia económica del mundo y la segunda de Europa es un acontecimiento político mayor: en primer término, porque se convertirá en un contrapeso en un continente prácticamente dominado por gobiernos de derecha; y en segundo lugar, porque puede abrir una alternativa a las rígidas políticas de recorte impulsadas por Alemania. "La austeridad no debe ser una fatalidad", dijo en su mensaje Hollande.