Alternativas e intermitentes

Cuando se habla de la situación energética tras la pérdida del autoabastecimiento, es ya casi un lugar común destacar la necesidad de aumentar la generación eléctrica a partir de fuentes “renovables”. Resulta oportuno, entonces, pensar en las características de estas energías, no sólo desde sus atractivos ambientales sino, en particular, desde su ecuación técnico-económica, que será la que finalmente definirá su aplicación.

Cazar el viento

La energía eólica no es considerada una alternativa de base por la inestabilidad que presenta y la imposibilidad de ser acumulada, pero es un aporte complementario que puede servir para ampliar la capacidad de generación eléctrica en el corto plazo, sin emisiones de dióxido de carbono. El Congreso Nacional sancionó en 2006 una ley de fomento y promoción de fuentes renovables que prevé incrementar al 8 por ciento su participación en la matriz energética para 2016. Dentro de esa denominación se incluye también el aporte solar, biomásico y de hidráulicas de baja potencia (ver relacionado), aunque el objetivo oficial es que la mitad de ese porcentaje lo aporten los vientos.