Reconstruir el peso, sin soluciones mágicas y con crecimiento

Cualquiera que viva en un barrio ha visto seguramente en el último año un aumento notable de familias que pasan pidiendo comida y remedios y el retorno de los carros buscando cartones. Estas imágenes son las mismas que veíamos por primera vez en la crisis de 2001. Ambas situaciones son el resultado de un experimento de política económica de corte ortodoxo que fracasó. Un experimento que implicaba una propuesta monetaria maximalista y contundente para solucionar los problemas de inflación y crecimiento.