Aprender de la Gran Depresión

Michael Roberts

 

Recientemente, el editor de economía del periódico británico The Guardian, Larry Elliott, hizo una comparación entre la Gran Depresión de los años 1930 y la actual.

En efecto, Elliott defiende que la economía mundial atraviesa por una depresión similar a la de entonces. La depresión de los años 30 comenzó con un desplome del mercado de valores en 1929, seguido por un desplome global de la banca y después una caída enorme de la producción, el empleo y la inversión. En ese orden. El número de quiebras bancarias aumentó de un promedio anual de alrededor de 600 durante la década de 1920, a 1350 en la de 1930 y alcanzó su punto máximo en 1933, cuando quebraron 4000 bancos. Durante todo el período 1930-33, un tercio de todos los bancos estadounidenses quebraron. Pero lo primero que ocurrió fue el desplome del mercado bursátil.

La Larga Depresión, como me gusta llamar a la actual, comenzó con una crisis del mercado inmobiliario en los EEUU, seguida por una crisis bancaria que se extendió globalmente y que fue seguida por una enorme caída en la producción, la inversión y el empleo. Las secuelas en ambas depresiones fueron una recuperación económica larga, lenta y débil, y muchas economías nacionales aún no han recuperado los niveles previos al colapso de la producción, la inversión o la rentabilidad.

Por cierto, si alguien duda que las principales economías (G20) no atraviesan lo que yo llamo una Larga Depresión, definida como un crecimiento por debajo de la tendencia de la producción, la inversión, la productividad y el empleo, le sugiero que eche una ojeada al estupendo resumen de los economistas del Wells Fargo Bank de los indicadores clave desde el final de la Gran Recesión en 2009 para EEUU, la economía que se ha recuperado más después de la crisis.

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Sinpermiso - 16 de marzo de 2017

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