Por qué es central para EEUU mantener a Taiwán bajo su mando y lejos de China

Taiwán no es una colonia formal de los Estados Unidos, ni una isla en el Pacífico que domina en términos formales como Guam. Sin embargo, la también conocida como isla de Formosa, ubicada en un estrecho estratégico donde se concentra buena parte del comercio mundial, juega un papel central en el diseño geopolítico de Estados Unidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Especialmente desde que en 1949 la derrotada burguesía china representada por el Kuomintang es derrotada por las fuerzas comunistas y se refugia en dicha isla.

La dinámica de la crisis

Hacia fines del siglo pasado, Zbigniew Brzezinski, ex asesor de Seguridad Nacional del Presidente Jimmy Carter, definió a Eurasia como “la principal conquista geopolítica” necesaria para garantizar la hegemonía mundial norteamericana en el nuevo siglo. Siendo el continente más grande del planeta, Eurasia era para Brzezinski “su eje geopolítico (…) y el poder que lo domine controlará a dos de las tres regiones más avanzadas y productivas del mundo (…) con la mayor acumulación de riqueza (…) bajo su suelo”. Consideraba, además, que el principal obstáculo para el logro de este objetivo residía en la posible “conformación de una gran coalición antihegemónica entre China, Rusia y tal vez Irán, unidos, no por sus ideologías, sino por reclamos complementarios” [1].

La nueva arquitectura de seguridad de la OTAN

La OTAN ha puesto su sello para una nueva Guerra Fría. La reunión de Madrid de este bloque militar (30 de junio de 2022) acordó su visión y tareas para la geoestrategia euroatlántica. Dado que este es un mundo altamente interconectado, estas decisiones impactan la arquitectura de seguridad internacional. Estos movimientos se producen a raíz de la agresión rusa contra Ucrania, y la OTAN se asegurará de que Ucrania siga luchando en esta guerra de desgaste, independientemente de los costes. El nuevo Concepto Estratégico 2022 de la OTAN proporciona la narrativa sobre cómo planean la construcción del orden mundial para los próximos diez años.

BRICS, G7 y OTAN: expresiones de la reconfiguración geopolítica global

El viernes último el presidente argentino Alberto Fernández participó en la inauguración de la Cumbre de los BRICS, acrónimo que refiere a los cinco países fundadores de esa asociación de cooperación internacional que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El presidente argentino también participó como invitado de la reunión del Grupo de los Siete (G7), el club que agrupó a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

Horror y muerte en Melilla

Treinta y siete muertos, decenas de heridos sin atención, personas hacinadas en el suelo, golpeadas, pateadas, apedreadas, perseguidas y devueltas en caliente a Marruecos. Ése es el saldo tras el intento de dos mil personas, en su inmensa mayoría subsaharianos, de cruzar las 5 vallas (2 marroquíes y 3 españolas) de hasta 10 metros de altura que rodean los 11,5 kilómetros de perímetro de la ciudad de Melilla.

Una guerra que todos hemos perdido

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue creada el 4 de abril de 1949 en Washington mediante un pacto militar firmado, en aquel entonces, por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Bélgica, Canadá, Noruega, Dinamarca, Islandia, Italia, Países Bajos, Portugal y Luxemburgo. En la actualidad la lista de países se ha engrosado y –de los doce apóstoles iniciales– ahora el número de integrantes alcanza los veintinueve miembros: Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, República Checa, Croacia, Dinamarca, Estados Unidos, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Montenegro, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania y Turquía.