Cuatro años más de ajuste

A Angela Merkel le disgusta que la comparen con Margaret Thatcher, pero ella suscribe su famosa máxima “la dama no da marcha atrás” (“The lady’s not for turning”). La canciller alemana no ha retrocedido un ápice en su exigencia a los países en crisis del sur europeo para que ajusten. Esa es su forma de manejar la crisis del euro, no importa si el costo resultante es más desocupación, pobreza y miseria para Portugal, Italia, Grecia y España, los llamados PIGS –acrónimo que significa “cerdos” usado peyorativamente por medios económicos anglosajones– víctimas de la desindustrialización, la burbuja inmobiliaria y la especulación financiera.