La regulación estatal de las empresas públicas privatizadas

 

La venta de empresas estatales durante los años ’90 fue, entre otras cosas, una manera de obtener divisas para sostener el esquema de convertibilidad monetaria. Al privatizar los servicios públicos, el Estado perdió capacidad de establecer políticas y de actuar como regulador en áreas clave, cuyo destino quedó fijado exclusivamente a criterios empresariales privados. Algunas de estas limitaciones fueron superadas y otras permanecieron, incluso tras los procesos de renacionalización de principios del siglo XXI.

Vendedores de Humo

Basada en la autobiografía de Jordan Belfort, un corredor de Bolsa que hizo una fortuna en los años ’90 aprovechando las ventajas de la desregulación financiera, El lobo de Wall Street, la nueva película de Martin Scorsese, que se estrena esta semana, protagonizada por su aliado y favorito Leonardo Di Caprio, es el mejor exponente de un género de larga tradición, que surge con L’argent, de 1928, y llega a Capitalismo: una historia de amor, de Michael Moore, sin olvidarse, claro está, de la mítica Wall Street, de Oliver Stone. La de Scorsese es una comedia excesiva y pantagruélica que, en su exageración, desnuda el corazón vacío de un mundo donde nada se produce y donde cada acción tiene consecuencias reales sobre la vida de personas que ni siquiera pisaron el recinto de la Bolsa alguna vez. Amada y odiada por la crítica, la película es, sin embargo, el mejor Scorsese en años: como en sus mejores épocas, vuelve a hablar del egoísmo, la naturaleza salvaje del capitalismo y la fuerza corruptora del poder a través de personajes tan inescrupulosos como irresistibles.

Antoni Domènech: Los trucos del neoliberalismo

Las políticas de los 90 dejaron su huella en Latinoamérica y en Europa donde se están padeciendo sus coletazos. Según el filósofo político Antoni Domènech ni los sindicatos ni los ciudadanos encuentran una salida.

Familias enteras viviendo en la calle, masas de jóvenes desocupados haciendo colas interminables en las oficinas de empleos, bancos y empresas en quiebra y jubilados y niños sin acceso a la salud. No es una tragedia griega... Es europea. Es la realidad que, desde hace unos años, viven a diario ciudadanos de varios países de ese continente que ven derrumbarse ante sus narices los últimos vestigios de los Estados de Bienestar. Antoni Domènech estuvo en Buenos Aires, dio una conferencia sobre la crisis europea y mundial y sus respuestas tanto política como sindical en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) tema del que conversó con Ñ.