A propósito del impuesto a los bienes personales

La ausencia de una política tributaria es una toma de posición en sí misma: significa dejar que los sectores privados jueguen con prescindencia total de cualquier regulación del Estado, ahondando las diferencias distributivas.

Así, toma relevancia tanto el origen de los recursos tributarios (quiénes pagan los impuestos) tanto como donde se aplican o “gastan”. Si la recaudación se centra en impuestos que gravan el consumo, el sistema tributario es regresivo y no contribuye a una distribución del ingreso más equitativa.

Privilegiados de la tierra asaltan el Parlamento

Los impuestos inmobiliarios provinciales, los urbanos más los rurales, han ido perdiendo peso desde hace años en el país y hoy aportan una recaudación de sólo 0,4% del PIB. Si se le suman los ingresos por los impuestos provinciales a los automotores (del orden del 0,3%) y el tributo nacional “a los bienes personales” (0,3% del PIB) se totaliza una recaudación patrimonial anual del 1% del PIB.