Tenemos que pararnos en nuestro terreno, el mejor terreno para alcanzar las estrellas

Casi todos los niños y niñas del planeta (más del 80%) vieron interrumpida su educación por la pandemia, según la agencia de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Aunque este dato es sorprendente, lo cierto es que fue necesario cerrar las escuelas cuando el virus infeccioso COVID-19 se extendía por toda la sociedad.

Un déjà vu de viejas desigualdades

En los barrios populares del conurbano bonaerense, niños, niñas y adolescentes viven la escolaridad como un delicado equilibrio entre el deseo de terminar la escuela y la necesidad de trabajar, la maternidad, la falta de celulares y los problemas de conectividad. “El futuro se juega en una suma de detalles mínimos que hacen que una escuela sea escuela: un lugar donde enseñar y aprender que no necesite de superhéroes ni actos heroicos”, dicen Silvia Grinberg y Julieta Armella.