Fuga de capitales y endeudamiento externo en la Argentina *

[b]Realidad Económica 173[/b] [b]Eduardo Basualdo **[/b] [b]Matías Kulfas *** [/b] En este trabajo los autores analizan el tema poco tratado de la fuga de capitales al exterior -parte constitutiva y significativa de la problemática de la deuda externa de la región- sobre la base de las estimaciones realizadas por diversos autores acerca del tema en las últimas décadas, con una estimación propia sobre este proceso económico. Complementariamente, se reseñan las dificultades metodológicas existentes para su medición y las opciones disponibles para superarlas. Se estima luego la renta generada por los capitales locales radicados en el exterior y, finalmente, se encara una visión integradora acerca del rol asumido por la fuga de capitales y el endeudamiento externo estatal en la consolidación de la valorización financiera y, más ampliamente, del patrón de acumulación del capital concentrado local. Desde esta perspectiva, se reafirma la estrecha relación que mantiene la fuga de capitales con el proceso de endeudamiento externo.

* Versión reducida para RE del trabajo presentado en el Seminario "La globalización económico-financiera y el impacto en la región, las estrategias de regulación y las respuestas sociales y políticas del movimiento popular", CLACSO y ATTAC-Argentina, junio de 2000.
** Coordinador e investigador del Area de Economía y Tecnología de la FLACSO, investigador del CONICET e integrante del IDEP.
*** Investigador invitado del Area de Economía y Tecnología de la FLACSO

1. Introducción. Naturaleza y significados de la fuga de capitales
La vertiginosa expansión del endeudamiento externo de los países latinoamericanos en las últimas décadas ha concitado la atención de amplios sectores sociales. Sin duda, la preocupación principal está centrada sobre la creciente salida de capitales para saldar los intereses devengados, que opera como una severa restricción para la formación de capital y el desarrollo económico. En contraposición, la fuga de capitales locales al exterior ha sido y es poco tratada, a pesar de que su crecimiento es notablemente acentuado y que, por su naturaleza, es una parte constitutiva, y muy significativa, de la problemática de la deuda externa de la región (Basualdo, 2000b).

La fuga de capitales locales tiene lugar cuando los residentes de una economía1 remiten fondos al exterior para realizar diversas inversiones y adquirir activos que pueden ser físicos (inversiones directas, etc.) o financieros (títulos, acciones, depósitos, etc.). No se trata de una operatoria necesariamente ilegal2 (aunque presumiblemente una parte significativa podría considerarse como tal), sino de la transferencia de capital líquido hacia el exterior para realizar inversiones directas, o adquirir títulos, acciones e inmuebles, o efectuar depósitos bancarios. A esta forma de fuga de capitales se le agrega la salida de capitales mediante los denominados "precios de transferencia"3 y los "créditos intrafirma"4, que fueron (y siguen siendo) mecanismos tanto de remisión de utilidades como de elusión y evasión impositiva utilizados por los distintos capitales extranjeros para incrementar su rentabilidad y facilitar la remisión de utilidades a sus respectivas casas matrices. En la actualidad esta operatoria también es utilizada por los capitales locales con inversiones directas en el exterior.

En los grandes centros capitalistas, la realización de inversiones en el exterior -tanto directas como de cartera o especulativas- resulta habitual, y ello se explica tanto en función de la saturación de los mercados locales como de la búsqueda de rentas extraordinarias y la apropiación y el aprovechamiento de recursos naturales, mercados y mano de obra de bajo costo en países periféricos. En estos últimos, la escasez de capitales para la realización de inversiones productivas ha sido una nota dominante en las últimas décadas. De allí que la salida al exterior de los recursos existentes en los países periféricos sea, en principio, un fenómeno sorprendente y, por lo tanto, particularmente importante de examinar.

En consonancia con la problemática planteada, este trabajo está estructurado en los siguientes apartados: en el próximo se analizan las estimaciones que diversos autores realizaron sobre la fuga de capitales en las últimas décadas y, al mismo tiempo, se realiza una estimación propia sobre este fenómeno económico. Complementariamente, se hace una breve reseña de las dificultades metodológicas existentes para su medición y las diferentes opciones disponibles para superarlas. Seguidamente se realiza una estimación de la renta generada por los capitales locales radicados en el exterior. Finalmente se encara una visión integradora acerca del rol asumido por la fuga de capitales y el endeudamiento externo estatal en la consolidación de la valorización financiera y, más ampliamente, del patrón de acumulación del capital concentrado local.

2. Evolución de la fuga de capitales
2.1. Los métodos para la estimación de la fuga de capitales
La fuga de capitales puede estimarse de diversas maneras. Una de ellas es la que adopta, desde hace algún tiempo, el Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos, que se basa sobre la información que proveen distintas fuentes de información locales y extranjeras acerca de las maneras en que invierten los residentes locales en el exterior, así como los montos que compromete cada una de dichas variantes. Las otras son las estimaciones que se realizan a partir de la balanza de pagos recurriendo a diversas metodologías indirectas; la más importante de ellas es el "método residual de balanza de pagos" que utiliza el Banco Mundial5 .

En términos más específicos, la forma de estimar la fuga de capitales que emplea actualmente la autoridad económica en la Argentina se basa sobre el relevamiento de los depósitos bancarios, el dinero en efectivo, los bonos y títulos públicos y privados, los inmuebles, las inversiones directas y otros activos que los residentes locales mantienen en el exterior. Las fuentes de información para dicha estimación son encuestas e información de diversos organismos locales, gubernamentales extranjeros e internacionales. De este modo, se obtiene el stock de los capitales fugados y, al mismo tiempo, su flujo mediante las diferencias entre dos estimaciones realizadas para diferentes períodos. Cabe señalar que la primera estimación en el país realizada mediante esta metodología fue publicada recientemente por el Ministerio de Economía y comprende el período 1992-1998 (Ministerio de Economía, 1999a y 1999b).

Sin duda, este método tiene la ventaja de permitir una desagregación de las diferentes modalidades en que se mantienen los activos en el exterior por parte de los residentes en la Argentina. Asimismo, la estimación de ese stock y la identificación de los activos que generan renta permite efectuar una estimación de los ingresos percibidos por los propietarios de esos activos externos6.

Sin embargo, si bien este método posee las cualidades mencionadas, también presenta una serie de restricciones que es preciso tener en cuenta:

a) En tanto se trata de un relevamiento, esta metodología probablemente subestime la magnitud de los capitales locales en el exterior debido a que una parte de ellos no es contemplada por las fuentes consultadas o porque, especialmente en el caso de las encuestas, los propios interesados tergiversen sus tenencias de activos fijos o financieros en el exterior.

b) Por razones similares, esta metodología puede dar lugar a una sobreestimación de la fuga de capitales al consignar la renta capitalizada por los activos externos como capitales fugados al exterior. A modo de ejemplo, un relevamiento de los fondos depositados en cuentas bancarias en el extranjero podría, en un período "t", arrojar un saldo 10% más elevado que en el período "t-1". Pero tal diferencia no reflejaría -necesariamente- el efecto del incremento de esas cuentas bancarias como resultado de nuevos capitales fugados, sino que podría ser una consecuencia del mero devengamiento y/o capitalización de los intereses generados por esos depósitos.

Por lo tanto, esta metodología tiene el riesgo potencial de sobrestimar o subestimar la magnitud tanto del stock como del flujo de los capitales locales en el exterior, dependiendo de la existencia e intensidad que asuman los factores mencionados previamente.

Por otra parte, la principal forma de estimar indirectamente la salida de capitales es el denominado "método residual de balanza de pagos". Este tipo de estimación consiste en sumar los ingresos netos de capitales (bajo la forma de inversión extranjera directa y de endeudamiento externo público y privado), así como el saldo neto de la cuenta corriente (originados tanto en la balanza comercial como en los servicios) y la variación de las reservas internacionales. El resultado de esta ecuación refleja la salida de capitales locales (cuando es positivo) o, por lo contrario, la repatriación de capital local (cuando es negativo). En otras palabras, todos los ingresos de capitales que no sean aplicados al financiamiento del incremento de las reservas oficiales o del pago neto del intercambio de bienes y servicios deben ser considerados capitales fugados.

La definición es la siguiente:

FK = DE + IED + SCC - RI

Donde: FK = flujo de capitales fugados

DE = flujo de endeudamiento externo neto del período (cambios en el stock de deuda externa)

IED = flujo de inversión extranjera directa (+ significa aumento)

SCC = saldo de la cuenta corriente del balance de pagos (- significa déficit)

RI = variación en las reservas internacionales (+ significa aumento)

Cabe consignar que en la actualidad, debido a los nuevos criterios aplicados en la elaboración de la balanza de pagos, la aplicación del "método residual" debe tener en cuenta otros ingresos netos de capitales además del endeudamiento externo y la inversión directa, especialmente las inversiones de cartera7 .

Al igual que en la metodología anterior, el método residual también puede tergiversar el stock y el flujo de los capitales locales radicados en el exterior. El mayor peligro potencial que acarrea es que el residuo mencionado incluya montos no asignables a formación de activos en el exterior sino a errores y omisiones en el registro en algunas de las variables de la balanza de pagos. Por ejemplo, podría incluir repatriaciones de inversiones extranjeras mal estimadas o deficiencias en la estimación de la balanza comercial o de otros componentes de la cuenta corriente, entre otras múltiples posibilidades. De allí entonces que el principal riesgo potencial de esta metodología sea la sobrestimación de la fuga de capitales. Como aspecto ventajoso, el método residual -al estar basado sobre las estadísticas de la balanza de pagos- permite contar con estimaciones de manera más simple y directa, así como también elaborar series largas.

En este contexto, es pertinente mencionar que los dos métodos analizados previamente tienen, además de sus restricciones específicas, dos limitaciones compartidas. La primera es que ambos incorporan, dentro de la fuga

1 A diferencia de la "nacionalidad", la "residencia" está vinculada con el espacio geográfico donde la persona física o jurídica desarrolla su actividad económica. Dicho concepto es propio de la balanza de pagos.

2 Si bien algunos economistas extranjeros, como Cumby y Levich (1987), asumen un enfoque jurídico para medir la fuga de capitales, diferenciando entre la salida de capitales legal e ilegal, la gran mayoría de las estimaciones consideran el conjunto de los capitales que salen del país, entre ellas se encuentra las efectuadas por el propio Ministerio de Economía de Obras y Servicios Públicos, el Banco Mundial, etc.

3 Se denomina "precio de transferencia" al valor monetario que asume una transacción económica realizada por dos unidades económicas societariamente vinculadas. La manipulación de los precios de transferencia es una modalidad frecuentemente utilizada por las empresas transnacionales (ET) para evadir o eludir impuestos. Así, por ejemplo, una filial de una ET radicada fuera de su país de origen puede pagar un precio menor al de mercado por un producto remitido por su casa matriz con el objeto de erogar menores aranceles a la importación (modalidad que adquiere sentido en economías cerradas por fuertes barreras arancelarias), o bien pagar sobreprecios a su casa matriz para, de este modo, incrementar artificialmente sus costos y reducir el monto imponible para el impuesto a las ganancias (este último ejemplo adquiere mayor relevancia en economías abiertas y de bajas o nulas tasas arancelarias, tales como se dan en la actualidad). De este modo, el sobreprecio es la forma que asume -implícitamente- la ganancia obtenida por la filial, derivada de su actividad en la economía en que ha operado.

4 El "crédito intrafirma" es aquel que la casa matriz de una ET otorga a una filial en el extranjero. Al igual que en el caso de los precios de transferencia, el efecto es el de agrandar artificialmente los costos contables de la filial, en tanto deben computar los intereses del préstamo y, de este modo, se reduce o se hace nulo el monto pasible de ser considerado imponible para el impuesto a las ganancias. De este modo, en los intereses que la filial paga a la casa matriz de la ET está implícita la remisión de utilidades obtenidas por la filial por su actividad en el extranjero, redundando en una transferencia de recursos pertenecientes a la economía en que está radicada la subsidiaria hacia la casa matriz.

5 Entre los múltiples métodos para estimar la fuga de capitales existen diferentes modalidades, además del método residual, entre las que cabe señalar las utilizadas por Guzmán y Alvarez: Las fugas de capital en México. Un análisis crítico de planteamientos recientes; Morgan Guaranty Trust Company: LDC capital flight y LDC debt reduction: a critical appraisal; Cline; Cuddington: Capital flight: estimates, issues and explanations y Macroeconomic determinants on capital flight: an econometric investigation; Dooley: Country-specific risk premium, capital flight and net investment income payments in selected developing countries. Estimaciones para el caso argentino, realizadas bajo estos diferentes métodos para el período 1970-1987 así como también una descripción y aproximación crítica pueden ser consultadas en Padilla del Bosque (1991).

6 No todos los activos externos generan rentas. En particular, las disponibilidades del sector financiero y las tenencias de divisas forman parte de este subconjunto.

7 La metodología de la balanza de pagos para estimar la inversión extranjera directa considera exclusivamente las empresas en las que la participación extranjera supera el 10% del capital accionario. El resto, es decir en las firmas en que la participación extranjera es igual o inferior al 10%, se consideran como inversiones de cartera. Sin embargo, dentro de estas últimas se consideran aquellas empresas privatizadas cuyas acciones fueron vendidas en operaciones de bolsa, tal el caso, por ejemplo, de YPF y de Aerolíneas Argentinas, entre otras.

8 Las cifras del comercio exterior suelen estar expresadas bajo diferentes métodos. Las exportaciones son calculadas Free on board (FOB), es decir, considerando el valor de la operación sin incluir los costos de fletes, seguros y otros servicios reales. Por su parte, las importaciones suelen estar estimadas sobre la base del método Cost insurance freight (CIF), que incluye los costos de los servicios inherentes al traslado de las mercancías hasta el puerto de arribo.

9 Al respecto cabe señalar que la definición de fuga de capitales que utilizan Guzmán y Alvarez (1987) es equivalente al método residual y consiste en sumar las variaciones de activos externos totales en poder de residentes con los errores y omisiones netos (un signo negativo significa una salida de recursos del país).

10 En esta estimación se aplica un factor de conversión entre valores CIF y FOB del 5%. Este valor es el coeficiente estándar que se utiliza en la actualidad para efectuar dicha conversión.

11 Dichas estimaciones integran la cuenta corriente, correspondiendo su inclusión en la cuenta de servicios financieros. Los intereses sobre depósitos o inversiones de cartera están incluidos como intereses mientras que las ganancias por inversiones directas o tenencias accionarias se integran a la cuenta de utilidades y dividendos. Asimismo, cabe señalar que parte de las tenencias accionarias que podrían ser consideradas como inversiones directas están computadas como inversiones de cartera.

Compartir en