Lasso y la profundización neoliberal en Ecuador

Agustin Ortiz


A un mes de la asunción de Guillermo Lasso como nuevo presidente de Ecuador comienza a marcarse el camino para la profundización neoliberal.

Ecuador tiene nuevo presidente desde hace más de un mes. El banquero Guillermo Lasso por la alianza del Movimiento CREO y el Partido Social Cristiano le ganó las elecciones a Andrés Arauz, el nuevo delfín elegido por Rafael Correa. La victoria de Lasso puso fin a una seguidilla de más de una década de victorias presidenciales de Rafael Correa por el movimiento Alianza País y de su sucesor, Lenín Moreno que utilizando el sello del correísmo llegó al poder y tomó un giro hacia la derecha.

Hace unas semanas, el politólogo Mariano Fraschini escribió para este portal acerca de  la existencia de un giro posneoliberal en el Pacífico, teniendo en cuenta las experiencias de AMLO en México, sumado a las elecciones legislativas de Chile y el reciente triunfo de Pedro Castillo en Perú. No obstante, por más que hablemos del Pacífico ya que Ecuador no ingresa en esa categoría, la victoria de Guillermo Lasso supone un endurecimiento de las políticas neoliberales iniciadas por Lenín Moreno, es decir, una experiencia a trasmano de la que parece emerger en el Pacífico.

Guillermo Lasso es un reconocido empresario ecuatoriano, quien ya en dos oportunidades había perdido las elecciones presidenciales: en primera vuelta frente a Rafael Correa en 2013 y en la segunda vuelta electoral frente a Lenín Moreno en 2017. Esta vez, la tercera, logró convertirse en su sucesor de éste último. Aunque su victoria se enmarca en una propuesta de neto corte opositora, en los hechos su presidencia pretende respetar el modelo económico neoliberal, representando una continuidad en materia de la utilización de los recursos de poder económicos de Lenin Moreno.

Por otro lado, la figura de Lasso es similar a la de Mauricio Macri, un empresario “exitoso” que llega a la presidencia prometiendo lluvias de inversiones, combate contra la corrupción y la modernización del sistema político, aunque paradójicamente, representen a las viejas estructuras. Con respecto a esta estrategia política, su campaña para la segunda vuelta fue llevada a cabo por Jaime Durán Barba, apostando a una fuerte presencia en las redes sociales con el objetivo de atraer al electorado joven. En la campaña se lo pudo ver inclusive bailando reggaeton, siendo el baile una particular estrategia utilizada con frecuencia por los candidatos preparados por el propio Durán Barba.

Otro eje de campaña, visto también en la serie de presidentes empresarios con ejercicio de poder en Sudamérica, ha sido el discurso del diálogo, un recurso de estrategia política utilizado desde el comienzo por el gobierno de Lasso que supone la construcción de consensos como contraposición al bonapartismo del que acusan a sus opositores. El actual presidente mostró acercamientos con sectores que han sido opositores al gobierno de Lenín Moreno incluyendo en una mesa de negociación a dirigentes locales, agricultores, ganaderos, entre otros.

Desde lo discursivo, el combate contra la corrupción del gobierno anterior también es otro recurso de estrategia política que permite ubicar a Lasso en una continuidad con Moreno. En sus primeros meses de gobierno, el expresidente enfocó sus primeras acciones a combatir la corrupción de un conjunto de integrantes de la Asamblea Nacional representantes del correísmo, como de su propio gabinete, renunciando el vicepresidente Jorge Glass, como a su vez de ministros que habían formado parte del gobierno de Rafael Correa. En este sentido, Lasso también pretende embarcarse en la cruzada anticorrupción, sino que su discurso intenta confrontar contra el sistema político en general. Corresponde a esa particular estrategia presentarse como un empresario outsider al sistema, muy ajeno a la política tradicional basada en la corrupción y en la politiquería.

Sin embargo, Lasso no es precisamente un outsider ni su pasado es completamente contrario a Lenín Moreno. Además de banquero y empresario, el actual presidente de Ecuador ocupa cargos políticos desde 1998. Fue candidato a presidente en dos oportunidades y es el líder del Movimiento CREO desde el año 2013, espacio que formó con vistas de llegar a la presidencia de la nación. Por otro lado, en mayo de 2019 su Movimiento logró una alianza política con Alianza PAIS que le permitió a Lenín Moreno obtener un recurso de poder institucional como alcanzar el control de la Asamblea Nacional. Si bien dicha alianza parlamentaria correspondió más a un acuerdo táctico y no limó totalmente las asperezas entre el oficialismo de entonces y un sector opositor, fue fundamental para que Moreno obtenga los votos necesarios para la sanción de la reforma tributaria.

Recientemente, Lasso ha cumplido un mes como presidente de Ecuador y por el momento no se han podido visualizar grandes cambios respecto a las políticas de gobierno de su antecesor. En sus primeros días al mando del ejecutivo ecuatoriano ha sido operado de un quiste lumbar en Miami y gobierna de manera remota. Por el momento, sus principales ejes se asientan en el cumplimiento de sus promesas de campaña y sobre todo, el combate contra la pandemia negociando la llegada de vacunas, un asunto pendiente de Lenín Moreno, heredado tras el desmanejo del colapso sanitario, y en la resolución de la crisis económica, buscando la reactivación a través de las inversiones privadas. El giro neoliberal comenzado por Moreno parece encontrar en Guillermo Lasso un eslabón que lo profundice y lo aleje cada día más de las políticas distribucionistas del correismo.

- Agustín Ortiz, forma parte del libro compilado Por Mariano Fraschini y Santiago García “Liderazgos en su laberinto. Cómo ejercen el poder los presidentes sudamericanos del siglo XXI” de Editorial Prometeo.

 

El País - 28 de junio de 2021

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