Las torres llegan al barrio

Monte Castro se está movilizando ante el desembarco de un emprendimiento grandote que toma una fábrica catalogada y destruye la escala del lugar. La búsqueda de negocios, el impacto ambiental y la resistencia.

Los especuladores inmobiliarios y sus empleados arquitectos y urbanistas sueñan con una Buenos Aires de al menos cinco millones de habitantes, General Paz para adentro. Los empleados ponen cara de serios, de haber meditado el tema y ponderado estudios profundísimos para llegar a la conclusión de que esta ciudad de avenidas estrechas, mala infraestructura, caños centenarios y verde escaso debería duplicar su población. Es una curiosa convicción que no incluye detalles como dónde poner los coches, cómo pagar las instalaciones necesarias y crear alguito de verde para tanta gente. Pero los urbanistas y arquitectos a sueldo de los especuladores ponen cara de “eso es cosa del gobierno” y siguen hablando en abstracto, ese lugar tan conveniente.