Blaquier procesado

La Cámara Federal de Apelaciones de Salta confirmó el procesamiento de Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma en Jujuy, y de Alberto Enrique Lemos, gerente administrativo de la empresa, por el delito de privación ilegítima de la libertad agravada en tres hechos, en calidad de cómplices primario y secundario, respectivamente, en el marco de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico- militar.

Azúcar amarga para Blaquier

El empresario fue procesado por la Justicia por 29 desapariciones de la Noche del Apagón. Sus abogados apelarán.

Fue a través de un llamado telefónico de su abogado. Así, Ricardo Arédez recibió la noticia que muy pocos pensaban que podía pasar: el juez federal de Jujuy, Fernando Poviña, procesó el jueves a uno de los empresarios más poderosos de la Argentina, Carlos Pedro Tadeo Blaquier, como cómplice primario de la privación ilegal de la libertad de 29 personas durante la última dictadura. En ese momento, evocó a “las madres peladoras de caña y los padres obreros que no están, que murieron sin ver la justicia, tanta militancia digna que luchó por esto sin ánimo de venganza, con la ley en la mano”, según repasó al día siguiente ante Miradas al Sur –con la voz cruzada por el llanto– el menor de los cuatro hijos de Olga y Luis Arédez, ex intendente desaparecido de Libertador General San Martín.

Blaquier procesado por la represión dictatorial

El juez Fernando Poviña lo procesó en dos causas. “La cooperación tuvo lugar en el marco de una persecución político-sindical llevada a cabo por la empresa Ledesma”, dice el escrito, que también alcanza al ex gerente administrativo Alberto Lemos.

El paso está dado. El juez federal Fernando Poviña procesó al empresario Carlos Pedro Tadeo Blaquier como cómplice en primer grado de la privación ilegal de la libertad agravada de 29 personas durante la última dictadura militar. El procesamiento se hizo en dos causas, cuyas distintas características importan para entender el peso determinante de esta medida.

Ver los fallos de las dos causas por las que se lo procesa:">http://www.iade.org.ar/uploads/c87bbfe5-a223-9690.pdf]
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"Los gremialistas eran un obstáculo para el plan de Ledesma"

El ex detenido Hugo Condorí declaró y apuntó al Ingenio por el secuestro de ex dirigentes de la obra social durante la dictadura. El papel del ex intendente de Libertador San Martín.

Citado como testigo por el juez subrogante Fernando Poviña, el ex detenido Hugo Condorí se sentó durante cuatro horas en el Juzgado Federal 2 de Jujuy para declarar en la instrucción de la causa que investiga la responsabilidad de Ledesma y su presidente, Carlos Pedro Blaquier, en la desaparición del intendente de Libertador San Martín, Luis Arédez. Secuestrado poco antes del golpe de Estado de 1976, Condorí es el único sobreviviente de la dirigencia gremial de la empresa en los años previos a la dictadura y testigo fundamental en la causa que busca probar la responsabilidad de Blaquier en la represión a sus trabajadores.

El principio del cambio en Ledesma

Una parte de las pruebas que activaron la adormecida investigación sobre la desaparición de Luis Arédez, ex dirigentes sindicales, obreros y estudiantes jujeños estaban intactas, guardadas en cajas que aparecieron cuando la Justicia decidió, luego de décadas de mirar hacia otro lado, allanar las propiedades de Ledesma. Incluso algunos papeles habrían estado enterrados en el predio del ingenio. No es la primera vez que aparecen documentos que acreditan las prácticas del terrorismo de Estado, pero la constante de los represores fue la destrucción de todo indicio. La dictadura incluso estableció por decreto la garantía de su propia protección. Sin embargo, los dueños de la tierra, de la vida y de la muerte en Libertador General San Martín confiaron en que nadie jamás los tocaría, y no los incineraron. Es la esencia de la impunidad con la que dominan intocables en ese pueblo, que hasta pierde su nombre cuando lo llaman Ledesma. ¿Cómo se explica si no que ni Olga Márquez de Arédez ni los demás pobladores que se enferman de dolencias respiratorias causadas por el bagazo (desecho de la caña de azúcar) nunca hayan podido obtener en el hospital local un diagnóstico que diga “bagazosis”? Libertador-Ledesma es la localidad de América con el promedio de vida más bajo: 43 años. Durante décadas, los Blaquier cosecharon denuncias –que tampoco prosperaron– de miles de empleados enfermos por trabajo insalubre que fueron despedidos. La mayoría no completaban los 30 años de aportes para obtener la jubilación, y tampoco podían acceder a ella por no tener 65 años de edad. Los Arédez no fueron los únicos pero sí de los primeros y más visibles que resistieron a los Blaquier. Eran las ovejas negras en medio del miedo y el silencio, junto a dirigentes como Jorge Weisz, Carlos Patrignani y Hugo Condorí. A fines de los años ’50, el médico pediatra Luis Arédez era “un mediquito zurdo” que tenía el “gesto demagógico” de recetar remedios caros para los obreros del ingenio, según lo definió el capataz Mario Paz en la película Sol de Noche, de Eduardo Aliverti. “Nosotros coimeamos a todos pero no dejamos las impresiones digitales”, fue la confesión que se le escapó a Paz ante cámara. “Mi marido sacó la estadística de que entre agosto y octubre morían de diez a quince chicos de los trabajadores del ingenio por día, llevaba las denuncias a los ministerios y todas las cajoneaban”, contaba la esposa de Arédez, que era odontóloga.