BRICS: ¿disputa por América Latina?

Aníbal García Fernández, Tamara Lajtman


La Cumbre de los BRICS, realizada en Brasil, mostró la debilidad geopolítica del país anfitrión y la necesidad de reformar el sistema multilateral vigente

La cumbre de los BRICS en Brasil se llevó a cabo en una coyuntura regional con un golpe de Estado en Bolivia, con el fuerte rechazo popular a los gobiernos neoliberales de Chile y Ecuador y el triunfo del progresismo en Argentina. Por otra parte, es necesario analizar los acuerdos y resoluciones de la Cumbre teniendo en cuenta la progresiva desaceleración de la participación de Brasil en los últimos años. Desde el golpe contra Dilma Rousseff, el gigante sudamericano dejó de proyectarse como jugador clave en la geopolítica mundial, alineándose prioritariamente a los intereses del sector público-privado estadounidense. No obstante, los BRICS siguen conduciendo un proceso de transformación en la economía mundial en el que destaca la producción científica, la disputa por las tecnologías de punta en sectores estratégicos y la posibilidad de cambiar las reglas en organizaciones como la ONU, la OMC y el FMI.

Los BRICS hoy

BRICS es una plataforma de cooperación entre países emergentes que en las últimas décadas se caracterizó por posicionamientos convergentes, principalmente en lo que se refiere a la búsqueda de protagonismo en los organismos del sistema internacional como la ONU y la OMC, pero también por la búsqueda de financiamiento, promoviendo su propio banco de desarrollo. El bloque representa el 42% de la población mundial, el 23% del PIB mundial, el 30% del territorio y el 18% del comercio mundial.[1] Además, está compuesto por potencias energéticas (Rusia con gas, China en carbón, Brasil en petróleo) que también controlan grandes reservas de minerales estratégicos, incluso las “tierras raras”, tema de disputa entre China y EE. UU.[2]

¿Que resultó de la cumbre?

El lema de esta edición de la Cumbre fue “BRICS: crecimiento económico para un futuro innovador”. Según el Gobierno brasileño, las prioridades son: cooperación en ciencia, tecnología e innovación, refuerzo de la cooperación en economía digital, cooperación para combatir delitos transnacionales como crimen organizado, lavado de dinero y tráfico de drogas, y el incentivo a la aproximación entre el Banco de los BRICS y el Consejo Empresarial del grupo.[3]

En paralelo a la cumbre oficial también hubo reuniones de articulación internacional de los pueblos, el “BRICS de los Pueblos”. En su declaración se destacan las denuncias contra el golpe en Bolivia, la postura de Brasil ante el embargo a Cuba, los ataques contra Venezuela, la destrucción ambiental, el incremento en las inversiones militares y la persecución política contra Lula.[4]

En la declaración final de la Cumbre, los cinco mandatarios de los países miembros manifestaron la necesidad de fortalecer y reformar el sistema multilateral (incluidas la ONU, la OMC, el FMI). En especial, remarcaron el compromiso con el sistema de comercio multilateral y la necesidad de evitar medidas unilaterales y proteccionistas. Destacaron la importancia del Nuevo Banco de Desarrollo, principalmente para la financiación de la infraestructura y desarrollo sostenible. Expresaron también su compromiso con el Acuerdo de París contra el recalentamiento planetario y condenaron el terrorismo que deberá ser combatido en conformidad con el Derecho Internacional. Asimismo, manifestaron preocupación ante la posibilidad de una carrera armamentista en el espacio, insistiendo en la necesidad de llevar a cabo actividades de exploración y utilización del mismo con fines pacíficos. El documento considera coyunturas políticas en diferentes partes del mundo, como Siria, Corea del Norte y Afganistán, pero ignora la crisis en Venezuela, en Chile y el golpe de Estado Bolivia.[5]

BRICS, Brasil y la disputa por América Latina

Durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), Brasil participaba de igual a igual con las otras potencias emergentes de los BRICS en la definición de la nueva dinámica de la economía mundial. El protagonismo brasileño en el bloque significaba, además, la incorporación de toda Suramérica en el proyecto. Un instrumento importante, por ejemplo, era el Banco de los BRICS, apoyado en el Banco de Desarrollo Asiático. Sin embargo, desde el golpe contra Dilma Rousseff el gigante sudamericano deja de proyectarse como jugador clave en la geopolítica mundial, alineándose prioritariamente a los intereses del sector público-privado estadounidense.

Acercamiento entre Brasil y EE. UU.

Además de votar a favor del bloqueo a Cuba, el acercamiento de Brasil a EE. UU. es crucial para la región. La gran cantidad de privatizaciones en infraestructura son esenciales para el capitalismo estadounidense,[6] a las que se suman las alianzas militares,[7] el avance de las negociaciones para la utilización de la base en Alcántara[8] y la posibilidad de tener una “alianza estratégica con EE. UU.”.[9] No es menor el hecho de que Jair Bolsonaro es el único mandatario de los BRICS que reconoce a Juan Guaidó como presidente de Venezuela.

Brasil-Rusia

Mientras Itamaraty se negó a definir la renuncia de Evo Morales como producto de un golpe de Estado y apoyó el proceso de transición democrática en La Paz, para el Kremlin “lo sucesos siguen el modelo propio de un golpe orquestado”. El canciller brasileño, Ernesto Araújo, indicó que “la narrativa del golpe sólo sirve para incitar a la violencia”. Moscú, en cambio, sostuvo que “apelamos a la sensatez de las fuerzas políticas bolivianas para que encuentren una solución constitucional que preserve la paz, la tranquilidad y la garantía de derechos para todos los ciudadanos”.[10]

Los BRICS y la Nueva Ruta de la Seda

La política de China hacia América Latina continua bajo el esquema 1+3+6: un plan, tres motores (comercio, inversión y cooperación) y seis campos prioritarios (energía y recursos, infraestructura, agricultura, manufactura, innovación científica y tecnológica, y tecnologías de la información).[11]Recientemente, se sumó la Nueva Ruta de la Seda, que pretende incorporar a varios países latinoamericanos a los asiáticos. Ese puente terrestre redefine geopolíticamente el continente euroasiático, uniendo los puertos del Pacífico, en el Lejano Oriente ruso y chino, y los puertos marítimos en Europa, además de contemplar una ruta marítima hacia África. La inserción de Suramérica es principalmente de matriz ferroviaria, y uno de los ejes más importantes es el ferrocarril bioceánico, diseñado para conectar el Atlántico con el Pacífico en un corredor logístico Brasil-Perú de 5.000 kilómetros. La participación de Brasil es fundamental porque cuando este plan se encuentre en pleno desarrollo habrá demanda de recursos naturales estratégicos[12] los cuales están ya en el centro de la geopolítica entre China y EE. UU.[13]

La Nueva Ruta de la Seda, como plataforma económica y de infraestructura, repercute en la plataforma política de los BRICS y tiende a aproximar los miembros que buscan modificar el orden internacional a favor de los países emergentes.[14]

En la reunión bilateral entre Bolsonaro y Xi Jinping se deslizó la posibilidad de contar con un acuerdo de libre comercio. China no posee TLC salvo con los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).[15] Brasil, por su parte, no puede firmar acuerdos de libre comercio de manera individual debido al Tratado de Ouro Preto de 1994.[16]

Los BRICS tienen el potencial para modificar las relaciones internacionales y, sobre todo, las relaciones comerciales en las instituciones como OMC y FMI. De lograr este cambio de las reglas a su favor en la OMC, China saldría fortificada en un escenario de confrontación con EE. UU. Rusia podría imponer, también, ciertas condiciones a las cuales se sumarían India, Brasil y Sudáfrica. Sin embargo, la alianza actual de Bolsonaro puede alejar a Brasil de este bloque, para aproximarlo aún más a los lineamientos hemisféricos estadounidenses, apuntalando la pérdida de liderazgo en instituciones que tienen potencial para disputar hegemonía al país del Norte. EE. UU. pretende aprovecharse de vastos recursos, como agua, tierras agrícolas e hidrocarburos, y sobre todo del Atlántico Sur, uno de los espacios marítimos más importantes de la ruta del petróleo del Oriente Medio hacia EE. UU. que pasa, a su vez, por Sudáfrica y Brasil antes de llegar al Caribe.

[1]https://www.abc.es/internacional/abci-cumbre-brics-medio-tensiones-sudamericanas-201911130849_noticia.html

[2] https://www.celag.org/los-recursos-estrategicos-de-latinoamerica-en-la-guerra-china-eeuu/

[3]http://brics2019.itamaraty.gov.br/presidencia-brasileira-2019/mote-e-prioridades

[4] https://www.pressenza.com/es/2019/11/brics-de-los-pueblos-divulga-su-documento-final-exigimos-cambios-para-tener-futuro/

[5]https://drive.google.com/file/d/1j9iRzBuGMKvCcXWOaWLvT4TklZ7TXu-z/preview

[6] https://www.celag.org/eeuu-en-brasil-guerra-hibrida-por-la-infraestructura/

[7] https://www.celag.org/eeuu-y-brasil-defensa-seguridad-subordinacion/

[8] https://www.wilsoncenter.org/blog-post/brazils-space-program-finally-taking

[9]https://www.lavanguardia.com/internacional/20190801/463804002630/brasil-estados-unidos-negociacion-acuerdo-libre-comercio.html

[10] https://www.infobae.com/america/mundo/2019/11/12/temores-por-el-impacto-de-las-crisis-en-bolivia-y-venezuela-en-la-proxima-cumbre-de-los-brics-brasil-y-rusia-en-polos-opuestos/

[11] http://spanish.people.com.cn/n3/2019/1113/c31621-9631733.html

[12]https://www.pagina12.com.ar/172445-con-el-plan-de-bolsonaro-brasil-se-reprimariza

[13] https://www.celag.org/los-recursos-estrategicos-de-latinoamerica-en-la-guerra-china-eeuu/

[14] http://revistas.marilia.unesp.br/index.php/bjir/article/view/7776

[15] https://www.pagina12.com.ar/230828-brasil-conversa-con-china-un-acuerdo-de-libre-comercio

[16] https://www.ambito.com/brasil-dice-que-ya-negocia-china-libre-comercio-n5065607

 

Celag - 16 de noviembre de 2019

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