Verano caliente

Este es un verano especialmente agobiante en Brasil. El pasado jueves, por ejemplo, la sensación térmica en Río de Janeiro fue de 48 grados, con los termómetros parados en la marca de los 42. Hubo noches en que a la una de la madrugada los termómetros indicaban temperaturas de 31 grados. Hace meses que en San Pablo, la más poblada y rica ciudad su-damericana, falta agua. Y –incoherencia divina– temporales bíblicos transforman calles y avenidas en ríos y lagunas, árboles que se desploman (más de 700 en lo que va del año) y rompen los cables transmisores, dejando barrios enteros sin luz por cuatro, cinco, seis días. Es decir: no hay agua, pero si llueve no hay luz.