Historias mínimas - Experiencias de Pequeñas Empresas

Autopartista

La empresa API SA se encuentra ubicada en Romang, Santa Fe, una ciudad que cuenta con apenas diez mil habitantes. Nació hace sesenta años, a partir de incorporar una técnica que sus primeros dueños llevaron desde Buenos Aires para fundición de hierro. “En ese momento sólo había un cubilote (horno) y trabajaban apenas ocho personas”, explica Julio Erro, responsable actual de la firma. Con esa estructura la empresa incursionó en 2005 en el sector de autopartes. “Gestionamos un crédito Fonapyme del Banco Nación para nuestra primera máquina hoyera automática y mixturador para autopiezas. Fuimos de los primeros”, relata. Hasta el momento se manejaban con financiamiento propio. La máquina costó en el exterior 230 mil dólares y le permitió a la empresa entrar el Grupo Fiat, a quien abastece de 30 piezas para la división de camiones Iveco y tres piezas para los modelos Palio y Siena, tanto los que se producen en el país como en Brasil. Actualmente cuentan con una planta de 90 empleados y gestionan un nuevo crédito para ampliar su capacidad productiva. Ya fueron tentados por el país vecino para instalar la planta allá. “No hay chances, el desarraigo de nuestro pueblo sería terrible”, se sincera Erro. Las firmas Volkswagen y General Motors se contactaron con la empresa para tenerla como proveedora de autopiezas. En estos momentos trabajan con el Grupo Fiat en el desarrollo de los modelos que fabricará la terminal en 2014