Asunto soberano

Con la decisión de recuperar el 51% del paquete accionario de YPF mediante la expropiación a su controlante Repsol, y la declaración de interés público nacional del autoabastecimiento de petróleo, así como su explotación, industrialización, transporte y comercialización, el Poder Ejecutivo dio un paso clave para enfrentar y revertir la decadencia del modelo energético de desregulación y privatización que desguazó la empresa estatal de hidrocarburos. En el contexto de una crisis anunciada desde hace varios años, con caídas bruscas o estancamientos en alguna de sus tres variables más importantes (producción, inversión y reservas), los mecanismos puestos en marcha para revertirla ya despertaron encendidos debates, aunque su tratamiento parlamentario revela hasta el momento un respaldo amplio a la renacionalización de la compañía que, aun cuando en algunos casos se expresaron disidencias parciales, incluye a casi todas las fuerzas políticas.

La matriz energética nacional depende en un 90% de combustibles fósiles, que son recursos no renovables: gas natural, 51%, y petróleo, 39%. Apenas un 7% está constituido por energías renovables, fundamentalmente la hidráulica, mientras que el 3% restante corresponde a la nuclear.

Esta fuerte dependencia nacional de los hidrocarburos contrasta con los porcentajes de consumo que se observan a nivel internacional. En 2008, el 58,9% de la energía consumida en el mundo tuvo a los hidrocarburos como fuente primaria, de acuerdo con el informe Statistical Review of World Energy 2009. Casi un 30% menos que en Argentina.