La verdadera historia de Santa Cruz nacida el 26 de febrero de 1561
Pese a que el carnaval ha opacado la recordación de la Fundación de Santa Cruz, desde que las tendencias regionalistas han aflorado con fuerza, cada vez se torna más importante entender el fenómeno cruceño y este propósito no puede abordarse sin reconocer el pasado, que lamentablemente no se conoce y en muchas ocasiones se aborda más con un espíritu preñado de fanatismo que objetivo.
En el Tratado de Tordesillas de 1494, Portugal y España se repartieron Sudamérica y para tomar control de "su" territorio los españoles comenzaron a realizar un movimiento de pinzas sobre el continente, desde el Pacífico partiendo de Panamá y desde el Atlántico a través del río de La Plata primero y luego desde Asunción. Probablemente todo esto sin proponérselo claramente y más que nada guiados por la ambición que era lo dominante en las iniciativas de adelantados y otros designados por la corona, que usando su propio peculio, se fueron tras fabulosos tesoros de cuya existencia tenían algunas referencias y recogían más por donde cabalgaban.
Tanta ambición provocó mucho enfrentamiento entre ellos, que adquirió en ocasiones carácter de guerra civil, pero, pese a las condiciones relativamente favorables, no se dio que los españoles desconocieran al rey aunque estuvieron tentados a ello. La osadía de los más ambiciosos no pasó de desconocer o incluso ajusticiar a las autoridades designadas por la corona o de asumir poderes para controlar el territorio de acuerdo a sus propios intereses. Las disputas entre los "leales" españoles era porque finalmente el inmenso territorio de América quedó muy pequeño para sus ambiciones, lo trajinaron y rebatieron de norte a sur y de este a oeste, para encontrar oro y en ese afán fundando muchas ciudades de las cuales muy pocas se encuentran en el lugar de su fundación. Parte de la historia colonial es la historia de esas luchas por riqueza, poder y por aprovechar el sudor y la sangre de los pueblos indígenas que se rebelaron permanentemente. Esta es una verdad innegable pero decirla no justifica a caudillos que a nombre de los nativos hoy se ponen del lado de los que siempre les oprimieron.
La corona española, ávida de gozar también de las grandes riquezas en estos territorios y con la potestad otorgada arbitrariamente por la Iglesia, definió la política de conquista y colonización, primero a través de "capitulaciones", una especie de contrato entre la corona y el conquistador por el cual se otorgaba al susodicho derechos sobre los territorios conquistados, siendo su deber financiar la expedición, fundar ciudades para su respectiva colonización y catequizar a los indios.
La división inicial que España fijo en 1534 repartió el continente en cuatro, Nueva Castillo (Francisco Pizarro), Nueva Toledo (Diego de Almagro), Nueva Andalucía (Pedro de Mendoza) Nueva León (Simón de Alcazaba). Ahí se inicio una grave disputa porque estas demarcaciones chocaron con los intereses de cada conquistador. Lo cierto es que estas y otras delimitaciones posteriores provocaron guerras civiles entre los conquistadores y entre la corona y los conquistadores. Es el caso de la lucha entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro por la posesión del Cuzco (70 leguas más o menos de su capitulación), entre Gonzalo Pizarro y la corona representada por el virrey Nuñez de Vela, entre Diego de Mendoza y el virrey Toledo y otras. Esto muestra que la conquista no fue hecha por un cuerpo monolítico con un solo interés.
Breve descripción de la situación 1550-1561
Desde 1492, año de la llegada de Colón a La Española, hasta la conquista del Perú por Francisco Pizarro en 1932, transcurrieron 40 años que fueron de organización y montaje de aparatos y grupos de conquistadores para diseminarse por el Norte y el Sur, hacia México y el Perú donde lograron que estos imperios caigan en sus manos tras lo que se produjo la repartición y definición de áreas de influencia de diversos encomenderos, aventureros o hidalgos españoles.
Por eso cuando se produjo la fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1561, ya habían pasado 29 años de la caída del imperio incaico, años que fueron claves para consolidar la influencia de los que llegaron por la ruta del Pacífico y para la frustración de los que llegaron por la ruta del Atlántico.
En esos años se había consolidado el control de los españoles sobre amplios y ricos espacios en los Andes y ya se adentraban al Amazonas, pero estas tierras eran difíciles de explorar, estaban pobladas por salvajes, y muchos no se sometían fácilmente. Estos grupos tenían un menor grado de civilización que los incas y por ello tampoco tenían desarrollados conocimientos y destrezas para el tratamiento de los metales y para acumular riqueza.
Los conquistadores llegados del lado oriental, que se adentraron en selvas y chaco, no comprendían que éstos no podían ser territorios para ricas conquistas y grandes botines. Como sólo hallaron indios, a los que despreciaban, se los repartieron y eso fue lo único que pudieron hacer. El error de creer en la existencia de grandes riquezas se alimentaba por mitos y leyendas que forjaron o tomaron de los propios nativos. Es cada vez más seguro que los mitos de la tierra de los metales o Kandire, El Dorado, el gran Paitití, etc. se referían al propio imperio incaico. Hasta el siglo XVIII, la ambición e ilusión les hizo creer que eran otras riquezas.
Sin saber con precisión lo que pasaba en el continente, los que llegaron por la ruta del Atlántico no cejaron en su empeño de encontrar oro. Se hicieron unas primeras incursiones por el llamado río de La Plata, luego se asentaron en Asunción, donde Irala como gobernador buscó datos y trató de acercarse lo más que se pudiera a El Dorado. En esos momentos, 1543, en el Perú, Gonzalo Pizarro y sus seguidores se habían rebelado porque rechazaban las nuevas leyes de Indias y luego se enfrentaron con el primer virrey Blasco Nuñez de Vela, al que derrotaron y decapitaron. La época no podía ser mejor en descubrimientos de riquezas porque en 1945 apareció Potosí, que fue a partir de ese momento fenómeno económico trascendental. Con más razón el rey estaba interesado en pacificar estas tierras y para resolver el problema el soberano mandó a un prelado, Pedro De la Gasca, que llegó con amplios poderes para pacificar la colonia y en eso estuvo cerca de dos años.
En 1548, los llegados por el Atlántico, enviaron una delegación a Lima (Chavéz y otros) para hablar con La Gasca y pedirle el nombramiento de Irala como gobernador. La Gasca temiendo que los recién llegados vinieran a sumarse a los alzados, les ordenó que no se muevan un paso de donde se encontraban. La política de la colonia fue no hacer por el momento mayores exploraciones. Irala por ello murió sin haber avanzado mayormente sobre nuevas tierras.
Las varias fundaciones previas, la fundación definitiva y los traslados
Por una decisión de independizarse de la gobernación del Paraguay, el capitán Ñuflo de Chávez se adentra a su suerte en la zona de los chiquitos y en 1558 funda en un primer momento La Barranca, más que nada como un asiento informal, y otra con el nombre de Nueva Asunción. Pero por otro lado apareció un nuevo conquistador, Andrés Manzo, que había recibido del virrey el derecho de conquista sobre todas las tierras ubicadas detrás de Charcas y deambulaba por el Chaco fundando otras ciudades como la Nueva Rioja o Condorillo y otra La Barranca. En eso estaba cuando se tropezó con Chávez y allí surgió un conflicto serio.
Para resolverlo, en 1560, Chávez de nuevo viaja a Lima para conseguir que el virrey dirima su conflicto con Manzo y acepte crear una provincia nueva sobre los amplios territorios desde Chiquitos a Moxos. El virrey acepta y nombra gobernador de ese nuevo territorio a su propio hijo Francisco Hurtado de Mendoza, en la medida que la idea de encontrar muchas riquezas, tal como Chavez propagandizaba ladinamente, alimentaba la ambición de estos granujas. El hijo del virrey nunca llegó a estas tierras y en los hechos Chávez, nombrado lugarteniente de Mendoza, se hizo cargo de la gobernación.
A su vuelta, ya con todas las de la ley, Chávez funda Santa Cruz de la Sierra, fundación que se llevó a cabo en una región muy alejada de la actual ubicación, tierra de los gorgotokis y cibacicosis, hoy Chiquitos, y debió ser en base a los argumentos jurídicos inventados por los españoles para apoderarse de estas tierras, tal como refiere Eduardo Galeano:
"Muy convincente resultaba la lectura del Requerimiento, que en vísperas del asalto a cada aldea explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos. Pero este Requerimiento de obediencia se
leía en el monte, en plena noche, en lengua castellana y sin intérprete, en presencia del notario y de ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no tenían la menor idea de lo que se les venía encima".
Hay que entender que una cosa fue el territorio de la gobernación y otra la ciudad de Santa Cruz, que a partir de ese momento se constituía en un hito de la frontera, pero que resultaba demasiado lejana para los intereses del virreinato pese a que pasó a depender de la recientemente creada Audiencia de La Plata o Charcas.
El acta de la Fundación ha desaparecido pero hay quienes, en base a suposiciones, una gran imaginación y un fervor por lo español, la han reconstruido y la publican en la Internet como tal, haciendo énfasis en un supuesto espíritu bondadoso y caritativo de los recién llegados.
A la muerte de Chávez, el virrey Toledo ordenó trasladar Santa Cruz a una región mejor ubicada para ser útil en la estrategia guerrera contra los chiriguanos, que se habían convertido en un dolor de cabeza para Toledo porque ponían en peligro con sus frecuentes incursiones las provisiones para Charcas y las minas de Potosí,. Por eso designó un nuevo gobernador, a Juan Pérez de Zorita. Diego de Mendoza, cuñado de Chávez y sus seguidores terminaron rebelándose contra el enviado de Toledo resistiendo el traslado y expulsándolo en 1573. La historia dice que el pueblo lo designó gobernador. Dominaba en ellos la idea de conseguir riquezas por otro lado, sus ojos brillaban ante la posibilidad de hallar las minas de plata que los nativos habían indicado a Chávez que se hallaban un poco al norte.
Cuando Toledo fue en persona a hacer la guerra a los chiriguanos, envió de paso un grupo a capturar al jefe rebelde Diego de Mendoza, que fácilmente fue reducido y trasladado a Charcas donde fue ejecutado.
Hoy en día, ciertas corrientes han convertido esa rebelión, similar a la de Gonzalo Pizarro contra la corona, en antecedente directo del movimiento autonomista cruceño, por eso el Comité Cívico encargó un medallón de oro y piedras preciosas, con la cruz potenzada en medio, al que han llamado "collar Diego de Mendoza" para entregárselo a cada nuevo prefecto elegido y públicamente auguran tener pronto un "gobernador", si con ese título español.
Lo cierto es que Santa Cruz se resistió por años a trasladarse. El gobernador Suárez de Figueroa que fundó en 1590 una nueva ciudad, San Lorenzo de La Frontera o de La Barranca en las llanuras de Grigotá, los obligó a trasladarse a la nueva ciudad y se dio el caso, en un fenómeno de terquedad histórica, que los cruceños se rehusaron a entrar en la ciudad y se quedaron a las afueras, a 20 km. en la población de Cotoca. Pasaron 17 años para que se produzca la fusión y ésta se dio en tal condición que a la vuelta de unos años el nombre de San Lorenzo se olvidó y la ciudad tomó el nombre de la Santa Cruz de la Sierra de Ñuflo de Chávez. Después de ello la zona desarrolló una economía de tipo agrícola. Aparecieron las Misiones que fueron un emporio y hacia donde los hacendados cruceños miraban con envidia y deseo.
Con la república, recién cuando frisaba la mitad del siglo XX, la ciudad de Santa Cruz despertó de su letargo y comenzó a desarrollarse enormemente. Fue con el descubrimiento del petróleo que comenzó su desarrollo.
Estos y otros pasajes de la historia cruceña deben analizarse, aclararse y entenderse sin apasionamientos para impedir intentos de explicación forzadas y acomodadas a esquemas fabricados al servicios de pretensiones de poder oligárquico que busca desorientar al pueblo e inducirle a cultivar infundados sentimientos regionalistas basados en una descarada apología de la presencia española en estas tierras. Esta visión es anacrónica, racista y conservadora, porque niega a rajatabla la realidad de opresión y genocidio vivido por los pueblos indígenas, a cuyos descendientes se quiere seguir domesticando mentalmente. Este intento tiene ya precedentes en la obra escrita por Gandia denunciado por ser un intento del gobierno paraguayo para debilitar a Bolivia en la guerra del Chaco y ahora han aflorado en mayor cantidad con el enriquecimiento de la oligarquía cruceña relacionada con las transnacionales que financia en conjunto proyectos para desvirtuar la historia, desde publicaciones, artículos, libros, pasando por filmes y llegando a los discursos del nuevo prefecto Costas.
Ubicación cronológica
1492 Colón llega al nuevo continente, según la crónica a una isla que llamó La Española (hoy Haití)
1513 Nuñez de Balboa llega al Océano Pacífico
1529 El rey otorga derechos a Francisco Pizarro si conquista el Perú nombrándolo Adelantado.
1532 Pizarro y Almagro conquistan el Perú
1534 El rey reparte Sudamérica en 4 partes Nueva Castillo (Pizarro), Nueva Toledo (Almagro) Nueva Andalucía (Pedro de Mendoza) Nueva León (Simón de Alcazaba) y comienza una disputa por las 70 leguas del Cuzco.
1536 Se funda Buenos Aires
1537 Se funda Asunción
1538 Se funda La Plata, llamada también Charcas, Chuquisaca, ciudad blanca hoy Sucre
1542 Se dictan las leyes de Indias o de Barcelona a favor de los indígenas y a pedido de Fray Bartolomé de las Casas
1543 Creación del Virreinato del Perú con jurisdicción desde el istmo de Panamá hasta el estrecho de Magallanes y rebelión de Gonzalo Pizarro
1545 Fundación de Potosí
1546 Llega Pedro de la Gasca, nombrado Presidente de la Audiencia de Lima, enviado del rey a sofocar la rebelión de Gonzalo Pizarro.
1548 Fundación de La Paz
1557 Irala a su muerte declara sucesor a Gonzalo de Mendoza. Ñuflo de Chávez, resentido, se adentra en la llanuras de Grigotá decidiendo formar su propia gobernación independiente.
1958 Fundación de la Barranca
1959 Fundación de la Nueva Asunción
1559 Fundación de la Audiencia de Charcas
1560 Viaje de Chávez a Lima para conseguir la creación de la provincia de Moxos
1561 Fundación de Santa Cruz de la Sierra.
1561 Se instala la Audiencia de Charcas (un presidente y 4 oidores, con las mismas prerrogativas que la de Lima y con potestad preliminar sobre territorios ubicados 100 leguas a la redonda).