La rabia

España atraviesa una de las peores crisis de su historia. La periodista Cristina Fallarás da testimonio en una extensa crónica en primera persona de sus últimos cuatro años, desde que perdió su trabajo como editora al descenso a los bajos fondos de la miseria. Con dos hijos y un desahucio que no le dio tiempo a muchas maniobras, dice que la rabia la impulsó a escribir A la puta calle (Planeta) en un mes, dando voz a miles de españoles que pasan por su misma situación.

Ortodoxia contra pymes

La Fundación Observatorio Pyme (FOP) ha producido recientemente un informe especial sobre “Acceso al crédito y crecimiento económico”. Todo aquel que se preocupe por la problemática de las pymes leerá este documento teniendo en cuenta los interesantes datos que ha procesado históricamente la FOP. Sin embargo, se encontrará con un material que tiene por principal objetivo criticar la política de asignación del crédito del Banco Central, en especial la Línea de Crédito para la Inversión Productiva (LCIP). Llama la atención que la herramienta más impactante que se ha instrumentado para crédito a pymes, por sus ventajosas condiciones de tasa y de plazo, además del destino de los fondos, sea tan duramente criticada.

Moneda y crédito: un cambio de época

El proyecto de reforma a la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina (Bcra) enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) apunta a modificar de raíz la lógica de organización del sistema financiero que tuvo su punto de partida con la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz en 1976 y su consolidación bajo el menemismo con la Carta Orgánica de 1992, cuyo mentor fuera Domingo Cavallo. La casi segura aprobación del texto enviado significará el final del predominio del cuerpo de ideas que está detrás del dispositivo normativo a modificarse, cuyos puntos centrales son:

1. El paradigma teórico de la “antirrepresión financiera” que suponía que los problemas del desarrollo de los países periféricos se debían a la orientación del crédito, la promoción de los préstamos para inversión por vía estatal, la existencia de regulaciones cuantitativas, la insuficiencia de oferta de crédito por las regulaciones de la tasa de interés y el otorgamiento de redescuentos para estos financiamientos. La historia probó que este enfoque, esencial en el paradigma neoliberal, no resolvió los problemas que había presumido atacar. Los empeoró gravemente.