¿Quo vadis, América Latina? Las dos caras del nuevo capitalismo latinoamericano

Las agendas de investigación y la producción académica de los economistas profesionales se ven muchas veces condicionadas por el entorno económico y sociopolítico en que les toca vivir. Por esa razón resulta peligroso suponer que la economía normalmente se comporta como lo sugiere la teoría dominante, en la que se concibe que el funcionamiento de los grandes agregados económicos refleja un modelo genérico y universal y que solo se ocupa marginalmente de cuestiones específicas al entorno institucional de las naciones en desarrollo. Ello es particularmente cierto cuando consideramos las propuestas de intervención (o no intervención) del Estado en relación con el funcionamiento de la economía.

El desarrollo ayer y hoy: idea y utopía

La crisis de la globalización ha actualizado la reivindicación por el desarrollo como un complejo proceso que involucra cambios sociales e institucionales, así como formas diversas de aprendizaje democrático. Puesta en los márgenes de la discusión académica y política internacional, la economía política del desarrollo puede volver por sus fueros en la medida que la academia y los propios comandos políticos de la economía se vean impelidos a reflexionar sobre el largo plazo. La economía política del desarrollo debe hermanarse con la política para reconfigurar el significado del interés general, alineándolos tras objetivos de libertad, justicia y democracia. Tales pueden ser las coordenadas cuyo fin consista en hacer de la globalización, que es apertura e interdependencia, un vector activo en el cultivo de la densidad nacional como elemento indispensable para pensar críticamente la realidad y, como lo enseñó y practicó Prebisch, darle a la historia un curso creador de futuro.