La tormenta bancaria que se aproxima

Los grandes bancos europeos son el eslabón más débil de la crisis que se avecina. Después de haber recibido la suma astronómica de 661 000 millones de euros desde 2008 en ayudas públicas, los bancos están descapitalizados (una parte de sus activos vale menos de lo declarado o, en otras palabras, es tóxico) y tienen dificultades para pagar sus pasivos a corto plazo.

Los gráficos siguientes indican los síntomas más notorios de esta dificultad.

El BCE y la Reserva Federal al servicio de los grandes bancos privados

La actuación del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal |1|

A partir de junio 2011, los bancos europeos entran en una fase realmente crítica. Su situación era casi tan grave como aquella en que se encontraban después de la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008. Muchos de ellos corrían el riesgo de morir por asfixia debido a que los money market funds americanos no habían satisfecho sus necesidades enormes de financiación a corto plazo (varios cientos de miles de millones de dólares) por considerar que la situación de los bancos europeos era cada vez más arriesgada |2|.