¿Eres un robot?

En el último verano, miles de argentinos aceptaron que sus iris sean escaneados, con un aparato que parece llegado del próximo siglo, a cambio de unos miles de pesos que les generaron un ingreso extra en medio de la estanflación. Otros se negaron. Pero casi ninguno sabe exactamente por qué los mismos empresarios que están detrás del ChatGPT necesitan acumular lo que guardan nuestros ojos.

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Augusto Casa tiene 40 años, es profesor de educación física y dueño de un gimnasio en la ciudad de La Plata. En 2020, por el aislamiento obligatorio, sólo pudo mantener un tercio de su trabajo habitual. Tenía más tiempo libre del que estaba acostumbrado y lo destinó a navegar en redes sociales. Una tarde de junio se topó con una publicación en YouTube sobre criptomonedas: “Lo primero que compré fue Bitcoin. Creo que compré 500 pesos y después me olvidé. Luego, en verano, recuerdo que estaba en la costa y vi que había aumentado un montón el valor que tenía. Ahí me empecé a interiorizar un poquito más”.