El G-20. Multilateralismo, poder, insubordinación y realismo

 

En ejercicio de la presidencia del G-20, Alemania ofició su rol de anfitriona del encuentro celebrado en Hamburgo que tuvo como consigna “Conformar un mundo interconectado”. El logo elegido resume los deseos y valores de personalidades como Angela Merkel, Justin Trudeau y Emmanuel Macron, pero está alejado de los pronunciamientos de Donald Trump, Vladímir Vladímirovich Putin, y de la decisión adoptada por el Reino Unido presidido por Theresa May para apartarse del comando de Bruselas.

El multilateralismo revive y la integración de Sudamérica avanza

La integración económica regional parece haberse convertido en el tema actual cuando el 28 de noviembre los ex Presidentes de Brasil y de Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Ricardo Lagos, en el marco del Seminario internacional Desarrollo e Integración de América Latina en Santiago, llamaron a dar un salto cualitativo en la integración de la región.

Para Lula, América Latina hoy encuentra la oportunidad de “hacer todo lo que no se hizo en los últimos diez años”(1). Lula acierta en destacar que uno de los puntos de conflicto que más ha entorpecido la integración regional es la política. Mientras no haya convicción política por parte de los gobernantes, dice él, no podrá llegarse a la integración.

Narrativas del multilateralismo: «efecto Rashomon» y cambio de poder

El multilateralismo eficaz se ha convertido en un lugar común del discurso político internacional. Pero el multilateralismo es un concepto y una práctica problemática, y no se concibe o interpreta de la misma manera por parte de diferentes actores. Si Estados Unidos continua impulsando un multilateralismo hegemónico, la UE promueve un multilateralismo normativo, los países en desarrollo practican un multilateralismo defensivo y los emergentes promueven un multilateralismo revisionista basados en narrativas, legitimaciones discursivas, objetivos y prácticas diferenciadas. El artículo trata de caracterizar cada una de esas visiones a partir de sus narrativas y lógicas discursivas; se utiliza cómo argumento el denominado «efecto Rashomon», basado en el filme homónimo de Akira Kurosawa, que muestra cómo pueden coexistir distintos relatos de un determinado hecho, y cómo estos configuran expectativas, roles y conductas de los actores implicados.