El Este y el Oeste de Bolivia fueron uno
La discusión previa al gran acuerdo nacional alcanzado en la madrugada del sábado fue ardua y la fórmula del consenso fue abriéndose paso en medio de fuertes susceptibilidades y amenazas entre ambos bandos: el Estado Mayor del Pueblo, formado por movimientos sociales cercanos al gobierno, y el Comité Cívico pro Santa Cruz, una suerte de "gobierno moral" regional fuertemente influenciado por intereses empresariales. Algunas horas después, el "pacto de la Moncloa" de Evo Morales era refrendado por unanimidad en el Congreso, en una sesión cargada de emotividad y "patriotismo". Tanto el oficialismo como la oposición podían mostrar los resultados conseguidos como un triunfo propio. Y la moderación desplazó a los desafíos verbales de las jornadas previas.
Pero, ¿qué ganó y perdió cada uno? Los sectores cívicos cruceños, aliados a la derecha del ex presidente Jorge "Tuto" Quiroga -que cuenta con el segundo bloque parlamentario- cedieron en su reivindicación de que el referéndum autonómico tuviera un carácter vinculante, de cumplimiento obligatorio e inmediato. Es decir, que una vez que se consiguiera el sí de Santa Cruz a su autonomía (el 2 de julio) ésta se hiciera efectiva sin esperar los resultados de la Asamblea Constituyente. La fórmula de consenso alcanzada indica que "el referéndum es vinculante a la Constituyente", esto es: será la Constituyente la que determinará el alcance del régimen de autonomías, que no se hará efectivo hasta la promulgación de la nueva Carta Magna. De esta forma, el gobierno tiene un "candado" para evitar el control regional de los recursos naturales.
Esto es básicamente lo que quería el oficialismo, que sin embargo, tuvo que aceptar que la consulta sea vinculante a nivel de los departamentos (provincias en la Argentina). Es decir, basta con que gane el voto afirmativo en un departamento para viabilizar su autonomía, incluso si gana el no al régimen autonómico a nivel nacional. Este era el reclamo duro del Comité Cívico cruceño, que descuenta un triunfo del sí en su región. "Aquí (en este Congreso) estamos comenzando a construir espíritu de Nación, espíritu de Patria, estamos dando un paso gigantesco en favor de la Asamblea Constituyente por la que indígenas y trabajadores han dado su sangre y por las autonomías por la que han peleado las regiones", sintetizó el vicepresidente de la República y presidente nato del Congreso, Alvaro García Linera, quien se llevó todas las flores por el acuerdo político y es un firme partidario de un gobierno de pactos con las elites cruceñas.
De acuerdo con la ley aprobada el fin de semana, 210 asambleístas serán elegidos en 70 circunscripciones uninominales (el ganador se lleva dos y el perdedor uno), y 45 a razón de cinco por departamento, por el sistema de listas. Aquí también hubo flexibilidad: el gobierno quería que el ganador de una circunscripción que obtuviera el 50 por ciento más uno de los votos se quedara con los tres constituyentes y la derecha bregaba por un sistema de mayoría y minoría que fue el que, finalmente, se aprobó. A su vez, los cruceños aceptaron el sistema de elección "uninominal" que hasta ahora rechazaban. Además, la Asamblea, que el MAS imagina como "refundacional", deberá respetar los actuales poderes constituidos y sus decisiones deberán contar con dos tercios de los votos. En tanto que la nueva Carta Magna será promulgada luego de un referéndum popular.
"Santa Cruz obtuvo un sistema de mayorías y minorías que democratiza y pluraliza la Constituyente y aceptó el voto por circunscripción", sintetizó a Página/12 el senador de Podemos (derecha) y empresario cruceño, Oscar Ortiz. "Evo Morales cumplió su palabra como reloj: a más tardar el lunes (por hoy) estará promulgada la convocatoria a la Asamblea Constituyente", repetía un senador del MAS en los pasillos del Parlamento. "Aquí empieza la revolución cultural y democrática, aquí empieza el verdadero cambio que espera el pueblo boliviano", dijo el presidente boliviano y anunció para hoy la promulgación de la ley.