Fructífera Cumbre para Iberoamérica

La XVI Cumbre Iberoamericana dejó hoy un saldo positivo con la identificación de los problemas, la voluntad de integración y el compromiso de respetar y exigir el cumplimiento de los principios básicos del Derecho Internacional. Autor: [b]Luis Enrique González[/b] Fuente: [b]Prensa Latina[/b] [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] .Cumbre Iberoamericana en Uruguay: rastros y trasfondos .Declaración de Montevideo [/size]

La XVI Cumbre Iberoamericana dejó hoy un saldo positivo con la identificación de los problemas, la voluntad de integración y el compromiso de respetar y exigir el cumplimiento de los principios básicos del Derecho Internacional.

El valor de estas reuniones no es tanto para adoptar una decisión de tipo práctico, pero hacen conciencia, ayudan a formar opiniones, permiten plantear las ideas, el debate y hacer denuncias sobre los problemas del mundo, son escenarios positivos, aseveró el vicepresidente cubano Carlos Lage.

Con el tema central Migraciones y Desarrollo, la Cita de Montevideo sentó en el banco de los acusados a Estados Unidos, la Unión Europea y al mundo desarrollado en sentido general.

El lenguaje directo y duro en ocasiones de los mandatarios puso al descubierto, una vez más, la política discriminatoria y de doble moral de Washington y las naciones europeas en el tema migratorio, sin pensar ni hacer nada por superar las causas de este fenómeno.

La construcción de una valla en la frontera con México, aprobada por el gobierno de George W. Bush, fue calificada de manera unánime un paso xenófobo, de desprecio y racismo, un muro entre América Latina y Estados Unidos, aseveró Lage.

El sentimiento de unidad, pese a la heterogeneidad de sus miembros, primó en este encuentro, con posturas por encima del consenso tradicional.

Un elemento quedó claro, el mundo desarrollado incumplió con la llamada ayuda oficial al desarrollo y los Objetivos del Milenio tampoco se harán realidad.

Las causas de casi todos los problemas son el injusto orden económico internacional, mientras se intenta solucionar la pobreza, el hambre y la falta te atención medica con medidas restrictivas.

La Declaración Final y el Compromiso de Montevideo fueron asumidos por la totalidad de las naciones, con la exigencia de respetar la Carta de Naciones Unidas, el multilateralismo y la soberanía.

Iberoamérica adoptó condenas al bloqueo estadounidense a Cuba y a todas las manifestaciones de terrorismo, incluido el reclamo de justicia en el caso del criminal Luis Posada Carriles, bajo amparo de Washington pese a su responsabilidad en la voladura de un avión con 73 personas.

Asimismo, la XVI Cumbre votó en bloque pronunciamientos especiales de apoyo a la integración energética, a la ampliación del Canal de Panamá y el proceso de paz en Colombia, abogó por soluciones a los problemas de los refugiados, de género y de soberanía de las Islas Malvinas.

Uruguay y Argentina, envueltos en una crisis bilateral por las papeleras, recibieron con buenos ojos la iniciativa facilitadota del Rey de España, Juan Carlos de Borbón.

Otro elemento de distensión salió a la luz con el contacto del líder boliviano y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quienes luego intercambiaron mensajes públicos sobre posibles conversaciones a partir de una agenda fijada de 13 puntos, incluida la salida al mar de la nación del altiplano.

La Cumbre de Montevideo es historia y desde ya la Secretaría General Iberoamericana se comprometió a trabajar como mecanismo de apoyo de la Conferencia de Jefes de estado y de Gobierno para garantizar avances antes de la próxima cita, en Chile, en el 2007.

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