El caballo de troya de la PPP

En la turbulencia de endeudamiento macrista los argentinos hemos aprendido un nuevo término. Las PPP. Instrumento financiero “moderno” y “racional” para que fluyan las inversiones desde un mundo que se muere de ganas de ayudar a la Argentina. Las siglas se traducen como Participación Público Privada (aunque en inglés se denominan Asociación Público Privada). Mediante esta modalidad de contratación una o varias empresas privadas proveen obras de infraestructura o servicios públicos que el Estado debería proveer, respaldados por garantías gubernamentales. Es decir el sector privado financia, construye u opera a largo plazo una actividad cuyo repago proviene de tarifas, peajes u otro precio que pagan los usuarios o el propio Estado en forma directa. Con este mecanismo se han construido rutas, hospitales, escuelas, centrales eléctricas, etc., en muchos países del mundo.

Cómo evaluar la C&T

En un artículo publicado en la edición de La Nación del último domingo se evalúa negativamente la política nacional en ciencia y tecnología utilizando como métricas para dicha evaluación la cantidad de patentes producidas y la inversión privada en desarrollos innovativos. En nuestra opinión ambas métricas utilizadas son erradas para evaluar la eficiencia de una política de C&T en la Argentina.

Modelos de desarrollo

De paso por Buenos Aires, donde dictó seminarios en el Centro Cultural de la Cooperación y en el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE), el economista chileno Gabriel Palma dijo a Acción: «Para entender por qué salen capitales de la región hay que considerar que el 10% más rico en la Argentina, Chile, Brasil, en América Latina, se lleva más o menos el 45% del ingreso. De eso, sólo invierte un tercio.