El conflicto global. Los BRICS+, Estados Unidos, la Región y la Argentina
El texto que sigue refleja el encuentro que se realizó en el IADE el jueves 13 de noviembre de 2025 con el propósito de analizar las características centrales de la globalización financiera, atendiendo a la capacidad para generar caos, conflictos, incertidumbre y maltusianismo. En paralelo, los países emergentes basan su expansión en el desarrollo de la conectividad, el comercio y las relaciones sin coerciones, mientras establecen estrategias para defenderse de la prepotencia y la arrogancia imperial. En dicho contexto, sin una nueva arquitectura financiera enfocada a la producción y un nuevo acuerdo de seguridad colectiva no habrá paz.
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Comprender para actuar, actuar para transformar
*Analista de Relaciones Internacionales. Especialista en Estudios en China Contemporánea. Director del Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos (IADEG). Miembro del Centro Mundial de Sinólogos con sede en Beijing. CEFMA-IADEG-IDEAL
Somos protagonistas de una transición global de carácter civilizatorio. Intentar comprender sus principales tendencias es imprescindible para evaluar correctamente las tácticas y estrategias adecuadas que nos posibiliten tener una opción real en dirección a la integración regional y poder superar el estado de neo colonia a la cual nos han llevado los gobiernos neoliberales en su dislocada carrera de acumulación ilimitada.
Cuando hablamos de transición nos referimos al proceso iniciado a principio del siglo XXI, es decir, el fin de la hegemonía de la civilización Occidental, después de 600 de dominio mundial, y al nacimiento de un nuevo mundo polifónico con contornos, por ahora, indeterminados.
En su desesperación e impotencia los gobiernos del eje anglosajón y sus socios más cercanos han sumido al planeta en un caos permanente, en intentos de desestabilización política y económica de los gobiernos “rebeldes” y en sufrimientos anacrónicos a los pueblos, todo bajo el mandato del verdadero poder: el complejo sistema financiero globalizado.
Pero, ¿Como comprender el caos reinante, al cual nos han llevado las principales potencias occidentales?
Aunque los megas medios de comunicación se esfuercen por ocultarlo asistimos a una intensa lucha de clases global. Se expresa de distintas maneras, pero se trata de dos proyectos que se enfrentan. De un lado el 1% de la población mundial que intenta reducir la población para conservar los privilegios y disponer para si de los recursos limitados, mientras que por el otro el 99% lucha, de distintas maneras, para conformar un mundo viable para los 8.200 seres humanos.
Esa minoría está encabezada por los fondos de inversión, las calificadoras de riesgo, las poderosas aseguradoras, los grandes bancos, los distintos lobbies, el complejo militar industrial y financiero, las tecnológicas, las empresas transaccionales y el nuevo mundo digital-tecnológico. Todos representados y controlados por los 5 jinetes del apocalipsis: Black Rock, Bloomberg, Goldman Sachs, George Soros y la banca Rothschild.
Sin embargo, este bloque enfrenta enormes dificultades para materializar su aspiración de dominio mundial a través del manejo de la capacidad financiera, debido a:
1) La abultada, inmanejable y creciente deuda pública, sobre todo de los países líderes de Occidente: EE.UU. 120% de su PBI, Japón 240%, Francia 114%, Italia 135%, Alemania 64%.
2) Descontrolada emisión cuantitativa, lo cual genera inflación y una transferencia de recursos sin límite, provocando inestabilidad política y convulsiones sociales.
3) Amenaza de explosión de burbujas financieras como la del 2008.
4) Un excesivo sobre giro de los papeles sin respaldo. Se calcula que el festival de bonos, las operaciones sin respaldo y los llamados derivados alcanzaron el volumen de U$S 2.100 billones de dólares, aproximadamente 20 veces el PBI global.
5) Agotamiento y destrucción del sector productivo, fuente de succión de recursos del capital financiero parasitario durante décadas.
6) Aumento de las contradicciones entre el capital financiero transnacional y las oligarquías locales que están pasando de socias a nuevas víctimas.
7) Creciente resistencia de los pueblos.
8) Desgajamiento de la periferia y semi periferia que en otros tiempos supo controlar Occidente.
Por otro lado, crece la descomposición de las sociedades anglosajonas como lo vemos en EE.UU., el Reino Unido y otros países. El desempleo, la droga dicción, la soledad, la miseria, la desigualdad, la desprotección de la niñes, de jóvenes y de personas de mayor edad, la crisis de los sistemas de salud, la baja calidad de la educación, el deterioro de los supuestos valores morales, la falta de confianza en “las bondades del modo de vida americano”, la persecución a los inmigrantes, todo se expande como una gran mancha de aceite.
El mercado sin control solo multiplica las calamidades y las crisis.
Este desbarranco de Occidente tiene su origen en la agudización de la contradicción principal del sistema capitalista: una producción cada vez más social y abundante para menos consumidores, en la caída de la tasa de ganancia de las grandes empresas manufactureras, en el infinito proceso de acumulación y concentración de la riqueza, todo lo cual produce una crisis polifacética: energética, alimentaria, cambio climático, humanitaria, etc.
Así vemos como los lideres del sistema de despojo han pasado de fomentar un estado de bienestar en los países centrales, llevado por el terror a la expansión del socialismo en el siglo XX, a sembrar el caos en el planeta, generando guerras híbridas y “proxis”, revoluciones de colores, a dividir a los pueblos para enfrentarlos y a preparan legiones de terroristas y mercenarios para ser utilizados contra gobiernos desobedientes. La impotencia ante los obstáculos para reproducir infinitamente el capital les hizo abandonar el respeto al derecho internacional, a las reglas, gestadas por ellos mismos, y ahora apelan directamente a la ley del más fuerte.
La desesperación los ha llevado a cometer errores graves; subestimar a la República Popular China, pensar que la India era un aliado dócil, que Rusia, caída la URSS sería presa fácil. Así vemos como fracasan una tras otra las medidas coercitivas ilegales (sanciones), el propio Secretario de Estado Marco Rubio acaba de admitir “ya no tenemos con que sancionar a Rusia”, las amenazas son insuficientes, el intento del trumpismo de repatriar las industrias deslocalizadas hace 30 años no se consigue, la desdolarización avanza, cada vez son más los países que comercian en sus propias monedas, la derrota militar de la OTAN en el este europeo es inminente, el atraso tecnológico es evidente y los aranceles infinitos no resuelven el problema sino que lo agravan. En este escenario también comienza a horadarse otro de los pilares del imperio, “la propaganda”. La fantasía creada en base a las deudas de la sociedad y el consumismo, se desvanece. Hollywood ya no es lo que era en la conformación de la subjetividad de las nuevas generaciones.
Simultáneamente se desarrolla otro proceso: Los países emergentes y reemergentes se asocian para defenderse de las medidas unilaterales y la agresividad del bloque anglosajón-sionista.
Desde mediados de la última década del siglo XX se construyen asociaciones y puentes entre países emergentes y reemergentes, en este sentido es oportuno recordar el rol que jugó el equipo del estratega ruso Yevgeny Primakov (primer ministro, jefe de gobierno de la Federación de Rusia y asesor del presidente Putin, hasta su muerte en 2015) al visualizar anticipadamente la necesidad de construir la integración regional para defenderse de una hegemonía unipolar. Así surgieron los 5 de Shanghái en 1995 (China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán), luego la Organización de Cooperación de Shanghái en 2001, el BRIC en 2009 (todavía sin la República Sudafricana que se incorpora en 2011), la CELAC, la Unión Africana, la Unión Económica Euroasiática, el ALBA, el RCEP, la FOCAC, etc.
A su vez, China toma la iniciativa sobre conectividad de los pueblos más importante de la historia, nace en 2013 “Un Cinturón Una Ruta”, más tarde surge el banco para financiar las obras de infraestructura AIIB (Banco Asiático de Inversión e Infraestructura), los BRICS crean en 2014 (sexta cumbre en Fortaleza Brasil) el BND (Nuevo Banco de Desarrollo BRICS) y el Fondo de Contingencia para ayudar a los países con dificultades financieras.
En 2023, en la cumbre BRICS en Johannesburgo, República Sudafricana, se suman como socios plenos: Egipto, Etiopía, Irán, EAU y Arabia Saudita (sin confirmar). Argentina, que había sido autorizada a ingresar no lo hizo por una decisión del actual gobierno. Este año en la XVII cumbre en Río de Janeiro se incorporaron 10 países más en calidad de socios.
Es verdad los avances no son unidireccionales ni constantes, hay logros y retrocesos.
Hay también que convivir con crímenes horrendos: el genocidio en Palestina todavía no se puede evitar, la guerra fratricida en Ucrania continúa, el exterminio en Sudan y el Congo sigue existiendo, la agresión a Irán es altamente peligrosa, el reemplazo del gobierno de Siria, hoy en manos de un terrorista, fue un paso atrás. No obstante, el proceso es irreversible, vamos a otro mundo sin el hegemonismo de una sola potencia.
Occidente ante una disyuntiva
El hemisferio decide incorporarse al diálogo de civilizaciones para construir un mundo basado en la cooperación y la solidaridad, o se encamina, como todo indica hasta ahora, a un escalamiento como lo vemos estos días en Europa, el Mar del Caribe, Palestina y el Pacífico sur.
Enfrentamos varios riesgos:
- Un silencioso pero constante maltusianismo social a través de las guerras, las pandemias, los efectos del cambio climático, la desigualdad, el hambre, las enfermedades curables, etc.
- El mayor de los riesgos es que la escalada conduzca en algún momento al uso de las armas nucleares. Dentro de 3 meses, en febrero de 2026, caduca el último de los acuerdos sobre armas nucleares entre EE.UU. y Rusia, el STAT III. Rusia ya propuso prorrogarlo, EE.UU. no contesto.
El poder financiero globalizado y sus obedientes gobiernos occidentales le han declarado la guerra al BRICS y a todos los países emergentes que busquen un desarrollo independiente con dignidad.
Oportunidades
Como nunca antes los países periféricos y semi periféricos tenemos la posibilidad de contar con grandes potencias que no depredadoras ni coloniales y no se oponen al desarrollo industrial de los países del sur global.
Es necesario regular y poner el fantástico desarrollo de la ciencia y la tecnología en función de la comunidad internacional y evitar su uso para el control de los pueblos y el beneficio de una élite.
Los pueblos tienen una larga experiencia de lucha acumulada contra los imperios, debemos utilizarla para unirnos. Es imprescindible la integración regional de Nuestra América y la unidad de los comunes.
Argentina debe salir del estado de semi colonia, estamos sometidos a un imperio en declive y presionados para alejarnos del bloque que nos puede ayudar a salir de la situación actual. Sin un acercamiento al BRICS y mejorar las relaciones de intercambio con China la salida será casi imposible.
El camino es la unidad del pueblo en un gran frente de liberación para la reconquista de los resortes soberanos.
Por último, consideramos que hay dos condiciones imprescindibles para alcanzar la paz mundial:
- Construir una nueva arquitectura financiera global puesta al servicio de la producción de bienes y terminar con el sistema especulativo actual.
- Lograr un acuerdo de seguridad mundial indivisible, donde el derecho soberano de un estado no comprometa el de otros.
En fin, es necesario crear un marco de desarrollo en paz para avanzar hacia una comunidad de destino compartido como anunció hace algunos años el presidente de la República Popular China.
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El conflicto global
Una época está terminando, la de la globalización conducida por Estados Unidos, sin que quede claro que arreglos la reemplazarán. Al tiempo que se desarrollaba la globalización comercial, productiva y financiera, la emergencia de China se sumó al cambió del mundo en los últimos 45 años. Su espectacular desarrollo llevó a Estados Unidos de alentar su crecimiento a intentar contenerla en todos los planos: económico, comercial, tecnológico, diplomático, comunicacional y también militar.
Eventos como la guerra en Ucrania o el genocidio del pueblo palestino son focos importantes de desorden mundial. Son parte de la articulación de alianzas y eventos que influyen sobre la contradicción principal. El principal interés de Donald Trump de resolver ambos conflictos es concentrar su esfuerzo económico y militar en contener a China, el único desafiante importante de su hegemonía mundial.
La contradicción de la globalización
La globalización tiene dos elementos claves: la libre movilidad del capital internacional y la apertura comercial (reducción de aranceles y medidas paraarancelarias). En 1971 Estados Unidos terminó con el patrón cambio oro de Bretton Woods al eliminar el respaldo oro del dólar. De allí en adelante se basó en su poder económico-financiero, militar y cultural: el dólar estándar monetario global, su fuerza armada policía internacional, el inglés lengua franca y Hollywood narrativa dominante.
En 1980 Estados Unidos era el principal exportador e importador mundial, con poco déficit comercial y amplio superávit en servicios. Hace varios años que el principal exportador es China, mientras Estados Unidos mantiene la primacía en importación con un déficit comercial creciente (casi 2 billones de dólares anuales). La deuda pública de Estados Unidos (34,5 billones de dólares) significa el 118 % de su PBI (29,18 billones). El 30 % está en poder de extranjeros (reservas de bancos centrales, empresas y particulares). El 70 % está en poder de capitales norteamericanos. Si se hubiesen mantenido las tasas progresivas de impuestos de la posguerra, el déficit público y la deuda estarían en retroceso. El capital financiero gana el interés de la deuda en vez de pagar sus impuestos. Pero subirle los impuestos haría migrar al capital. Contradicción insoluble de la apertura financiera.
Continuar en este sendero de endeudamiento sería difícil aun si la participación en el PBI mundial y sus exportaciones fuesen tan importantes como hace 50 años, que tampoco es el caso. Hoy el producto industrial chino es más grande que el de Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea del Sur juntos.
La globalización le otorgó a Estados Unidos un gran beneficio, al importar - principalmente de Asia y en especial de China - productos más baratos que los producidos nacionalmente, abaratando el costo de vida de la población al tiempo que reducía el poder de negociación del sindicalismo industrial y elevaba la tasa de ganancia del capital. Paga el déficit comercial con billetes sin otro respaldo que la fe en su solidez financiera por ser la principal potencia mundial.
Una seria contradicción interna del imperio hegemónico es que está apoyado en el capital financiero más que en el capital industrial, declinante sector incapaz de incorporar todos de los avances tecnológicos. La incorporación de nueva tecnología se produce mayoritariamente en China, que cuenta con la masa crítica para ello.
La emergencia de China
A partir de los años ochenta la globalización del capital ayudó a desarrollar el aparato industrial de Asia, y en especial de China. Lejos de quedarse en la producción de bienes simples la política económica china desde Deng Xiaoping en adelante promovió que el excedente de sus empresas estatales y de la nueva burguesía fueran invertidos en densidad industrial y educación de calidad. EEUU aun lleva la delantera en semiconductores, inteligencia artificial, computación cuántica, biotecnología y espacio. Pero la distancia se acorta aceleradamente. Anualmente se gradúan 11 millones de universitarios chinos, en STEM 4,5 millones contra 820.000 en EEUU. China es un par de Estados Unidos en muchos campos del conocimiento, además de superarlo en la producción por eficiencia y baratura.
Es muy distinto apoyarse en la producción barata aun de países importantes como Japón, Corea del Sur o Taiwán, que hacerlo sobre China por dos razones.
La primera es el tamaño de su población: el desarrollo industrial de China se extiende a todas las ramas de la producción industrial, hecho único en el mundo. Logra la masa crítica de alto volumen que en muchos rubros superan en productividad a los Estados Unidos, y por menores costos laborales son más baratas aun en las ramas menos eficientes. Logra elevadas productividades en cada una de sus ramas por el denso entramado interindustrial – los clusters regionales de producción y capacitación educativa – y ello es posible porque cuentan con servicios públicos provistos por el Estado – energía (nuclear, hidráulica, térmica, eólica y solar), comunicaciones, puertos, aeropuertos, carreteras, hidrovías, ferrocarriles, etc. – en una escala descomunal que supera todo desarrollo previo. En Estados Unidos estos servicios públicos son más deficientes y provistos mayormente por el capital privado.
La segunda razón es su régimen político: a diferencia de la mayoría de sus vecinos, el poder en China está originado en una prolongada lucha de clases de más de veinte años, con el Partido Comunista dirigiendo al campesinado, al mismo tiempo, contra los explotadores terratenientes, el Kuomintang y los invasores japoneses. Esa revolución social triunfante es su acta de nacimiento.
El PCCh ha ido mudando de identidad. Nació como generador de la conciencia de clase de los obreros industriales, en los años treinta evolucionó hacia la representación de las mayorías campesinas hasta tomar el poder, y desde 1978 representa a sus actualmente mayoritarios trabajadores urbanos, su menguante campesinado, sus emergentes clases medias y también las nuevas clases empresarias que brotaron de su decisión.
El modo de producción chino combina propiedad privada y pública. Del Estado es la tierra, el 30 % de la industria (sus sectores estratégicos), los servicios públicos, el cuasi monopolio de las finanzas, la educación, la comunicación y la planificación quinquenal desde 1953. El crecimiento explosivo del sector privado hizo creer a Estados Unidos que era una vuelta al capitalismo a secas y por ello ayudó a China en su desarrollo por invitación abriéndole su mercado interno. No percibió que no es la existencia de relaciones de mercado lo que define al capitalismo sino quien domina el Estado y el poder, y en China es el PCCh. Desde 1978 tuvieron suficiente tiempo para transformarse en capitalismo haciendo desaparecer la propiedad estatal y permitir el dominio del Estado por la burguesía, pero deliberadamente no lo hicieron. Este modo de producción tiene derecho a llamarse socialismo con características chinas. Es el socialismo posible.
China es el país de mayor producción industrial, el de mayor complejidad y menor costo, por más que la potencia imperial domine las finanzas, la capacidad militar ofensiva, aun la ciencia y en forma descendente las nuevas tecnologías a incorporar en la producción. De no producirse una guerra directa o por poderes contra China, la economía mundial se articulará alrededor suyo por ser con mucho la potencia de mayor desarrollo industrial en el continente de mayor crecimiento mundial.
BRICS y Latinoamérica
La oposición Estados Unidos-China se articula alrededor de los bloques que representan la contradicción fundamental de la presente etapa de desarrollo mundial. Un bloque es el capital concentrado en Estados Unidos conduciendo al capital de potencias vasallas y países dependientes, un mundo unipolar en relativa declinación, pero aún muy poderoso. El otro bloque incluye a los trabajadores del mundo, la ascendente China, los países independientes del dictum imperial (Rusia, Irán y pocos más), estados con distintos grados de desarrollo y posición respecto al dominio del imperio hegemónico, como India, Brasil, Sudáfrica, y muchos países de disímil desarrollo, sistemas políticos y posiciones ideológicas. China no lleva a cabo políticas tendientes a su hegemonía mundial, a pesar de lo que machacan los medios de comunicación occidentales.
Estados Unidos ha dominado el escenario mundial desde 1945, creando las instituciones mundiales y las reglas que le garantizaron su desarrollo, beneficios económicos y dominio imperial. Ese complejo y consolidado dominio incluye una fuerte dependencia de Europa, Japón, Corea del Sur, Oceanía e Israel en Medio Oriente, para nombrar sólo los principales. Incluye alianzas económicas, tecnológicas y en especial militares. Tiene 800 bases militares, OTAN con Europa, AUKUS con Gran Bretaña y Australia, QUAD con India, Japón y Australia, además de alianzas militares bilaterales con estos y otros países.
El crecimiento económico de Asia hace pronosticar que en pocos años el centro del mundo será asiático, descollando nuevamente China, el milenario “reino del medio”. China teje con paciencia su estrategia: la principal es la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI) con los apoyos financieros del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura/BAII (Beijing) - segunda institución financiera multilateral mundial - y la Corporación de Shanghái (préstamos transfronterizos, financiación comercial, seguros exportación). Le siguen los BRICS + y su propio Nuevo Banco de Desarrollo (Shanghái), buscando una dimensión más estructurada que la actual. Con sus propias contradicciones y limitaciones, los BRICS son el embrión de la multipolaridad en formación.
Cuadro 1 – Participación de Países/Grupo de Países en PBI Mundial (en PPC)
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País / Grupo de países |
1980 (%) |
2024 (%) |
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Estados Unidos |
21,6 |
14,9 |
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G7 |
51,8 |
28,9 |
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41 Economías desarrolladas |
64,6 |
39,9 |
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China |
2,1 |
19,5 |
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5 Brics originales |
14,8 |
34,1 |
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11 Brics ampliados |
20,9 |
40,3 |
Estados Unidos pasó del 21, 6 % del PBI mundial al 14,9 %, mientras China escaló de un 2,1 % al 19,5 %. A su vez, el grupo de economías vasallas de Estados Unidos, sean el G7 o las 41 economías desarrolladas que computa el FMI, cayeron fuertemente en su participación, mientras crecen los BRICS originales y ampliados. Si bien Estados Unidos y China son las economías más grandes de cada agrupación, el peso de China sobre los BRICS es más decisivo que el de Estados Unidos sobre las economías desarrolladas.
Cuadro 2 – PBI per Cápita (en PPC) y ratio Inversión/PBI
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País |
PBI per cápita (PPC) |
Inversión /PBI |
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1980 (USD) |
2024 (USD) |
1980 (%) |
2024 (%) |
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Estados Unidos |
35.126 |
75.494 |
23,3 |
21,7 |
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China |
782 |
23.835 |
34,9 |
40,4 |
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El crecimiento meteórico del PBI per Cápita chino es función directa del esfuerzo denodado de cientos de millones de campesinos devenidos obreros industriales, traducido en su enorme tasa de inversión (principalmente en industria e infraestructura) que en promedio de 45 años fue del 40 % contra el 21,5 % de Estados Unidos.
La medición se hace en Paridad de Poder de Compra y no en dólares corrientes – donde el PBI de EEUU es superior – porque lo que importa para el desarrollo es la capacidad industrial. Los bajos precios industriales chinos que lo relegan en precios corrientes son al mismo tiempo la base de su supremacía industrial a nivel mundial, y de eso es lo que se trata la disputa.
Distinto es el peso en el campo militar. El ranking en ojivas nucleares está liderado por Rusia (5.580), seguido por Estados Unidos (5.225), China (600), Francia (290), Gran Bretaña (225), Pakistán (170), India (170), Israel (90 estim.), y Corea del Norte (desconocida pero existente). En capacidad militar convencional Estados Unidos supera a los demás países, a pesar de la gran fuerza militar y experiencia en combate del ejército ruso y los grandes avances recientes de China.
La oposición desde 1960 entre la URSS y China permitió la cuña norteamericana entre ambos con el reconocimiento de una sola China en 1972 (comunicado Nixon-Mao) que llevaron a las relaciones diplomáticas y comerciales en 1979. Ironías de la historia, actualmente - por presión del imperialismo norteamericano que antes había profundizado la separación - existe una creciente alianza de la capitalista Rusia con la socialista China. India y China tienen antiguos conflictos fronterizos que limitan su cooperación. India ha venido cambiando de su tradicional neutralidad con apoyo soviético y luego ruso, por una inclinación hacia Estados Unidos, incluyendo su participación en el QUAD. El hegemón cortejaba a India para cercar a China, pero esto puede cambiar (algo, no drástico) luego del nuevo aumento de los aranceles de Trump a India, similar al caso Brasil. Como política de Estado al margen de cambios políticos, la cancillería brasileña de Itamaratí espera que BRICS potencie su presencia internacional, no implicando necesariamente alineamiento con China.
En Latinoamérica la limitación es estar en el hemisferio occidental (el continente americano). Aquí está Estados Unidos, cercanos los codiciados territorios de la Groenlandia dinamarquesa y el potencial estado 51 de Canadá, los chantajeados mexicanos, panameños y argentinos, los amenazados colombianos y los bloqueados Cuba, Nicaragua y la petrolera Venezuela, incluidas la armada y la CIA infiltrada para un cambio de régimen. La Doctrina Monroe desembozada es el mayor escollo a superar en la permanente lucha latinoamericana por la real independencia.
Consideraciones finales
La ofensiva del segundo gobierno Trump contra China y sus aliados está en pleno desarrollo. La ventaja estratégica de China está en su formidable base industrial, capaz de producir todos los bienes incluidos los de alta complejidad con costos muy inferiores al de Estados Unidos. Hemos indicado los sectores críticos en donde la superioridad norteamericana y la de sus aliados aún se hace sentir, a pesar de los avances acelerados de China. El caso paradigmático es el diseño y equipos de producción de chips de menos de 5 nanómetros, donde los equipos de producción holandeses de ASML – con tecnología e importantes partes norteamericanas – aun no logran ser replicados por China, sí probablemente en un lustro. Este retraso no importa tanto para la producción con tecnología avanzada en general (automóviles eléctricos, baterías, paneles solares, comunicaciones y computación, robotización e inteligencia artificial para la mayoría de las aplicaciones, etc.), pero sí en el campo militar donde menos de 5 nm puede lograr la velocidad de respuesta que puede ser decisiva si sólo un bando la posee.
La acumulación de poder alrededor del polo chino es mucho más laxo que el bloque de poder conducido por el imperialismo norteamericano, aunque se encuentre en lenta pero continua declinación relativa. La importancia de Estados Unidos como centro mundial financiero le impide devaluar sensiblemente su moneda para equilibrar la diferencia de productividad y costo con China, so pena de acelerar más la declinación del dólar a nivel mundial, una de las dos bases de su dominio, junto a su capacidad militar ofensiva. China no pretende aun ser la moneda de reserva del mundo, aunque use en forma creciente el yuan en sus transacciones internacionales, incluidas las de block chain fuera del sistema SWIFT.
La presente etapa se caracteriza por una política desordenada y peligrosa por parte del segundo gobierno de Trump. El pisoteo del marco jurídico e institucional internacional creado y controlado por los mismos Estados Unidos desde 1945 es una señal clara del temor a perder hegemonía. La lucha arancelaria contra China y también el resto del mundo puede llevar a un desacoplamiento económico y comercial en bloques, con resultados imprevisibles. Lo más probable al corto y mediano plazo es en Estados Unidos una mayor inflación al buscar reindustrializar sectores abandonados, en China desajustes sectoriales de producción y ocupación, y posterior reducción del comercio internacional.
La principal carta que está jugando China es continuar con su denodado esfuerzo productivo y de autosuficiencia tecnológica y científica (XV Plan Quinquenal), que - de no mediar una guerra - la conducirá a mediados de siglo a superar por poderío a Estados Unidos. Las otras cartas son la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI), y el ascendente BRICS+.
A mediano plazo las principales áreas de expansión de influencia china son sus vecinos de ASEAN, luego el resto de Asia oriental y central, Medio Oriente y África. La expansión a Latinoamérica está crecientemente dificultada por la cercanía, control financiero y militar de Estados Unidos. Sólo Brasil forma parte de los BRICS y tras la renuncia de Argentina no se prevén próximas incorporaciones regionales. Venezuela fue vetada por Brasil, mientras Cuba y Bolivia habían indicado interés, esto último revertido tras la elección del pronorteamericano Rodrigo Paz.
Los cambios de hegemonía en la historia generalmente no han sido pacíficos, como sí lo fue el traspaso británico a su vástago norteamericano. La única razón por la que Estados Unidos no ha declarado una guerra a Rusia o China es por la mutua destrucción asegurada que garantiza la posesión de armamento nuclear transportable en imparables misiles de alta velocidad. El desenlace de estas contradicciones está más allá de nuestras previsiones.

