La ilusión de escoger la fuente informativa

Uno de los argumentos más sistemáticamente utilizados por la oligarquía de Estados Unidos para la defensa del sistema social capitalista que pretende expandir por el mundo en beneficio de sus intereses de dominación global es el derecho de opción informativa de que –argumentan- disfrutan los ciudadanos norteamericanos. Esa ilusión suscitada por la propia oligarquía pretende ignorar el riguroso control sobre los medios que en Estados Unidos ejerce un conglomerado de consorcios financieros.

El FMI sacó tarjeta rosa

Christine Lagarde es una economista de la derecha francesa que llegó a ser titular del FMI porque el también francés, pero socialista, Dominique Strauss Khan, fue eyectado de ese puesto. Algún día se sabrá qué pesó más en el cóctel: si su sexopatía o sus discursos en universidades advirtiendo que la crisis financiera internacional no podía ser enfrentada con instrumentos neoliberales. Lagarde hace buena letra con la gran banca privada y con la también derechista Angela Merkel, quien además de canciller de Alemania arbitra las políticas de ajuste que se despliegan en sus socios de la Comunidad Económica Europea. Merkel conduce esta etapa retrógrada del Viejo Continente con un ojo puesto en la Unión Europea y en el Banco Central Europeo y el otro puesto en la Reserva Federal de Estados Unidos y el FMI. Es la primera vez que este organismo financiero –desde su creación en 1945– sale como bombero de los países del Hemisferio Norte. Su objetivo era consolidar la hegemonía de Estados Unidos –y del dólar– en el mundo occidental y disciplinar a las naciones periféricas para disminuir la presencia del Estado como árbitro de inequidades y para afianzar las inversiones y el comercio de las empresas multinacionales.

“Conocemos sus recetas”

El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, cuestionó al Fondo Monetario Internacional (FMI) por no haber aplicado la declaración de censura con los Estados Unidos e Inglaterra “cuando se produjeron la alteración de balances en Wall Street y la manipulación de la tasa LIBO”. Así lo expresó el ministro a través de su cuenta de Twitter, quien a su vez recordó, como ya lo había hecho el Premio Nobel Paul Krugman, que “los que defienden el ajuste fiscal como receta anticrisis no logran encontrar un caso en el que su teoría haya funcionado”. El ministro comparó las actuales recetas del Fondo para los países europeos con las recetas para la Argentina dictadas en 2001.