Los obstáculos sorteados hacia la transición democrática en Guatemala

El carácter de las luchas sociales que hoy día califican la situación centroamericana como una situación de profunda crisis política, son resultado de un largo proceso de desequilibrios y problemas creados por el crecimiento económico de la Postguerra y nunca satisfechos, pero especialmente son resultado —dichas luchas sociales— de reivindicaciones permanentemente pospuestas, de derechos reiteradamente violados, en suma, de luchas sociales y políticas pacíficas y legales, pero ilegalizadas y reprimidas por el Estado.

(Torres, Crisis del poder en Centroamérica , 1981: 71).

Leyenda de Guatemala

Hace cuarenta años, en Madrid, el 9 de junio de 1974, moría Miguel Angel Asturias. Había recibido el Premio Nobel en 1967, cuando ya era un personaje mítico, casi un Papa laico, proveniente de uno de los países más castigados del continente americano. Su obra puede ser releída como un territorio que prefiguró el renovado impulso de América latina. Mientras actualmente hay en marcha un documental sobre su vida y su decisiva residencia en nuestro país, en esta nota habla su hijo, también llamado Miguel Angel, para empezar a reconstruir la leyenda de uno de los grandes escritores que el boom primero opacó y luego reivindicaría.

50 años del derrocamiento del presidente guatemalteco Juan Jacobo Arbenz

A 50 años del golpe que derrocó al presidente Juan Jacobo Arbenz, a casi sesenta años del inicio de la Revolución de Octubre guatemalteca que quedó inconclusa, ni la democracia real, ni el respeto a los derechos humanos, ni el derecho a la autodeterminación reinan en Guatemala.

En la denominada “Operación Guatemala”, la oligarquía feudal, la Iglesia católica guatemalteca y la Frutera, varios de cuyos accionistas estaban instalados en el Departamento de Estado y en las bancas del congreso estadounidense, se unieron para abortar el proceso revolucionario en ese país.

Sentencia histórica

En un fallo que marcará un hito en la historia del proceso de justicia por los graves crímenes cometidos por las dictaduras de la región, el ex general José Efraín Ríos Montt fue condenado a 80 años de prisión por ser responsable de genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos entre abril de 1982 y agosto de 1983, período durante el cual gobernó Guatemala. El Tribunal A de Mayor Riesgo revocó su arresto domiciliario y dispuso que cumpla la pena en cárcel común. Por su parte, el ex jefe de inteligencia José Mauricio Rodríguez Sánchez fue absuelto.