Internet, la revolución que Marx no imaginó

La economía mundial crece y la pobreza cae en la segunda década del siglo XXI. Detrás, hay una gigantesca ola de innovación, de raíz tecnológica, y su punto de inflexión es un acontecimiento geopolítico que ha modificado la estructura del poder mundial, al trasladar el centro de gravedad del sistema de los países avanzados a los emergentes, de EE.UU. a China. Los usuarios de Internet son hoy 2.500 millones y aumentan 500 millones por año (500.000 por día). Serían 4.000 millones en 2015, más de la mitad de la población del mundo; y abarcarían a 80% de la población del planeta en 2030.

Con mucha ficha

El Estado nacional está diseñando una amplia política de telecomunicaciones que hará eje en la provisión de conectividad a través de fibra óptica, la utilización de las frecuencias 3G para brindar servicios de telefonía celular, la bajada de contenidos para la televisión digital abierta y la gestión y puesta en órbita de satélites de comunicaciones. El denominador común para llevar adelante esta estrategia es Arsat, una compañía pública que nació en 2006 para hacerse cargo de la operación de un satélite que pertenecía a la empresa Nahuelsat, pero con el tiempo pasó a ocupar un rol central en la planificación de la política de telecomunicaciones del Estado.