Para la memoria histórica: Ernest Mandel y el ecosocialismo

Michael Löwy**
Es el conjunto del modo de producción y consumo lo que debe transformarse. Es preciso integrar las adquisiciones de la ecología en el corazón mismo del proyecto socialista: en otros términos, apuntar hacia una alternativa ecosocialista. La hipótesis principal es el cambio cualitativo del desarrollo: poner fin al gasto monstruoso de recursos por el capitalismo, sustentado en la producción a gran escala, de productos inútiles o dañinos: la industria de armamento es un ejemplo evidente. Se trata, por consiguiente, de orientar la producción hacia la satisfacción de necesidades auténticas, empezando con esas que [b]Mandel*[/b] designó como "bíblicas": agua, comida, vestido, alojamiento. [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] .Gramsci en la América Latina actual .Los biocombustibles y la revolución energética y ética / Félix Herrero .Las contradicciones y antagonismos del capitalismo mundializado y sus amenazas a la humanidad / François Chesnais*[/size]

[i]1) Las ideas ecológicas de Ernest Mandel[/i]

La preocupación por el medio ambiente en los escritos de Ernest Mandel sólo aparece con fuerza a partir de la década de 1970. Ella no figura prácticamente, por ejemplo, en el Tratado de Economía (1962). Es verdad que se descubre ya, en esa obra "inaugural", la idea de "detener el crecimiento" en el socialismo: "Cuando la sociedad dispone de un parque de máquinas automáticas suficientemente amplio para cubrir todas las necesidades actuales (…) es probable que el ‘crecimiento económico’ será lento o momentáneamente detenido. El hombre completamente libre de toda preocupación, económica, habrá nacido." [1]

[i]¿Cómo distinguir las necesidades auténticas de las artificiales y ficticias? [/i]

Estas últimas son inducidas por el sistema de manipulación mental que llamamos "publicidad". Pieza indispensable en el funcionamiento del mercado capitalista, la publicidad debe desaparecer en una sociedad de transición al socialismo y puede ser reemplazada por la información proporcionada por asociaciones de consumidores.
Pero el problema para distinguir una necesidad auténtica de una artificial se mantendrá incluso después de la supresión de la publicidad.
El automóvil individual, por el contrario, responde a una necesidad real, pero en un proyecto ecosocialista, fundado en la abundancia de transporte público gratuito, éste tendrá un papel cada vez más reducido que en la sociedad burguesa, donde se ha vuelto un fetiche mercantil, un signo de prestigio, y el centro de la vida social, cultural, deportiva y erótica de los individuos.

Sí, responderán los pesimistas, más los individuos son movidos por aspiraciones y deseos infinitos, que tienen que ser controlados y contenidos. Pero el ecosocialismo está basado en una apuesta que ya era la de Marx y en la que Mandel insiste: la del predominio, en una sociedad sin clases, del "ser" por encima del "tener", es decir: de la realización personal, para las actividades culturales, lúdicas, eróticas, deportivas, artísticas y políticas, en lugar del deseo de acumulación al infinito de bienes y productos. Esto último es inducido por la ideología burguesa y la publicidad, pero nada indica que constituya una "eterna naturaleza humana".

Ello no quiere decir que no habrá conflictos, entre las exigencias de la protección del medio ambiente y las necesidades sociales, entre los imperativos ecológicos y las necesidades del desarrollo, principalmente en los países pobres. Será la democracia socialista, libre de los imperativos del Capital y el "mercado", la que resolverá estas contradicciones.


[u]Notas[/u]
[1] E. Mandel, Traité d’économie marxiste, (1962) Paris, UGE 10/18, 1969, tome IV, p. 185-186.
[2] E.Mandel, Le troisième age du capitalisme (1972), Paris, Les Editions de la Passion, 1997, pp. 400, 459.
[3] E.Mandel, « Dialectique de la Croissance », Mai, n° 26, Novembre-decembre 1972, p.11.
[4] Ibid. pp. 12-14.
[5] Socialisme ou barbarie au seuil du XXIème siècle, supplément à Inprecor, juillet 1993
[6] F.Engels, Anti-Dühring, Paris, Ed. Sociales, 1950, p.318.

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*Ernest Ezra Mandel, fue un economista y político nacido en Frankfurt, Alemania en 1923 y fallecido en Bruselas, Bélgica en 1995. Durante la Segunda Guerra Mundial fue encerrado en la prisión de Saint-Gilles y destinado a la deportación hacia Auschwitz, pero consiguió escaparse. Fue dirigente del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional, de tendencia trotskista. Se especializó en el estudio de las crisis cíclicas.
Entre sus obras se encuentran:
• Tratado de economía marxista (1962) Amadora, Bertrand.
• La formación del pensamiento económico de Karl Marx (1967) Siglo XXI
• Respuesta Socialista al Desafío Americano (1968/1970).
• Lecciones de Mayo del 68 (1969) Instituto del Libro, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
• El fascismo (1969/1987)
• Consejos obreros, control obrero y autogestión (Antología) (1969/1972)
• Construir el partido (1972/1974)
• El capitalismo tardío (1972/1979)
• La recesión generalizada (1974/1979)
• Las Ondas largas del Desarrollo Capitalista: una interpretación marxista (1980/1986)
• La Crisis 1974-1980 (1980)
• El poder y el dinero (1992/1994)

**Michael Löwy nació en Sao Paulo (Brasil) en 1938. Director de investigación en el CNRS y profesor en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (París). Sociólogo de la cultura, ha trabajado sobre el marxismo y el romanticismo, sobre la cultura judía en Europa central y sobre la teología de la liberación en América Latina.

Fuente: Viento Sur - 23.07.2007

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