¿Detendrá el hombre oro la caída del dólar y de las bolsas?

Alfredo Jalife-Rahme

No se trata de individualidades, sino de asuntos estructurales: el fin del dolarcentrismo y la nueva era geopolítica de los energéticos que marcan y enmarcan el nuevo orden multipolar del siglo XXI
Los grandes jugadores de la geoestrategia detectaron el verdadero talón de Aquiles del gigante estadunidense: su adicción incoercible a los energéticos.

El diagnóstico del ministro de Energía ruso, Victor Khristenko, expresado a The Daily Telegraph (6/6/06), rotativo aliado de los desplumados neoconservadores straussianos, de que la era de los hidrocarburos baratos concluyó, marcará el destino del decadente dólar, mucho más que las declaraciones (abultadas por los mendaces multimedia de EU para encubrir la doble caída del dólar y las bolsas globales) del supremo líder iraní ayatola Ali Jamenei, quien amenazó usar el arma petrolera en caso de un falso movimiento de EU, lo cual afectaría el flujo del oro negro en el golfo Pérsico (Khaleej Times, 4/6/06).

Khristenko puntualizó que la dependencia de la Unión Europea, que importa las tres cuartas partes de hidrocarburos rusos, no era adecuada, por lo que Rusia buscará otros socios comerciales como China, Japón y EU (Asúper sic!). Llamó la atención que no figure India.

Niall Ferguson, historiador adscrito a la célebre dinastía de los banqueros hebreos Rothschild (The Daily Telegraph, 4/6/06), aborda la metamorfosis que opera en la personalidad de Baby Bush, quien se disculpó del lenguaje duro que había generado la invasión a Irak en la mente de la humanidad y que utilizó durante la conferencia conjunta con el primer ministro británico Blair, otro perdedor en las arenas movedizas de la antigua Mesopotamia.

Otro giro dramático lo constituyó la postulación a la Secretaría del Tesoro de Henry Hank Merritt Paulson Jr., mandamás del polémico banco de inversiones Goldman Sachs a quien Ferguson califica como hombre oro (de Gold Man), quien tendrá la tarea de regresar al realismo geofinanciero global, en semejanza a la etapa invaluable del clintonomics de Robert Rubin, anterior secretario del Tesoro de Clinton y jerarca de Goldman Sachs durante un cuarto de siglo. zInició prematuramente la transición del poder en la Casa Blanca de la mediocre dinastía Bush a la incipiente dinastía de los Clinton, más sagaz, en la persona de la senadora Hillary Rodham?
El retorno al realismo geofinanciero no es ocioso cuando el agazapado vicepresidente de EU, Richard Bruce Dick Cheney, quien suele confundir en forma peligrosa a las codornices con los rostros de sus acompanantes de cacería, había decretado que los déficit no existen.

Al día siguiente de la postulación del hombre oro a la Secretaría del Tesoro, Condi Rice, la Secretaria de Estado quien sabe bastante de futbol americano, también sufrió otra asombrosa metamorfosis de realismo político, según la perspectiva de Ferguson, al ofrecer a la teocracia chiíta persa un trato diplomático en conjunción con sus aliados europeos (Gran Bretana, Alemania y Francia) y sus competidores euroasiáticos (Rusia y China).

Una de las tareas primordiales del hombre oro será justamente manejar un aterrizaje suave de la caída del dólar e intentar detener la salida precipitada de los tenedores asiáticos de los Bonos del Tesoro. Sus credenciales son óptimas y pocos financieros conocen como él la operatividad del complejo mercado de dinero chino.

No se trata de cuestiones personales, ni de individualidades excepcionalmente doradas, sino de asuntos estructurales: el fin del dolarcentrismo y la nueva era geopolítica de los energéticos que marcan y enmarcan el nuevo orden multipolar del siglo XXI.

Gary Duncan, de The Times (5/6/06), describe la aceptación del hombre oro como masoquista, quien hace tres meses había declinado el puesto propuesto por el jefe de gabinete bushiano Joshua Bolten, otro ejecutivo de Goldman Sachs.

Más que intentar salvar las finanzas sin redención de EU, zno intentará más bien el hombre oro rescatar de los avernos a su empresa Goldman Sachs?
Ben helicóptero Bernanke , flamante gobernador de la Reserva Federal, lucha infructuosamente contra dos monstruos: la creciente inflación y la desaceleración del crecimiento, cuya suma se conoce como estagnaflación, que deberá domar EU antes de lanzarse a una nueva aventura militar.

Quizá Condi Rice haya sopesado la desfavorable coyuntura geofinanciera de EU para congelar el ataque atómico planeado por la dupla Cheney-Rumsfeld contra las instalaciones nucleares de Irán que, sin duda, usaría el arma petrolera, lo cual provocaría una mayor inflación en EU.

No se puede combatir la inflación en el interior de EU mediante el alza de las tasas de interés y al mismo tiempo ocasionar en la periferia un incremento mayor del petróleo en el golfo Pérsico que contrarreste las medidas financieras adoptadas por la Reserva Federal.

Es curioso, pero un congelamiento del contencioso de EU con Irán, ya no se diga un arreglo, puede ayudar al aterrizaje suave del dólar.

No son momentos de hacer lena caída del octagenario mago malhadado Alan Greenspan a quien Bajo la Lupa calificó de -hombre burbujas mucho antes que el feroz libro de Peter Hartcher, que lo acusa de haber causado el desvanecimiento de 7 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón), alrededor de 10 veces el PIB de México.

Son momentos de arreglar los desequilibrios financieros globales que provocó la codicia neoliberal de la plutocracia oligárquica y oligopólica, lo cual conlleva al realineamiento de las divisas y al estallido de varias burbujas: el dólar, los bienes raíces, las bolsas, y cierto tipo de materias primas de género especulativo (v.g. el cobre), excluyendo a los binomios del petróleo/gas y el oro/plata que poseen características de reservas y transmutaciones financieras en relación inversamente proporcional al desplome del billete verde.

Fuente: diario La Jornada, de México D.F., México; 7 de junio de 2006.

Compartir en